capitulo dos

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Había llegado a casa y a mi madre se le ocurrió preguntar quién era que me traía, lo único que quería hacer era llegar y acostarme, no quería pensar en esos ojos grises que me enloquecen desde que los vi en el salón, no sabía si debía o no pensar en el pero tenía algo que me envolvía y me llevaba a pensar cosas más allá de lo que debía, esos momentos cerca de él me habían vuelto loca, cada uno de esos choques eléctricos que me mandaba su cuerpo al estar cera de él eran placentero y aún no había pasado nada más.

Elizabeth, ¿Quién era ese chico? Mi madre me miraba sorprendida de que yo hubiera llegado con un chico, pero no me lo preguntaba molesta, en cambio parecía aliviada de que había llegado, había dicho que llegaría temprano y con Mia.

Él es un compañero que se ofreció a traerme después que Mia me pidió el carro prestado- no quería decirle que estaba molesta con Mia, así que mejor era mentir a estar soportando sus interrogatorios que parecían de policía.

ah ok, bueno ¿cenaste? en realidad no quería comer solo quería llegar a mi cuarto

si, comí antes de llegar subiré estoy muy cansada- le dije a mi madre ya con un pie en el primer escalón y la mano en el barandal de la escalera, subí lentamente hasta llegar a mi habitación donde se encontraba mi cama, mi dulce cama, sentí mucho sueño y cansancio así que decidí cepillarme los dientes, lavarme la cara, ponerme la pijama y dormir, no pensaría en nada más que en dormir, tenía que tomar las pastillas recetadas por Jeannette, recordé de repente que mañana tenia cita con ella, cepille mis dientes, me lave la cara y me puse la pijama, me coste y me sumí en un hermoso sueño donde, estaba el, estaba Alex con su respectiva ropa negra y estaba yo, pero en mi sueño él tenía alas, hermosas e imponentes alas negras que combinaba perfectamente con sus ojos grises, en ese momento del sueño, él se agrandaba maximizaba su tamaño de manera impresionante y los ojos los tenia rojo, paso de ser un chico encantador a un demonio o algo parecido, tenía unas garras en las cual me tenía prisionera , pero algo me decía que no me iba a hacer daño algo me decía que él me protegería de una fuerza mayor, y en efecto así     fue en el sueño apareció algo más grande y horrible que le decía con voz ronca “entrégame  la chica” lucharon un momento pero luego.

Desperté y no recordaba nada todo el sueño era confuso, sabía que había soñado con el pero no sabía que, preferí dejarlo así tome mi celular que estaba en la mesita de noche vi la hora y ya eran las siete y media y yo en el liceo tenía que llegar a las ocho, me levante sobresaltada pensando que era martes y tenía química, y mi profesor de quimia es un ogro, corrí al baño me bañe y me vestí con lo primero que encontré, mis zapatillas más cómodas unos jeans una camiseta con ojos de gatos a los lados y un delgado suetercito de lana, nada fuera de lo normal, tome las llaves y baje corriendo las escaleras corriendo.

-Elizabeth, no pensaras irte sin comer ¿verdad?

-mama llegare tarde si no me apuro- dije con frustración

-espera un momento, te llevaras el desayuno- espere en la puerta de la cocina, con gran desesperación, mi mama salió de la cocina con una bolsa llena de mi desayuno, cuando Salí de la casa al porche, baje las escaleras corriendo y cuando entro al garaje, me encuentro con la sorpresa de que el carro no está, se lo había dejado a Mia ahora bueno, ahora tenía que caminar lo que era peor llegaría más tarde.

Camine tres calles hasta donde estaba una cafetería, compre un agua para poder seguir y hay estaba Alex sentado tomando un café, quise retroceder y devolverme por donde vine pero él se dio cuenta de mi presencia y ya no pude disimular, había notado que lo había visto, casi como de inmediato se acercó a mí.

-deberías estar en el instituto ya ¿no?-dijo con su voz de arrogante

- si pero pare a tomar algo, y ¿tu deberías estar igual halla?- mi voz sonó un poco tímida, y eso no era lo que quería, quería que sonara más fuerte y decidida.

-si pero pare a tomar algo- su tono fue burlón y tonto.

- bien seguiré mi camino- me di media vuelta esperando a que no me detuviera, y en efecto no lo hizo, seguí caminando dos calles más abajo y escuche una motocicleta sonara a lo lejos, yo rogaba a que no sea el pero cuando me percate ya estaba a mi lado.

-Elí, ¿te llevo? Dijo con un tono más de súplica que de pregunta, y yo quería volver a estar tan cerca de el cómo ayer en la noche, aunque me gustaba su contacto cálido pero algo en él no me inspiraba confianza, titubee un poco antes de responder esa pregunta.

- Este... bueno está bien- dije a la final con cansancio en mi voz, no quería caminar más.

-Agárrate bien archangel, no queremos que te caigas ¿sí?- Dijo con ternura y un toque engreído en su voz, yo no podía resistir a su toque, a su cuerpo junto al mío era algo hermo… omití mis pensamientos y me dirigí asía el con gran confusión

- espera un momento, ¿Cómo me dijiste? ¿Archangel?

- son muchas preguntas ¿no te parece?

-claro que no, son solo dos así que responde.

-si está bien, te dije archangel es de cariño, pensé que no te ibas a molestar.

-pues si me molesta, no lo hagas te lo agradeceré.

- ok- dijo con voz burlona estaba empezando a creer que leía mis pensamientos y que sabía que lo había insultado.

Cuando llegamos, faltaba un minuto para sonar el timbre.

“Gracias a dios llegue temprano” pensé, escuchando como se apagaba la motocicleta y quitándome el casco.

-gracias a dios no archangel, gracias a mi- dijo con cierta petulancia, y burlándose de mi rostro confundido porque había sabido lo que pensé.

- ¿Cómo supiste eso, como supiste o que pensé?- Dije con gran confusión en mi cara.

- solo lo sé, y ya no me hagas más preguntas tenemos que entrar- su sonrisa era una sonrisa blanca que resaltaba enmarcada por su cabello oscuro, el toco mi mejilla con su mano e hizo que cualquier cosa que pensara.

Sonó el timbre y tuve que salir de mi trance para ir al aula de clase, como tocaba química nos tocó laboratorio, tener clases de química no era tan mal el problema era el profesor, Jesús Rivas era el profesor más estricto de todo el instituto, así que le gustaba que sus alumnos lleguen temprano, Alex y yo entramos y al ver que la clase estaba ordenada enseguida notamos que el profesor estaba allí, a Alex le daba igual pero yo tenía una entrada y asistencia perfecta, Alex era algo así como un chico malo, estaba vestido de negro otra vez, parecía un uniforme para él, al ver que no había más asiento nos sentamos juntos, el profesor comenzó a hablar de este lapso, los grupos que estén formados en este momento son los que estarán para todo lo que sigue de año, Mia que estaba al fondo con la cabeza enterrada en sus brazos, obviamente tenia sueño como todos los de la clase vio al profesor con los ojos bien abiertos al escuchar que él decía esas palabras, las dos levantamos la mano para dar nuestra opinión pero el profesor hizo caso omiso de nuestra intervención y siguió con lo que decía, yo solo había visto a Mia pero cuando vi a su lado estaba Ámbar, pobre de ella la compadezco tener que estar sentada al lado de Ámbar todas las clases de química durante todo un año no debe ser fácil, las dos nos miramos con tristeza yo tampoco quería tener al vago de Axel de compañero, aunque era nuevo todo su aspecto decía soy el más flojo de los flojos y no te ayudare en nada, todo él era contradictorio y causaban confusión en mí, ahora que lo pienso no había recordado lo que había pasado, como sabía lo que había pensado porque estoy segura de que lo había pensado, no lo soportaba y no quería pasar todo un año más de dos veces sentada a su lado en una clase.

wingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora