Kogane no Hana ※ Aizawa Shouta (Eraserhead) x Lectora

Capítulo seis

Capítulo 6
Lo siento

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Una extraña sensación de vacío llenaba mi cuerpo, el dolor se presentaba en mi pecho y lentamente me asfixiaba.

Veía a mi alrededor buscando auxilio pero todo lo que mi mirada captaba era el color blanco.

No soportaba esto, era como morirme lentamente, como una ilusión tan perforadora que no te deja escapatoria.

Me sentí como el príncipe que está vez debía ser rescatado.

No podía caminar mucho. Siempre que pisaba el suelo resonaba con un sonido ensordecedor. Podía sentir el palpitar de mi corazón en mi cabeza, signo de que una de dos, el aire me faltaba o no soportaba la "ilusión".

No podia caminar más, mi aire se había agotado y no soportaría escuchar el sonido que traladaba mi cabeza fuertemente.

Todo se sumió en un oscuro silencio, ya no podía escuchar ni siquiera mis latidos o mi muy corta respiración. Absolutamente nada.

El llanto desconsolador de alguien resonó con fuerza en la habitación más sin embargo está vez me sentía mejor, capaz de poder levantarme y el sonido ya no me molestaba.

Camine a siegas, únicamente siendo guiado por el triste sonido cantado por una pobre persona.

—¡Déjenme!— un grito se escuchó y empeze a correr a su dirección. Aquella voz se me era tan familiar pero a la vez tan distante. —¡Hermanito! ¡Ayúdame!

Me sentía tan mal al escuchar eso y empeze a correr con todo lo que tenía pero era como si me jalaran y me alejaran cada vez más de la voz.

El suelo de agrietaba con cada paso que daba y mi nerviosismo apareció. Nesesitaba llegar a la voz, ¡y ya!

Demasiado tarde...

El suelo de quebró en miles de pedazos los cuales reflejaban diferentes escenas más sin embargo todas borrosas. En algunas había una mujer en una camilla, en otras un hombre tosiendo y en muy pocas una niña jugando o corriendo.

No entendía en lo absoluto. Solo cerré los ojos esperando el impacto de la caída pero no fue así. En vez de aquello sentía pasto entre mis dedos y un despejado cielo se abría sobre mi, tranquilizándome con sus suaves y anaranjados colores.

Me levante con cuidado viendo a mi alrededor. Estaba en un prado, las flores —las cuales parecían ser margaritas— se extendían por todo el lugar, perdiéndose a la lejanía. El viento soplaba moviendo con delicadeza las hojas de algún que otro árbol del lugar, y el cielo no podía ser mejor.

A lo lejos divisé a una pequeña niña de cabellos color chocolate y una diadema de exóticas flores. No podía tener más de 6 años, y sus ojos altones y sus mejillas sonrojadas la hacían ver más tierna de lo que era.

Camine a paso lento hacia ella y al darme cuenta de quien era me sorprendí.

—¿(TN)-chan?

La pequeña niña solo se acerco a mi y me brindó una cálida sonrisa la cual correspondí con una de medio lado.

—¿Sabía usted que en el bosque se encuentra una flor especial?— la pequeña se veía emocionada y yo solamente me quede pensativo. No me había preguntado nada y solo llego directo al grano. — ¡Dicen que si se la das a una persona entonces sus vidas estarán unidas para siempre!

—¿enserio?— la mire y ella solo asintió energéticamente para tomarme de la mano y guiarme por todo el prado.

Todo esto era un tanto confuso. Realmente no entendía absolutamente nada. ¿Acaso los anteriores gritos desgarradores eran de ella? Con solo imaginármelo de me hace un hueco en el pecho.