HETERO - l.s

Harry

Vió acercarse al chico que parecía tener su mundo en los ojos. Y sonrió.

Sabía que llevaba toda la tarde con Louis a su merced, sirviéndole a su antojo, pero lo quería así. Con él y su atención fija en el rizado.

Cuando levantó la vista y vió al ojiazul serio, malhumorado, incómodo, instantáneamente su ánimo decayó también.

¿Estaba así por su culpa?

-¿Qué desea pedir? –No tenía la voz suave con la que le hablaba a Eleanor, ni con la que lo había atendido la primera vez, tenía un tono seco, borde.

Harry tragó saliva, mirándolo a los ojos, pero apartando la vista rápidamente.

–Yo...–Se calló. Estaba incomodando a Louis. Y Harry no quería ser el motivo.

–Mira...–Comenzó Louis, dejando la libreta encima de la mesa y cruzándose de brazos.–No sé quién eres, pero sé que me has estado siguiendo.

Harry palideció. ¿Tan obvio era?

Podía ser que lo hubiera descubierto porque mientras le mandaba un vídeo a su mejor amigo, lo había señalado varias veces. Para que él comprendiera quien era el que ocupaba sus pensamientos una gran parte de su tiempo, Harry no podría confundirlo nunca.

–Lo intenté ignorar, parecías alguien muy simpático. –Se calló.–Pero ya no me gusta ni un pelo.