Lou

631 41 19
                                    

Aquél chico seguía viéndole tras sus rizos como si Louis no fuera a darse cuenta. Tal vez si no le señalara sería mucho más fácil pasar desapercibido.

Las primeras veces que lo había visto espiándole le había parecido encantador, un chico vergonzoso que busca hacer amigos pero es demasiado tímido para acercarse. Luego le dió miedo cómo le miraba en las duchas, con deseo, Louis intentó ignorarlo lo más que podía; dejar de coincidir con él donde fuera.

Y ahora estaba decidiendo cómo se sentía al respecto. No le gustaba pillarlo mirándolo, eso seguro, pero ya le importaba menos.

Prefería centrarse en la morena de ojos marrón claro que tenía al lado. No era la novia más bonita que había tenido. Pero la quería muchísimo. Eleanor, que no Eleonor, ni Leonor, como muchos pensaban, había sido un pilar muy importante en su vida en los últimos años. Había sido su primer amor, y habían tenido que separarse, pero el destino los había vuelto a unir.

Quería que acabara de trabajar para ir a su casa con ella, y hacerle el amor muchas veces.

Louis había decidido empezar a trabajar junto a Eleanor en una cafetería. En la que para su desgracia debía ver a Harry todos los días.

Parecía que el ojiverde no tenía nada más productivo que ir allí, y mirarlo de arriba a abajo durante las horas de su turno.

Había pedido más de cinco trozos de selva negra, dos cafés y varios vasos de agua. Además, siempre se sentaba en la mesa asignada a Louis, con el motivo de que éste le atendiera.

Otra orden le llegó de la mesa número dos, y, suspirando resignado, fue hacia ella.

–¿Qué desea pedir? –Harry estaba sonriendo hasta que vio la cara de Louis, malhumorado, incómodo.

HETERO - l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora