Un Futuro Sin Querer.

¿y si nos conocemos?

Había pasado un par de días desde que María escribió en la biografía de Martín. Por mala suerte este no se conectaba y entonces el aburrimiemto crecía más.

-Y si pruebo por...-pensó un momento mientras notó un mensaje nuevo.-publicarle otra cosa- concluyó. Decidiendo por revisar la conversación recién llegada.

-Hola...

-Holis, ¿Cómo estás? ¿Quién eres ?

-Hey, aquí bien. soy Antonio. De Mocúpe ¿y tú?

Antes de responder pensó en que podría ser algún familiar que ocultaba sus datos.

- A que bien, yo soy de Lima respondió con suma cautela tratando también de ocultar su identidad.

-Conoces a mi primo, ¿verdad?

-¿de quién me hablas?

-De Martín, tú publicaste algo en su muro...

Con esto sus dudas fueron aclaradas, no le importó de quién se tratase, puesto que lo único que ella quería era estar "ocupada" y hasta el momento parece que lo a logrado.

-A sí, ya lo recuerdo. Fue por causa de la soledad, quería hacer hora y no tenía con quién.

-Pues te pido que lo borres inmediatamente, porque mi tía se a enterado y no sé qué va a pasar.

Algo asustada por lo que acababa de leer, decidió no responder sin antes borrar aquello.

-Ya está, díme ¿de qué parte de Mocúpe eres...?

-Wou, ¿conoces Mocúpe?. Vivo por virgen del Carmen.

En ese momento por la cabeza de maría pasaron todas los nombres de algunos que conocía y no encontró a Antonio.- debe ser alguien nuevo- pensó.

-Pues fíjate que sí, yo soy de ahí. Y Estoy de vacaciones.

-Ah, que bueno. ¿Cuándo vienes? ¿podemos conocernos? Porque la verdad, "Me encantas"...

Al terminar de leer sintió entonces algo raro en su ser, puedo afirmar que el amor nació desde ese día y fue sin querer. A María también le empezó no a encantar, ni querer sino a amar, sus manos se dirigieron por sí solas al teclado para luego. -Tu también... "TE AMO"- responder.

Esto se volvió cada día más rutinario, cada día aumentaban las palabras a la vez que acrecentaba más ese sentimiento.
Perdió todo tipo de comunicación con sus parientes y se encerró a solas para luego (entregarse) a un desconocido.

Fueron dos semanas de conversación y al fin, por primera vez sintió que a alguien en el mundo le inportaba, y fue exáctamente a las 00:00 horas del día aquel veintitres de febrero al recibir un último mensaje antes de dormir.

...-Cuidate mi princesa, yo también te amo y mucho más de lo que te imaginas...

Aquello fue como la brisa fresca emanada del mar, que recorrió por todo su cuarto y la rodeo. Fue tanta esa emoción que cayó profundamente dormida como si desmayara.

¿Cómo están? Disfruté mucho al escribir este capítulo, y espero que también puedan sentir lo que yo sentí...