𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟖 | 𝐋𝐀 𝐂𝐑𝐔𝐃𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃

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Querido diario,

Hoy me convencí de algo que, aunque duele, es inevitable: a veces rendirse está bien. Y hoy hice exactamente eso. Lo sé, no tengo ningún derecho a sentirme así, pero la verdad es que, a pesar de todo, lo hago. Por más que intento evitarlo y me repito: «Esto que sientes está mal» no puedo evitarlo.

Hoy Stefan despertó ¿Y qué hice yo? Simplemente me quedé allí, parada, mirando al vacío mientras las palabras del doctor resonaban en mi cabeza: «Stefan Salvatore ha despertado». Cuando por fin reaccioné, la escena que encontré fue todo menos agradable. ¿Conoces esa sensación de sentir cómo pequeños cuchillos atraviesan tu corazón, uno por uno? Pues eso fue exactamente lo que sentí cuando vi a Caroline besar a Stefan. Él le sonreía con tanta ternura mientras ella lloraba en sus brazos, como si, con cada lágrima, todos sus temores y pesares desaparecieran.

Conozco bien esa sensación de estar en los brazos de Stefan. Esa seguridad, esa paz que te inunda cuando te sostiene. Como si mientras estés entre ellos, nada malo pueda pasarte. Pero hoy, al verlo con Caroline, todo se sintió... ¿incorrecto? No sé describirlo. Lo único que sé es que esa imagen me trajo recuerdos de aquella vez que me encontré a Lexi envuelta en una toalla. En aquel momento, lo que sentí fue una oleada de celos furiosos. Pero ahora... no puedo estar sintiendo lo mismo, ¿verdad?


—Elena—  la interrumpió la voz fuerte de Damon, llamándola.

—Damon, me asustaste —fue todo lo que logró decir mientras cerraba su diario rápidamente y lo guardaba en su bolso, sus ojos siempre atentos a la intensa mirada de Damon.

—¿Dónde te fuiste?— preguntó él, frunciendo levemente el ceño —Pensé que querrías ver a Stefan, pero simplemente desapareciste. ¿Acaso sucedió algo?—

—No, no es nada de eso...— Elena trató de mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza —Solo pensé que Caroline querría más tiempo a solas con Stefan. Ya sabes, todo el asunto de estar tanto tiempo separados...—

Intentó sonar neutral mientras le ofrecía una sonrisa a Damon, quien no parecía del todo convencido.

—Bueno, siendo así —dijo Damon con su característico tono bromista  —Deberíamos ir a la habitación de Stefan. Ya sabes que Caroline no puede mantener un secreto por más de dos segundos— Se inclinó hacia ella en tono de conspiración —Apenas tuvo la oportunidad, le contó que nuestra bella durmiente finalmente despertó. Así que, ¿vamos? Apuesto a que mi hermanito se muere de ganas de verte—.

Sin esperar respuesta, Damon la tomó de la mano y empezó a guiarla por los pasillos del hospital. Elena apenas se había dado cuenta de lo lejos que se había alejado de la habitación donde estaban Stefan y los demás. Solo sabía que necesitaba alejarse en cuanto vio a Caroline y Stefan juntos. Y ahora, nuevamente, se dirigía hacia aquel lugar. ¿Estaba realmente lista para verlo? Y si lo estaba, ¿qué le diría? Había pasado tanto tiempo desde la última vez que hablaron cara a cara.

Bᴀᴄᴋ Tᴏ Tʜᴇ Sᴛᴀʀᴛ (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora