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Vives en mi cerebro, en cada neurona de el. Siempre estás divagando por allí. Haciendo que imaginé cosas, que nunca pasarán. Haces que me ponga celosa, sin siquiera ver lo que estás haciendo. Haces que quiera golpear algo, pero luego, después de que imaginé todo eso, me gusta imaginar tu sonrisa. Esa dulce, que inca un hoyuelo en tu mejilla izquierda. Ese que tanto besar.

Sabes bien lo que siento, sé que lo sabes. Pero, por favor, permíteme acercarme.

¿Sabes que es lo que más amo de ti? Que si terminaste siendo inocente, con mejillas sonrojadas por el tacto de una chica, por que alguien te observé, y sobretodo, porque alguien quiera besarte.

Y yo hago la mayoría de esas cosas. Aunque no te dez cuenta, yo he sentido tu piel, hombro contra hombro, ¿la intención es lo que cuenta, no?

Cuando me conozcas, realmente, cuando sepas quién soy. No creerás que estoy loca, o bueno, no del todo. Por qué vamos, ¿qué chica normal acosa a alguien de esta manera?



Cartas a Daniel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora