Relatos de un asesino

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Tengo las manos manchadas de sangre por pecados que aún no cometí. Tengo lagunas en mi mente las cuales no me dejan recordar quien soy ni que estuve haciendo.
Que no merezco el perdón, que no es necesario para un alma solitaria que vaga por vagar y actúa por actuar más no piensa en las consecuencias. Un alma que solo piensa en sí misma.
Cuántas veces habré robado el pan a niños huérfanos que viven en la calle. Cuántas veces me habré deshecho de personas para que mi vida fuera la única, por (un innecesario) sobrevivir.
Es necesario. Es necesario recalcar que mi cuerpo no siente remordimiento, que está feliz,  no piensa sino actúa a su propio beneficio. Le gusta la adrenalina y el peligro; me gusta la adrenalina y el peligro.
El viento de cara y no de cola, la mar brava y la tormenta a todas horas. Que sentir así es vivir para mí. No conozco otra vida y nunca la conoceré.

No hay posdatas.

-Un asesino-

Lo que no te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora