Cap. 15 Un día para recordar

1.7K 42 0
                                    

Al llegar a la casa de mis padres en donde pasaríamos fin de año, llegamos un día antes de toda la locura, para poder descansar, es decir habíamos viajado la noche del 29 de diciembre, para llegar el 30 por la mañana y pasar el 31 en familia, mi hermano Adam vendría durante algunas horas. Nos iríamos de México dos semanas después, puesto que mi madre insistió Alexander estuvo de acuerdo, aunque no sabía si él se quedaría conmigo.

Cuando llegamos mis padres no se encontraban así que a los que saludamos fue a mis abuelos, mi abuela Carolina era una persona ya mayor tenía 73 años pero sonreía como una colegiala aunque se estaba quedando sin dientes, siempre he admirado que a pesar de todo lo malo que paso con el abuelo ella siempre estaba ahí para darle ánimos y apoyarlo en todo, lo de ellos era u amor infinito, por otra parte el abuelo Martin fue siempre muy ocupado, pero amaba a su familia aunque no pasara la mayor parte del tiempo, pues se dedico a levantar la empresa que ahora de no ser por Alexander se encontraría en ruina. La abuela era una mujer sin pudor pero muy respetuosa, es decir, era de las personas que sabía cuando donde y con quien actuar así no es que fuera doble cara todo lo contrario solo que era un poco desconfiada de las personas desconocidas y prefería guardar distancia con ellas para evitar cualquier tipo de choque, era una mujer recia pero con dulzura, amaba a sus seres queridos, y estoy segura que daría la vida por cualquiera de nosotros, porque su amor de ella era infinito.

- Pero mira que tenemos aquí ¿este bombón de donde ha salido?- pregunto mirando sin disimulo a Alexander el por otro lado le sonrío de manera cálida.

- Abuela él- señale a Alex- es mi marido ¿No lo recuerdas?- mi abuela sonrío de manera coqueta que la hacía ver tierna, por otro lado mi abuelo gruño en respuesta, ohh Alexander aun no se lo ganaba.

Mis familiares apenas habían conocido a Alexander ya que antes de la boda solo nos veíamos él y yo, salíamos a cenar algunas veces con su familia, otras solos, mis abuelos sabían de que existía por la cena de compromiso en donde anunciamos que nos casaríamos, pero ese día la abuela se sentía un poco agotada, así que junto con el abuelo se fueron a dormir un poco pronto, y no se volvieron a ver hasta el día de la boda, en donde por la cantidad de personas y socios de Alexander apenas teníamos tiempo para platicar un poco con todos, aquella boda servía como un imán de negocios para Alexander y él por supuesto no dudo en aprovechar la oferta.

-Claro que me acuerdo-dijo ella mirándolo fijamente mientras el tomaba su mano cuan caballero y la besaba

-Esto es extraño - comente yo sin poder aguantarme la risa, veía en los ojos del abuelo algo de gracia pero sabía que no quería reírse mientras Alex seguía ahí.

Después de eso subimos a mi habitación, bueno nuestra habitación, mamá había dicho a la abuela cual sería en caso de ella no estar presentes, la habitación estaba decorada con una amplia cama con un pequeñas mesitas al lado de la misma de color negro unas sabanas blancas adornaban esta, un sillón de igual color negro junto a la ventana que daba directo a el mar en estas se encontraban una largas cortinas color beige que cubrían el balcón que sobre salía de la habitación , en la recamara había dos puertas, al abrir una que estaba a la derecha me di cuenta que era el baño y al lado izquierdo suponía que se encontraba el armario. Apenas me acosté sobre la cama, sentí relajación, las olas se alcanzaban a percibir claramente desde este lugar, las maletas las habían subido las personas del servicio.

- Me voy a dar una ducha-avise a Alexander.

Él se había quedado de pie admirando las hermosas olas que se creaban y morían en el mar , cuando me escucho se volteo para verme y sonrío de lado, era una sonrisa terriblemente atractiva, moja bragas como la estaba nombrando mi conciencia en estos momentos, ohh dios tenía que aparecer mi conciencia lujuriosa, tome mis cosas rápidamente de la maleta y me metí en el cuarto de baño, me desnude por completo para meterme a la ducha, deje que el agua que caí como una lluvia artificial sobre mi desvaneciera mis pensamientos exóticos que estaba teniendo en esos momentos en los cuales al verlo con los simple vaqueros que caían sobre sus caderas de una forma tan sexy y su camiseta color blanca con su piel bronceada, aun no entendía por qué tenía la piel bronceada y no clara, sumergida en mis pensamientos, no escuche cuando la puerta se abría, no fue hasta que sentí unas manos sobre mi piel, me voltee asustada, pero cambio, de ser miedo a que algún loco se metieras ( ya se estaba paranoica) a ser sorpresa, delante mío tenia a Alexander, desnudo, no es como si no hubiese visto antes pero joder, después de todo lo que paso no me esperaba esto, me sonrío como hacía uso minutos en la habitación, sin darme tiempo a quejarme me sujeto con fuerza de la cintura y me beso al principio intente alejarme pero era imposible sus fuertes brazos no me dejaban mover, sin más le seguí aquel beso que se volvió apasionado como si tuviéramos años sin tocarnos, cuando el beso se volcó descontrolado abrí más la boca y su deliciosa lengua entro en mi, derritiéndome como una loca, si no tuviera sus manos en mi sujetándome estay segura que me caería de las sensaciones tan llenadoras que sentía en mi, sus manos viajaron hasta mis nalgas y las tomo y apretó, a lo que yo solo respondí con un jadeo de satisfacción desde la luna de miel no había tenido ningún tipo de relación con alguien mas aunque en eso habíamos quedado no me apetecía mas que sus besos, sus carias, su cuerpo tocara el mío y se adentrara en mi interior, hasta hacerme gritar de placer, y pronunciar su nombre, me subió sobre sus caderas de manera que mis piernas quedaban alrededor de esta, mis pezones estaban duros ansiando su tacto mientras él se entretenía en mi cuello, lo mordisqueaba, chupada y jalaba a su antojo a lo que yo solo me aferre más a él.

Matrimonio por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora