ROSS

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Shawn había ya tardado, así que pensaba marcarle para saber si ya venía, pero al desbloquear el celular, tenía varios mensajes de Erick; mi cuerpo comenzó a sufrir un escalofrío de pies a cabeza. Tomé lo primero que encontré y me lo he puesto, no pensé más, así que tomé las llaves y salí azotando la puerta.

Había marcado a un taxi, pero este no llegaba aun, el cuerpo no dejaba de temblarme y las piernas perdían seguridad. Revisé el reloj y el taxi había demorado ya quince minutos. Escribí una respuesta a Erick "No te atrevas" y a los pocos segundos recibí la respuesta "Ya sabe todo."

Jamás he sentido la sensación de que se te baje el azúcar, pero lo asimilaba con lo que me sucedía en estos momentos, la cabeza comenzó a dolerme y mientras veía la respuesta, se me ocurrió una idea brillante.

El taxi llegó después de media hora de retraso, así que me subí, y le pedí que me llevara a la dirección que el teléfono me mandaba sobre la ubicación de Erick, supuestamente el último mensaje que me mandó, ya que dudaba mucho que siguiera en el bar. Estaba en su casa, así que mientras el taxi avanzaba, yo intentaba marcarle a Shawn. Tenía un mal presentimiento, así que no dejé de insistir.

Al llegar, toqué el timbre de la casa de Erick, pero no recibí una respuesta. Marqué a su celular y respondió;

—Estoy afuera

— ¿De verdad? No lo puedo creer. —En seguida me colgó y esperé a que me abriera.

Temía a todo, y mis oídos se empezaron a calentar.

—Adelante —Erick me abrió la puerta.

No veía a Shawn por ningún lugar, lo cual me preocupaba y más si ya sabía todo. No sabía que decir, pero será difícil el poder hacerlo entender.

—Eres un idiota —Una voz habla a mis espaldas y me termina por dar un golpe en la espalda.

—Shawn, puedo explicar todo

—Sabes, no necesito saber nada. Sólo sé que no te quiero ver en mi vida. —Shawn subió los escalones de la casa y lo seguí

—Escúchame por favor.

—No sigas, Ross. —él empezó a subir más rápido

—Por favor —Intenté tomarle la mano pero se alejó de mí —Shawn, perdón no es lo que parece.

— ¿Qué? Eres un puto mentiroso y no puedo creer que estuve a punto de darte mi virginidad. Maldito hijo de puta.

—Shawn, lo de Erick no tiene nada que ver contigo

—Eres un sínico —Shawn alzó la voz —No puedo creer que tengas el descaro de mentir aún más.

—Yo no te miento —Por alguna razón, comencé a gritar de igual manera que él o un poco más fuerte. —Yo soy lo que has visto hasta ahora, y no dejaré que me grites, está bien, cometí un error, pero quiero cambiarlo

— ¿y crees qué así de sencillo se solucionará todo? —Shawn comenzó a reírse para evitar llorar —Escúchame, no quiero saber nada de ti.

—Pero Shawn —Un nudo empezó a formarse en mi garganta.

—Cállate, la policía viene en camino y no pienso dejar que está vez escapes maldito violador.

— ¿Violador? —Mi cara cambio de enojada a confusión. — ¿De qué mierdas hablas?

—No te hagas el santo, Erick me dijo todo

— ¿de qué yo andaba con él cuando te enseñaba a tener sexo en mi habitación? —Ahora la cara de Shawn era de confusión

—No te hagas el idiota —Interrumpí a Shawn y hablé.

—No sé qué te habrá contado, pero yo era novio de Erick cuando tuvimos aquella situación en mi casa, después comencé a enamorarme de ti y lo he terminado. Él me dijo que haría todo por buscarte y decirte que yo andaba con él mientras teníamos nuestros encuentros casuales, pero la verdad es de que no es así, yo ya había terminado con él, solo debo admitir que él era mi novio la primera ocasión en la cual tuvimos nuestro encuentro en mi cuarto.

— ¿Qué hay de su hermana?

— ¿hermana?, él no tiene ninguna hermana. —Shawn se llevó ambas manos a la boca, y eso fue lo último que vi antes de comenzar a perder la visión de lo que sucedía. Caí al suelo y entre sombras, pude ver a Erick cerca de mí.

EL MAESTRO DEL SEXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora