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Un fuerte brillo la deslumbraba, iluminándole el rostro y haciéndole imposible mantener los ojos abiertos por mucho tiempo. Podía sentir que estaba recostada sobre una superficie blanda, la textura de las sábanas le resultaba inusualmente familiar. El suave calor envolvía su cuerpo, pero, al mismo tiempo, había algo en esa sensación que la desconcertaba. Era como si acabara de despertar de un sueño profundo y confuso.
«¿Acaso me quedé dormida luego de que Bonnie desapareciera junto a Enzo?» pensó, sin poder evitar que un estremecimiento recorriera su espalda.
Se incorporó lentamente de lo que deducía debía ser una cama, la misma en la que Bonnie la había encontrado en medio del bosque. Sus manos volaron hacia sus ojos, frotándolos con desesperación para intentar aclarar su visión borrosa. Era como si hubiera mantenido los ojos cerrados durante un largo, larguísimo tiempo. Poco a poco, su vista comenzó a enfocarse, hasta que, finalmente, todo a su alrededor se tornó nítido.
Lo primero que notó fue que ya no estaba al aire libre. No había árboles ni viento fresco acariciando su piel. Para su sorpresa, se encontraba en una habitación cerrada... pero no en cualquier lugar. Su respiración se detuvo un momento al darse cuenta de lo familiar que era ese espacio.
Entonces, como un torrente imparable, los recuerdos comenzaron a invadir su mente: la aparición repentina de Bonnie, su extraña conversación, la inexplicable sensación de estar en el instituto, y luego... Stefan. Su encuentro con Stefan.
Elena sintió cómo su corazón latía con fuerza desbocada, tanto que le resultaba doloroso. Un leve dolor de cabeza comenzó a intensificarse. Todo era confuso, y cada vez más preguntas cruzaban por su mente, sin respuestas claras a la vista. Y, como si el destino quisiera jugar con su mente, había terminado exactamente en el lugar más íntimo y cercano de aquel que no había dejado de ocupar sus pensamientos desde aquel encuentro.
«La habitación de Stefan», pensó, sus ojos recorriendo las paredes con un sentimiento mezcla de nostalgia y melancolía.
El caos en su mente comenzó a disiparse poco a poco, reemplazado por una calma que parecía envolverla por completo. El lugar se sentía extrañamente seguro, acogedor. Era como si nada malo pudiera sucederle ahí, como si fuera un refugio impenetrable a cualquier tipo de angustia o amenaza. Casi temía pestañear por miedo a que todo desapareciera, llevándola de vuelta al inestable limbo del que había emergido.
Sus ojos vagaron por la habitación, observando cada detalle con una mezcla de sorpresa y extrañeza. La habitación no había cambiado. Los estantes frente a ella seguían llenos de libros, algunos de ellos viejos y polvorientos, y reconoció varios diarios entre ellos. A su derecha, una amplia ventana que recordaba bien daba a un balcón igualmente espacioso, y desde donde se podían ver las copas de los árboles del exterior.
Tan absorta estaba en sus pensamientos que no se había percatado de que no estaba sola. Un leve susurro la sacó de su ensimismamiento, haciendo que girara bruscamente la cabeza. Y ahí estaba, mirándola con una mezcla de alivio y sorpresa.
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Bᴀᴄᴋ Tᴏ Tʜᴇ Sᴛᴀʀᴛ (Editando)
Fiksi Penggemar〘 𝑺𝓽𝓮𝓵𝓮𝓷𝓪〙Final Alternativo. Luego de derrotar a Katherine, Stefan logra sobrevivir pero queda muy malherido. Esto hace que tanto Damon como Caroline reconsideren muchas cosas, empezando por el hecho de que Elena y Stefan ahora son humanos y...