Que imbécil era Kellin, ya iban tres días seguidos en los que no pasaba por mí para ir a la escuela como acostumbraba a hacer, incluso se había cambiado de sitio en clase, tres puestos más adelante. ¿Cómo podía seguir molesto por lo que había sucedido? Eso si es que ésa era realmente la razón; mi amigo era un tipo impredecible, como una verdadera mujer. Quizás también tenía su período y todo; probablemente estaba pasando por esos días y realmente ESE el motivo de todo su malestar. Sí, probablemente era eso.
No podía concebir que estuviese molesto porque un tipo desconocido me había besado, ¿qué tenía eso que ver con él? NADA. Incluso si el maestro lo había regañado por mi causa, ya había pasado agua bajo el puente y se supone que el agua arrastra y se lleva consigo las cosas, ¿no?
- Puto Kellin - murmuré entre dientes tendido de espaldas sobre la cama luego de haber regresado de la escuela, pero un bufido me alertó que no estaba solo. Levanté la vista y noté que mi hermano estaba de pie en la puerta apoyado en el umbral de la puerta con los brazos cruzados sobre el pecho. Me miraba como si yo fuera un retardado, cosa que siempre hacía.
- ¿Qué? ¿Por qué me miras así? - pregunté mientras me sentaba en la cama quitándome las zapatillas y lanzándolas contra la puerta del clóset.
- Definitivamente eres un imbécil, Vic - lanzó como si nada, totalmente convencido de lo que decía. Me quedé mirándolo perplejo, ¿se había puesto de acuerdo con Kellin?
- ¿Acaso a ti también te llega el período? - abrió los ojos como platos e hizo una mueca de desagrado con la boca -.Olvídalo - me dejé caer hacia atrás en la cama con los brazos abiertos y suspirando sonoramente.
Sentí la cama hundirse a mi lado, no quería mirar, sabía que Mike se había sentado porque quería hablar de algo. Fingí indiferencia para ver si lograba que se marchara, pero nada me salía bien últimamente.
- ¿Por qué Kellin no ha venido a buscarte? Hace como tres días que te veo salir solo... ¿Qué le hiciste?
- ¿¡Qué!? - pregunté sobresaltado y sentándome de golpe. No lo podía creer, mi hermano, mi propio hermano, quien compartía mi sangre y mis raíces, mi amor por los tacos y burritos, él, ¿estaba del lado de Kellin? - ¿Por qué tuve que haberle hecho algo? ¿Acaso no pudo ser él quien me hizo alguna cosa? Deberías estar de mi lado, eres MI hermano, no el de Quinn.
- No estoy del lado de nadie, Vic - respondió con molestia frunciendo el ceño y quitándose el cabello de los ojos -, porque soy TÚ hermano y te conozco, es que pregunto precisamente qué le hiciste.
Lo miré fijamente por unos segundos y luego bajé la vista jugueteando con mis manos mientras sentía un poco de calor en el rostro. En verdad no quería contarle a mi hermano menor, un año pero menor al fin y al cabo, que un chico me había besado y que Kellin se había molestado porque mi maestro de arte al parecer era gay, que el tipo que me besó quizás era su novio y Kellin había sido regañado por mi culpa. Pero se lo terminé por contar todo, escupí todo tan rápido y nervioso que no estaba seguro de que hubiese entendido algo de lo que salió por mis labios.
Cuando levanté la vista me miraba en silencio, con la boca entreabierta como si fuese a decir algo, pero que eso estaba atorado en su garganta sin la intención de salir de ahí. Si, me había entendido.
- ¿Y regañaron a Kellin porque ese sujeto que "quizás" era novio de tu maestro te besó? - asentí sin despegar los ojos de él. Se veía confundido - ¿Y por qué? ¿Qué tiene que ver él con todo eso?
- ¡No lo sé! Como tampoco sé qué le dijo Way - me miró más confundido -. Mi maestro de arte es Way, Gerard Way - asintió en silencio -. Sólo los vi de lejos, se acercó a Kellin y le dijo algo al oído y desde ahí que está raro conmigo. No pasa por mí para ir al colegio, no me habla, ¡Incluso se cambió de sitio en clases para ignorarme más aún!... como si eso fuera posible.
