A mediados del año en que entro a nuestras vidas Conde llegó a nuestro curso David. Era un niño con muy alegre y amistoso, nadie podía llevarse mal con él, siempre tenía una respuesta divertida para las pregunta que se le hacían y se ganó el cariño de todo nuestro curso.
Pese a lo que se podría pensar su paso a la realeza fue tan rápido que de un día para otro lo comenzamos a llamar Duque. Ni Principe, ni Conde pusieron objeción en que entrará al grupo, ninguno de ellos quería comenzar con las peleas y discusiones.
Las personalidades del grupo eran bastante marcadas: Principe era el líder, Conde la mente maquiavélica, Duque el carismático y yo la defensora (nadie toca a mis amigos).
Si les contara las veces que nuestros padres fueron llamados por el Director al realizar travesuras y bromas bastante pesadas en ocasiones. Por lo único que nos salvabamos de los castigos era por nuestras buenas notas y porque prometiamos que no lo haríamos más, pobres ilusos, jajajajaja.
Hasta que un día se acabó nuestra suerte y nos castigaron cambiándonos de curso, pataleamos, lloramos, nos enojamos con todos, pero no pudimos hacer nada. Así comenzo nuestra condena, bajamos nuestras notas, no comiamos, la Realeza había sido disuelta sin ninguna consideración. Ustedes dirán que fuimos muy exagerados, que porque no nos juntabamos fuera del colegio, habría sido fácil de no haber sido por nuestros padres que estaban de acuerdo con el castigo impuesto por el Director.
La situación duró aproximadamente un mes cuando después de mucho llanto y promesas de portarnos bien nos dieron una oportunidad, volvimos a estar juntos, como lo que eramos: LA REALEZA.
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Mi Posesión
Roman d'amourDesperté aturdida, sin saber donde estaba. Sólo con el presentimiento que mi vida cambiaría para siempre. Había alguien junto a mi, sólo vi sus ojos profundos y oscuros, entonces hablo: Me perteneces, eres mi posesión.
