Capítulo 4

515 46 37
                                    

Jerhemy Winset



Por fin ayer  Mía se marchó, al despedirme de ella, prendí el teléfono y tenía varias llamadas perdidas de Chiara y Casstiel.


Hoy arrancan las vacaciones en la universidad. Mire el reloj en mi muleca, 11:30, iré a ver a Chiara.





Chiara maxwell




Andaba con un humor de perros, tres malditos días sin saber del cabrón de Jerhemy.

— Cariño que milagro hoy también llegado temprano.
— Sí, merezco un premio ¿no crees?
— Sí, ¿te va bien doblar turno?
— Y una mierda, ya me hacen falta vacaciones.
— Pides vacaciones cada cinco segundos. —se mofa.
— Sí, como sea.

Tome un trapo y limpie y acomode las mesas,  no ha pasado mi cabreo, espero no llegue en este momento porque le doy con las mesas.
Unos brazos me tomar de la cintura por sorpresa, una mano cubre mis ojos, unos labios rozan mi lóbulo, saludo mi cuerpo para soltarme y darme la vuelta, pero me aprisiona fuerte. ¡Qué atrevido! Olvida que estos acercamientos molesta a mi madre.

Huele diferente y delicioso ¡nuevo perfume!

— No estoy de humor para esto —gruñí para mis adentros.
— ¿Quién soy?

Pegué un grito girándome bruscamente y al fin me soltó.

— Hola.
— No vuelvas a hacer eso. —Le miro con enojo y vuelven los nervios.
— ¿Por qué? No fue con mala intención. —Se excusa con una sonrisa divertida.
— Ya en serio, ¿qué quieres?
— Me ofendes —susurra sin que nadie más que yo pueda oírle.

Arqueo una ceja.

— Ok, quiero que seamos amigos.
— Qué pena, no estoy interesada. —señalo la salida—. Ya te puedes ir.
— No seas grosera, ante todo eres una camarera de este lugar. —Me mira serio.
— ¿Deseas ordenar?
— Ordeno que te sientes conmigo a tomar una taza de café.
Ok, no se rendirá jamás.

— Hora laboral, ¿lo ves?
— No te preocupes, Tola. —saca una tarjeta negra con su número de teléfono escrito. —Cuando termines me hablas y vanos por ahí.
— Estás loco si piensas que te llamaré.
— Si no lo haces de igual forma vendré. —Me guiña un ojo y se marcha.

Tres horas más y podré largarme a descansar, privilegios de ser hija de la dueña.
Al instante, se me acerca mi hermana con cara de querer meter las narices donde no la incumbe.

— ¿Qué te traes con el tipo de hace un rato?
— Más bien que se trae el conmigo.
— Sabes que si Jerh se entera que un hombre te tira los trastos no le va a gustar nada ¿verdad?
— Rachel, ¿quién le va a decir, tú?
— No, Chiara, simplemente si una chica anda de tras él ¿te gustaría que te lo dijera cierto?
— No le diré nada, simplemente no le daré importancia y ya.
— Pues después de ver las confianzas que se toma yo si le daría importancia, o es que acaso ¿sientes interés por él?

Cae al suelo una de las tazas que está en ni bandeja, al ponerme nerviosa por culpa de Rachel.

— Claro que no Rachel, si estaba macizo, pero no. Solo me importa Jerh —digo finalmente.
— Pues está bien bueno ¿eh? —Nos reímos.
Mi hermana me intenta hacer señas para que deje de hablar y finalmente miro detrás de mí y doy la vuelta.

Jerhemy, se acerca a mí, se inclina para darme un beso, pero yo le giro el rostro y sus labios quedan en mi mejilla, se me queda viendo fijo. Jerhemy no está acostumbrado a que le haga la cobra.

— ¿Qué pasa? —pregunta Jerhemy con cara de pocos amigos.
— ¿Es en serio? —pregunto desesperada—. ¿Se te hace poco desaparecer 3 días sin comunicarte?
— Perdón, estuve muy ocupado con mi madre, te lo dije.
— ¡Ah sí ¿y en que estuvieron ocupados? —Frunce el ceño.
— ¿Qué es esto, un interrogatorio?, ¿se me culpa de algo?
— No lo sé, dímelo tú, que pensarías si yo me voy por tres días sin comunicarme contigo.
— Que estas con tu madre o lo que me digas, yo estaba con mi madre y me pidió apagar el teléfono porque le gusta que le presté atención.
— Como sea —digo con mal gesto
— ¿Y esa es una contestación para ti?
— Mira estoy en el trabajo, después hablamos.
— ¿Me mandas a la mierda entonces?
— Piensa lo que quieras.
— ¿Sabes qué? me voy, esta pelea infantil no va a ningún lado.
— ¡¿Solo dime dónde estuviste?!
— ¿Qué quieres que te responda, Chiara?, que estaba con alguien más. ¿Eso quieres que diga? yo no he hecho nada malo y estoy libre de culpas.
— ¿Qué pasa ahora? no quiero peleas aquí, no se dan cuenta que los están viendo, después del turno de mi hija hablan Jerh espera o retírate por favor. — dice mi madre.

Él se sienta, y pasa sus manos por su cabeza frustrado.
Yo solo lo ignoro y sigo con mi trabajo.
Por una vez agradecí que mi madre me quitara de encima a Jerhemy, ya que pude decirle cosas de las que quizás, luego me arrepienta.

Por fin terminé mi turno, he estado ignorando al idiota que no me quita la mirada.

Volteo y le veo hablando con Erika, lo hace adrede sabe que la odio, camino hacia el baño y me echo agua en la cara, creo que estar molesta y trabajando te cansa el doble.

Salgo y camino hacia donde esta Jerh para coger mi teléfono y me doy cuenta de que él lo tiene en mano y con el ceño fruncido ¡demonios! acelero el paso y cuando se lo voy a quitar eleva su brazo.

— ¿Qué haces?
— ¿Qué es esto? —gira el celular y veo que estaba leyendo mis WhatsApp.
— ¿Por qué diablos estás leyendo mis mensajes? —Que bien que borre la foto de la conversación.
— No, más bien ¿Que son estos mensajes estúpidos de que soñaste que besabas a un extraño?
— Bah tonterías, ¿pero quién te has creído?  ¿cómo te atreves a meterte en mi celular? es como un diario para mí, quiere decir que es ¡privado!
— ¿Tonterías?  ¿Te gustaría que yo soñara con una tía desconocida y que me la tiro?

Lo mato, intento quitarle de nuevo mi teléfono.

— Puedes hacer lo que te venga en gana si quieres desaparecer tres días... Espera, ya lo has hecho, y mira dame mi teléfono, no por ser mi novio tienes el derecho de revisarlo, yo no me meto en el tuyo por respeto. —Le quitó mi teléfono y el suyo en el proceso.
— ¡Perfecto, entonces sigue diciendo que te quieres acostar con otro!
— Baja la maldita voz que mi madre te va a oír, ¿sabes? me debería acostar con otro, qué más da, si tú te vas por tres días más, ni te enteras.
— Anda y ve, yo me largo porque enfadados los dos no llegaremos a ningún lado, cuando estés de humor me llamas.

Sí claro, me meto a su WhatsApp y empiezo a dictar su conversación con Casstiel.

—“¿Dónde estás? oye tío no sé tú, pero tu novia no deja de joderme”.
Se detiene girándose hacia mí y continuó.
—“Estaba con una tía bien buena podrías coger el puto teléfono”, “¡Oh recuerdo esta fecha!”
No termino pues empezamos a forcejear por su teléfono.

— Dámelo, Chiara...
— ¡No! ¿qué se siente ah?, déjame termino de leer, quítate.
— ¡Dámelo! —Me empuja quitándome el teléfono.
Caigo de trasero, lo miro sorprendida y veo arrepentimiento en su mirada.
— Chiara perdón yo no quería... —Se agacha a mi altura ni siquiera reaccionó.
— Jerhemy, podrías tener más cuidado, mira, ¿sabes qué? Vete, ¿sí? Otro día hablan —dice mi madre con desaprobación, Jerhemy trata de ayudarme, pero le esquivo—. Por favor Jerhemy.

Solo asiente con la cabeza y se va, mamá me ayuda a levantarme.

— Fue un accidente mamá.
— Ya. —Me sonríe, pero sabe que trato de defender a Jerh.

Mi madre, Rachel y yo nos vamos a casa después de limpiar y hacer la contabilidad de la caja, el día estuvo bien salvo por la visita del hombre misterioso y la traca final de Jerh.
Menos mal que no se han cruzado, si no, no sé qué hubiera pasado hoy.



Andrew James


Desde el viernes que me llamó Irina ya no lo hizo más, y cada vez que marco su teléfono me manda al buzón.

Salgo de la cafetería a las 11:10 por poco me topo a mi querido hermanito si me hubiera visto habría arruinado todo.

Me llega el mensaje que estaba esperando, es la dirección de la tienda donde trabaja el padre de Chiara, y vaya nunca hubiera creído que mi padre le diera un buen puesto de trabajo como "Gerente en finanzas" y no sólo en una de las tiendas si no que lleva varias.

Me voy directo a las oficinas de gerencia, pero cuando voy a pasar un guardia me detiene.

— ¿Dónde cree que va? aquí es solo para personal autorizados. —Trata de intimidarme,  obre imbécil.
— Por eso mismo ¡con permiso! —Me estampa la mano en el pecho.
— He dicho que personal autorizados. —Le quitó su mano aventándola.
— ¿Usted sabe quién soy yo? —digo casi gritando.
— Me impor… — Saco mi identificación y la pongo frente su rostro.
— ¡Soy Andrew James! hijo de Zack James, ahora me dejas pasar antes de que haga que te despidan

El de seguridad pasa saliva lentamente.

— Disculpe señor, si hubiera empezado por ahí, pase por favor.

En todas las tiendas saben los nombres de las personas autorizadas para entrar y aun que no nos conozcan en persona con la credencial basta.

Me voy directo a la oficina de gerente en finanzas.

El señor Maxwell, está sentado trabajando en su ordenador, teclea algo y se para y viene hacia a mí.

— Buenas tardes. —Extiende su mano—. Me han informado que el hijo de Zack, Andrew, está aquí, hasta que tengo el placer de conocerte yo soy H... —Tomo su mano.
— Henry maxwell, un placer. —Me mira dubitativo.
— ¿Sabe mi nombre?
— Claro, su gafete lo dice. —Voltea hacia abajo y se ríe.
— ¡Oh disculpe! se me había olvidado, ¿a qué se debe el placer de su visita?
— Realmente he venido hacer un trato.
— ¿Qué tipo de tratos?
— Uno que al decírtelo tal vez no te gustará, es algo muy importante para usted y es por las buenas o las malas.
— Dependiendo de qué trata, porque lo más importante para mí, es mi familia.
— Pues es sobre una pequeña parte de ella.

Veo como su cuerpo se tensa.

— ¡Ah sí! ¿y de qué tratos quiere hablar usted sobre mi familia?
— Solo una pequeña cosa "Chiara Maxwell" Quiero pedir la mano de tu hija.

No despega sus ojos de los míos y noto como suda por los nervios, se aclara la garganta.

— ¡No! Absolutamente no. — dice Henry visiblemente enfurecido.
— Aun no me dejas termi...
— La respuesta sigue siendo no.
— Te daré una buena cantidad de dinero, pídeme lo que quieras.
— ¿Sabes muchacho? no es por ofenderte, pero yo no vendo a mis hijas por nada del mundo.
— Es que tu no estas entendiendo, te lo estoy pidiendo por las buenas, no me hagas hacerlo por las malas.
— Creo que será mejor que te vayas, estoy muy ocupado y debo hacer una llamada a tu padre. —¿Piensa decirle? me paro acercándome al él y le cojo del cuello.
— No se te ocurra decirle nada de esto a mi padre, ¿crees que por decírselo pararé? pues no, al contrario, yo me aferrare más a esto. —Intenta zafarse de mi agarre.
— No te venderé a mi hija a ninguna de las dos.
— Pues como veo esto no funcionó por las buenas, creo que esto será por las malas.
— Hagas lo que hagas nunca aceptaré tal estupidez, con mis hijas, nadie se mete, nadie.

Giro mi rostro sonriendo.

— Ya veremos —respondo burlón.

Salgo de la oficina y voy directo a mi coche, me pongo a pensar en cómo conseguir que acepte porque realmente no lo quiero hacer a las malas, porque yo no soy malo o eso pienso yo.

Me voy directo a la oficina para arreglar unos papeles, 15 minutos después llego y Mariano ya estaba ahí.

— Hasta que llega el señorito. —Me da un pequeño abrazo con unas palmadas en la espalda.

Cuando se quita le doy un golpe.

— ¡Oye!
Bien merecido te lo tienes, ya no ha llamado y su número me manda a buzón.
— ¡Oh vamos amigo, tienes que olvidarte de ella! —suspiro pasando mis manos por mi rostro.
— ¡No puedo! Mariano, la sigo amando.
— Andrew está claro que ella no te ama. —Me cabreo.
— Si me ama, solo que su carrera como modelo empieza arrancar y mi madre le exige mucho.
— Deja de defenderla ¡Andrew! Te engañó con tu hermano, te humilló delante de la prensa en Europa cuando le pediste matrimonio.
— Lo de Jerhemy fue hace como tres años y ya dijo ella que él fue el que la sedujo y lo otro es por lo mismo de su carrera no iba a tener tiempo para los preparativos.
— Quien haya sido ella se metió con Marlon  ¡en tu propia casa!
— ¡No, No! —Empecé a negar con la cabeza—. Cállate, aquí la culpa fue de él por qué la drogó, ella me lo dijo.
— Aquí el problema es que si esa mujer te dice que mates alguien tú lo harías —afirma Mariano.

Y era verdad, haría lo que fuera por ella.

— Y los otros también la drogaron ¿no? —espeta Mariano nuevamente.
— Esos fueron chismes de prensa —escupo enfadado.
— ¿Cómo sabes que son mentiras?, Te vas a volver loco por esa zorra.
— No te permito que te refieras así de ella, mejor no te metas en lo que no te importa, es mi vida. —Me pongo de pie enfrente de él.
— Es que a mi importa una mierda que no me lo permitas —contesta Mariano.

Se para furioso y me da un empujón que me deja sorprendido.

— Esa estúpida mujer ¡la odio! no sólo me enerva también ¡me duele! —grita—. Me duele que te desvivas por una mujer que no te merece, te humilla, te arrastras como un gusano detrás de ella, me meto porque no eres solo mi amigo, eres mi hermano y realmente me duele que sufras por ella.

Sé que lo hace por mí, pero tratándose de ella, hasta de él la defiendo, soy un mal amigo.

Lo empujo.

— Te lo agradezco, pero no necesito tu lástima, y va en serio vuelve a ofenderla y te parto la cara.
— ¿Lástima? Eres idiota, esa mujer es una puta que no me intentó seducir porque sabe que soy tu amigo.

Le iba a pegar un puñetazo, cuando la puerta se abre.

— ¿Qué hacen? —dice Ana entrando.
— ¡Ana! Que hermosa vienes hoy. —sonríe y mariano la saluda con un beso y cuando la va a abrazar ella corre hacia mi abrazándome, ella es nuestra mejor amiga más bien somos como hermanos los 3.
— Hola Anaya. —Le doy un beso en su otra mejilla.
— Sabes Andrew a diferencia de "esa" hay unas que se desviven de amor por ti, pero tú no puedes ver más allá qué no sea Irina.

Ana se separa de mí y voltea a ver a Mariano y lo fulmina con la mirada

— Me voy, ya terminé lo que me tocaba.
— ¿A qué se refiere? —Ana se pone nerviosa.
— No sé, no le hagas caso, empezamos con el papeleo.

Yo sabía perfectamente porque lo decía, pero era mejor hacerme el desentendido.

— Empezamos.

2 horas después terminamos los trámites de tres restaurantes que queremos abrir en Francia, todo eso siempre lo vemos y arreglamos aquí en la oficina del primer restaurante que abrimos mariano y yo.

— ¿Qué te parece si vamos a comer?
— ¿Aquí en el restaurante?
— Obvio no. —Sonríe—. Vamos a tu apartamento.

Levanto la vista de mi celular y me fijo en ella.

— Estando en un restaurante ¿quieres ir a mi apartamento?
— Bueno sí, pero yo trabajo aquí como gerente y a veces almuerzo toda la semana aquí.
— ¿Porque en mi apartamento? ¿No puede ser en un restaurante? —Frunce el ceño por lo cual sé que empieza a enfadarse.
— ¡Bueno donde sea! En tu apartamento, en el mío, no sé, dónde sea.
— ¿Qué traes con los apartamentos? — me da dos manotazos.
— Uy, donde sea —dice sonrojada.
— ¿Porque te has puesto roja? — me burló.
— ¡Yo no estoy roja! —Se soba las mejillas.
— Pero si pareces un tomate.
— Aaaahhg, ya cállate, mejor no vamos a ningún lado.
— ¡Oh vamos! solo bromeo —Le paso una mano por los hombros.
— Eres malo —Nos quedamos mirándonos fijamente, posa sus ojos en mis labios y noto como se acerca, pero soy más rápido y le doy un beso en la frente.
— Vamos, muero de hambre hermanita.

Camino dejándola atrás, ya hace tiempo que no intentaba un acercamiento así conmigo, pero no quiero lastimarla, yo solo quiero Irina.

Salimos del restaurante.

— Vamos en mi coche.
— Sí, yo no traigo el mío, está en el taller.

Le abro la puerta espero a que suba y cierro la puerta doy la vuelta y me subo.

— ¿A dónde desea ir la señorita?
— Vamos a donde sea.

Arranco el carro hacia L'Abeille, media hora después llegamos, rodeo el coche y le abro la puerta.

— Gracias.
— De nada.

Caminamos juntos a la puerta y nos recibe el Hostes.

— Buenas tardes, Bienvenidos.
— Buenas tardes gracias —respondemos los dos.
— Por aquí por favor.

Nos guía a una mesa para dos personas.

Al sentarnos en la mesa nos recibieron con una variedad de los mejores champagne, sus botellas hundidas en hielo picado, a elegir según nuestro gusto.

Ordenamos que nos sirvieran el bogavante con col y foie gras, en dos tiempos, y la espaldilla de codero confitada con ajo negro Aomori; los sabores, hacían vibrar el paladar. El vino, elegido de entre los mejores de la Bourgogne, acompañaban perfectamente los delicados perfumes de los platillos. Valió descubrir ese foie gras en terrine con capas de turrón y Maldón salado, melón de la granja Nogaret, merengue de leche de semillas de melón y Muscat.

Junto a ese manjar nos presentaron el foie gras asado con pasta de almendra, emulsión de almendras, melón caramelizado y almendras frescas acompañadas con naranja dulce.

¡Todo estaba delicioso!

— Guau dime porque nunca había venido a este lugar, esta todo riquísimo.
— Porque eres tonta.
— Bueno a diferencia de tú, soy pobre.
— Oh vamos Ana, tienes un sueldo envidiable.
— Solo porque soy su mejor amiga que si no, me darían bien poco.
— También por tu eficiencia Ana.
— Déjame recordarte que si Irina no se hubiera ido de modelo creo que seguiría de subgerente.
— No es verdad, si Mariano y yo estábamos a punto de ponerte de gerente en otro de los restaurantes.
— Pero donde estoy es el más importante para ustedes y ella estaba por encima de todos.
— Bueno ya eres gerente, ahora cambiemos de tema por favor.
— Aun sigues ena...
— Pediré la cuenta. —Le hago una señal al camarero con la mano.
— Perdón no quería arruinar la comida.
— No has arruinado nada, solo ya me apetece marcharme tengo unas cosas pendientes.
— Bueno yo pago.
— No, yo pago.
— Mitad y mitad.
— ¡Que no Ana!
— Oye yo te invite a comer.
— Ana, Yo pago así déjalo ya enserio. —Me siento muy molesto.

Pago la cuenta y nos vamos, voy y la dejo en su casa.

— Gracias me lo pasé bien.
— Yo igual, nos vemos Anita. —Le doy un beso en la mejilla, me subo al coche y nada más meter la llave lo pongo en marcha y me pongo a conducir hacia mi apartamento.

Nada más llegar me quito la chaqueta, y me sirvo una copa de coñac.
Empiezo a saborear el licor y noto como recorre mi garganta y la sensación de quemazón se va convirtiendo en algo agradable y reconfortante. Me pongo cómodo en el sofá y al echar la cabeza hacia atrás empiezo a recordar la conversación con Mariano y la insinuación de Ana… como me molesta que mencionen a Irina.
Me quedo bebiendo buen rato no me doy cuenta cuando caigo dormido.



Irina.


Mi carrera como modelo iba "viento en popa" todo gracias a la madre de Andrew, pero para que negar que con mis encantos y mis atributos todo fue de maravilla, soy hermosa un cuerpo escultural.

A mis diecisiete años era pobre pero siempre había estudiado. Deje la preparatoria por falta de dinero y apoyo de mis padres varias veces trataron de venderme con hombres de la alta sociedad, pero nunca me deje siempre que me dejaban a solas con un hombre salía golpeado es por eso por lo que el día de hoy presumo de toda la riqueza que tengo como modelo.

Tiempo después me salí de mi casa y viví por dos años con mis abuelos, empecé a buscar trabajo y batallé mucho sin la preparatoria terminada.

Encontré de limpieza en el restaurante S'alads, rogaba que me subieran de puesto, pero siempre me decían que tenía que ganarme el subir, a los dos meses subí, y como pasaba más tiempo en el restaurante, porque de limpieza era más estar en el baño y lavar la vajilla.

Cada dos o tres días miraba a un hombre entrar y salir a la oficina de gerencia que era Mariano, y la subgerente era una tal Ana. Ganaba bien de camarera y más las propinas ayudaba mucho a mis abuelos con los gastos.

Estaba llevando una bandeja con un gran pedido, y me choqué con un hombre que por mi mala fortuna le eché todo encima.

— ¡Qué mierda!
— Perdóneme no lo vi, nunca me había pasado esto.
— ¿Cómo es que eres camarera? Que t... —Cuando por fin me mira recorriendo todo mi rostro se queda callado—. ¡Bonita! camarera muy bonita.

Me pongo roja.

— Lo siento mucho yo...
— No, discúlpame tú a mí, yo venía distraído y tú has dicho que esto nunca te ha pasado.
— Pero si hubiera tenido más cuidado no habría pasado esto.
— No te preocupes. —Le sonrío y me agacho para arreglar el desastre, pero me toma del brazo—. No lo juntes que pongan a alguien más.
— Pero ella lo ha tirado Andrew —dice Ana.
— Pues que alguien más se encargue Ana.
— Bueno un placer conocerte —Levanta las cejas.
— ¡Irina!
— Irina, muy lindo el nombre también, soy Andrew.
— Un gusto. —Nos quedamos callados mirándonos y sonreímos.
— Bueno Irina creo que nos veremos más seguido por aquí, me retiro.

Después de conocerlo venía más seguido al lugar y hablábamos mucho. Poco tiempo después me fueron subiendo de puesto, así como si nada, pero sabía que era todo gracias a Andrew.

Empezamos a salir como amigos y después todo fue subiendo de tono hasta que me pidió ser su novia, mis abuelos fallecieron en un crucero que yo les pagué porque se lo merecían, pero yo me sentía tan culpable.

Andrew no quería dejarme sola y me pidió que viviera con él y acepté. Nada más hacerlo oficial me subieron de gerente en el trabajo cuando Mariano se retiró.

Ya llevaba dos años de relación con Andrew.

Cuando cumplí 20 años la madre de Andrew llegó a quedarse un tiempo en casa, ahí la conocí al principio como que no me aceptaba, pero con el tiempo teníamos una buena relación, ella fue la que me empezó a mencionar que le gustaba como para modelo y como no, pues me encantó la idea.

A mis 22 Empecé hacerle trabajos como modelo, aunque a su hijo no le agradaba, y fui subiendo poco a poco la fama.

Toda iba bien, hacia sesiones fotográficas con hombres, mujeres y grupales.

Me empezaron a tirar la onda y cada vez me sentía de maravilla, conocí a famosos que me mandaban ramos a la casa de Andrew y el empezó a verse muy celoso y posesivo.

Con lo que tenía ahorrado me compré un apartamento muy alejado de casa de mi novio.

Empecé a descuidar nuestra relación y me salí de gerente, amaba mucho a Andrew, pero me enfadaba que quisiera interponerse en mi carrera.

Empecé no sólo a acostarme con fotógrafos si no con modelos famosos, y por más que tratábamos de ser cuidadosos siempre corrían los chismes, pero Andrew está ciegamente enamorado de mí y lo hice a mi modo.

Hasta cuando me metí con su hermano. Habíamos hecho un viaje a un rancho de su padre y todos andaban fuera.

Cuando entré a mi habitación me encontré a Marlon entre acostado y sentado en mi cama, masturbándose, oliendo una de mis bragas, y eso me calentó muchísimo, dejé caer mi botella de agua.

Él se tapó de inmediato sonrojado y comenzó a disculparse tartamudeando y le callé y fue su primera vez conmigo.
Que ternura y nunca fue la última vez que tuvimos.

Y aún que con Andrew tenía un sexo uff tan caliente.

“Cambié, porque batallé para subir donde estoy”

Hasta hoy empiezo arrepentirme de haber pedido un tiempo a Andrew, pero empezaba a cortar mis alas mucho.
Marque su número.

— Mariano en otro momento te llamo.

Me colgó, pensó que era Mariano.

— ¿Qué haces?
— ¡Kate! Yo estaba.
— Llamando a mi hijo, te he dicho que no lo llames, dame tu teléfono.
— Solo quiero decirle unas cuantas cosas.
— Te he dicho que me des tu teléfono y deja a Andrew en paz.
— No lo apagues por si llama.
— Demasiado tarde, dime algo que te interesa más.
— Ya sabes que esto Kate, a tu hijo en menos de un minuto lo tengo conmigo.
— Correcto.

Sonreímos.




Andrew James


Al día siguiente me levante a las 5 am para llamar a Thiago el jefe de mi equipo de seguridad, para que viniera con unos 3 hombres más.

Llegaron a las 5:40 AM.

El Sr. Henry entra a las 8 am, y gracias a seguir a Chiara ya sabía dónde vivía, pero no tenía ni idea si se iba en auto.

Estacionados a tres casas antes que la de Henry, esperábamos a que saliera, llevábamos una hora aquí, en ese momento miramos que estaba saliendo de la casa y se sube a un Mercedes se pone en marcha y nosotros lo seguimos ni tan lejos ni tan cerca.

Llegamos a las 7:40, él se mete al estacionamiento esperamos que se baje.
Sale y va directo al elevador, pero es hora de entrar en acción.

Acelero el coche y me pongo delante de él y da un salto hacia atrás, Thiago y los otros tres se bajan para meterlo.

— ¡Fíjese por poco y me mata! —Mira que se bajan y hace el intento de correr.

Pero Thiago y su equipo es más rápido y lo rodean.

— Shht ¡Súbase al auto y sin escándalo!
— ¿Quiénes son ustedes, que quieren? —dice alterado.
— ¡Sosténganlo!
— ¡AAYUDAA! —Le ponen una capucha y empieza a forcejear.
— Vamos súbanlo ya, a rastras, pero vámonos ya —grito.

Le dan un golpe en el estómago y él se queja de dolor, lo suben dándole un empujón, sonrió irónico.

— Con cuidado no quiero que dañen a mi suegrito. —Sueltan una carcajada y arranco el coche.

Llegamos a una bodega abandonada, bueno se podría decir que es mía y por fuera se ve como si estuviera sola pero más al fondo está arreglado, ordeno que lo bajen y lo sienten amarrado.

Lo traen y viene forcejeando.

— ¡SUELTENME! ¿QUIÉNES SON QUÉ QUIEREN?
— CÁLLATE Y CAMINA. —Llegan y lo sientan esposado a la silla.
— ¡DINERO!  ¿Quieren dinero? Yo puedo darles lo que quieran lo que sea no es que tenga mucho, pero les doy todo.

Mis hombres sueltan la risa.

— Dudo que puedas darnos el triple de lo que nos da el jefe.
— Por favor, por favor consigo el dinero que me pidan, pero déjenme ir.

Le quitan la capucha y yo lo miro con una sonrisa en mi cara.

— ¿Qué te parece darme a tu hija? —Cuando se acostumbra a la luz me mira y veo mucha ira en su rostro.
— ¡HIJO DE PUTA QUE MAL ESTAS DE LA CABEZA ¡ESTAS LOCO SI PIENSAS QUE ASÍ CONSEGUIRÁS QUE TE VENDA A MI HIJA!
— No me has entendido yo no quiero comprarla solo quiero que sea mi esposa.
— ¿Y CREES QUE YO PUEDO CONSEGUIR QUE ELLA SE CASE CONTIGO?
— ¿Ah me das la opción de enamorarla?
— No, nunca, eres asqueroso, eres una vergüenza para tu padre no eres ese hijo del que tanto presume frente a cámaras.
— ¡Cállate!
— Si viese lo que estás haciendo… eres tan desagradable —dice Henry con soberbia.
— ¡Cállate!
— No entiendes aun verdad, tu padre te dio poco tiempo para que te casaras porque no te quiere dar la presidencia ni a tu amigo tampoco, porque piensa lo mismo que yo ¡QUE ARRUINARÍAN TODO!
— DIJE QUE TE CALLES. —Me acerco y le doy dos puñetazos en el rostro.
— Me das risa, mírate caer tan bajo buscando esposa para obtener lo que siempre has querido ¡Eres un puto ambicioso!

Le iba a dar más puñetazos, pero Thiago me paró.

— Basta Andrew, me sorprende que caigas en su juego.
— Que te quede claro que esto no queda aquí, tendré a tu hija quieras o no.
— No te atrevas acercarte a mi hija maldito loco, espera a que tu padre se entere de esto.

Me suelto de Thiago y empiezo a darle con mi puño. Entre todos me detienen.

— Me has Roto la nariz.

Veo como corre la sangre.

— Sácalo de aquí antes de que lo mate, aunque muerto sería más fácil tomar a una de sus hijas.

Se lo llevan, y me quedo pensando que tendré que hacer para convencer a este hombre a que obligue a su hija a dejar a mi hermano y casarse conmigo.

Claro la cafetería, o más bien afectar a toda su familia.

1°Sé que no te enamoraré ☪ (EN EDICIÓN)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora