Capítulo 02: Don't you try to blame this on me

792 59 6
                                    

Caminé con paso firme y apresurado hasta quedar frente a la rata usurpadora, puse mi peor cara frunciendo el ceño con una mueca despectiva en el rostro y apretando los puños. Pero él no se daba por aludido.

- ¡Ejem! - no tuve respuesta - ¡EJEEEEMMMM! ¡Hey, tú!

El chico levantó la vista con el ceño fruncido y algo confuso.

- ¿Me hablas a mí? - preguntó con un aire desafiante, sabía que le hablaba a él, pero sólo quería molestarme.

- No veo a nadie más por aquí - respondí mientras movía sus cosas hacia un lado bajo su atenta y sorprendida mirada para sentarme bajo la sombra del árbol.

- ¿Qué haces? No recuerdo haber permitido que movieras mis cosas y te sentaras conmigo - replicó finalmente con molestia.

- No me estoy sentando contigo, estoy junto a ti, que es muy diferente - pegué mi espalda al tronco y crucé los brazos sobre mi pecho agachando la cabeza, listo para una siesta.

Un dolor punzante en la frente me sacó de mi estado de paz. Llevé mis manos al sitio de dolor y cuando logré abrir los ojos, vi al usurpador con la vista clavada en mí y bastante fastidiado. Voltee a un lado y vi un libro junto a mí, uno que no recordaba haber traído. El idiota me lo había lanzado mientras tenía la guardia baja, levanté mi rostro con mi ceño fruncido hacia él.

- ¿Pero qué putas te sucede? - le lancé el libro de vuelta, pero el desgraciado logró esquivarlo - ¿Por qué me lanzaste esa cosa? ¡Me diste en la cabeza con él, idiota!

- Para eso te lo lancé, retardado, para que te diera de lleno en esa cabezota de niña que tienes - ¿niña? ¿me había llamado niña? -. Lárgate de aquí si no quieres que te siga aventando cosas.

- ¿Perdón? - abrí mucho los ojos sorprendido por lo que acababa de oír, esa había sido la gota que rebalsó el vaso -. El que tiene que salir de aquí, eres tú. Éste es MI lugar y tú decidiste ocuparlo sin mi consentimiento. Además - me acerqué lo suficiente a él para darle un fuerte puñetazo en el brazo -, no soy ninguna niña, imbécil.

- ¡Ouch! Eres un...- se abalanzó sobre mí y se desató la guerra. Golpes iban y venían en una maraña de piernas y brazos. Luego de unos minutos, caímos rendidos uno junto al otro sin conseguir que alguno abandonara el lugar.

- Mi nombre es Frank - dijo de pronto con la voz entrecortada mientras se abanicaba con un cuaderno para quitar el calor que la pequeña pelea causó.

- Vic - respondí sin mirarlo intentando recuperar el aliento y resignado a que no se movería - Eres un imbécil.

- Lo mismo digo - nos miramos de reojo y rompimos a reír estruendosamente por lo idiotas que habíamos sido.

Era un chico bajito, quizás de mi estatura. Era más pálido que yo, como todos, y sus ojos eran de un tono que no pude distinguir, a veces verdes, a veces dorados, avellanados creo que es la palabra. También llevaba un piercing en la nariz además del que tenía en el labio inferior. Su sonrisa era extrañamente contagiosa y fácil, eso me agradó. Sentí que éramos parecidos, no como en las películas en las que encuentras a tu alma gemela y esas cosas algo gays, sino que podía identificarme con él y él conmigo, si quería, claro está.

- ¿Qué haces aquí afuera? - Inquirí cuando mi respiración había vuelto a la normalidad - ¿No deberías estar en clases?

Bulletproof Love (Kellic - Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora