Bloqueo emocional [3]

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Las horas corrieron y las últimas gotas del café frío sobraban, manchando tazas entre los cientos de temas que estos dos habían charlado.

La rutina diaria de Sergi se convirtió en mala suerte para David ya que en su primer día útil en esas "vacaciones" al azar, tuvo que despedirse. Un -adiós-incómodo y otro -quevayabien- tan falso que hasta fue dicho sin ganas. No querían despegarse de esa comodidad la cual habían creado.

(...)

24 de Agosto, 2016.

La cámara no logró encenderse ni un segundo en todos esos días. El rubio se encontraba muy desesperado por no hacer nada y otro tanto cansado de descansar. El tiempo nunca era suficiente si se trataba de deshechar recuerdos.

Pero había algo más que lo inquietaba.
Alguien más.

Y ahí se encontraba él, caminando hacia una dirección algo borrosa con pasos inseguros, tocando una puerta que quemaba y repasando una clase de frases que ni el mismo reconocería.
"¿Cómo coño le dices que no has podido concretar ni un mísero poema desde que lo conociste?"
"¿Cómo te le diriges si únicamente pasaron una noche?". Todos esos pensamientos se hubieran aclarado rápidamente para cuando el pelinegro abriese la puerta.

Pero no lo hizo.

-Idiota- Una palabra que ya estaba quemada para David. Si se supiese cuántas veces la usó en ese mes...

Tan rápido como llegó se fue, pero esta vez con un regalo salado entre sus párpados. Sin saber como alguien tan insignificante en su vida lo estaba revolviendo al igual que su primer amor adolescente. Quería verlo, hablarle de nuevo y repetirle toda su historia pero de manera diferente para que no se cansase. Quería hacerle el amor aunque no fuese verdadero o mutuo.

Le debía algo a alguien. Se debía algo a si mismo.

-PerdQue coño...-

-Ser...- El menor levantó la vista. Estaba a nada de subir las escaleras de aquello a lo que llaman "Entrega de premios Oscar" al mejor drama del año. Sergi simplemente estaba en el trabajo.

-David- Lo tapó en un suspiro mientras lo abrazaba, dejando estático al rubio. -Estás...llorando? No se me hace bien esto de que cada vez que nos veamos estés sufriendo tío-

-Soy como el papel- contesta en voz baja, calmando su respiración.

Sus cabezas se separaron y aquellas manos trabajadas, dolidas tras horas de arreglos sujetaron con fuerza el abrigo de David, sobre sus caderas.
Inconscientemente y para sopresa del rubio, Sergi dejó relucir una amplia sonrisa al mirarlo fijamente durante unos segundos.

Siempre quiso abrazarle.

Dejando caer su cabellera pelinegra sobre la frente del menor y restándole importancia a esa pequeña diferencia de altura, volvió a reír.
David sin embargo dirigía sus pupilas al suelo una vez más. Estaban respirando en conjunto, sus mejillas frías se habían calentado gracias a las exhalaciones del mayor.

Tan cerca y sobre el abismo de un épico beso cinematográfico.
David tentado lanzó un cabeceó por su parte, otro aplaste entre narices y un pequeño roce entre sus labios mayores suficiente para generar un nudo inmenso en su estómago. Cosquillas debido a sus barbas ¿Contaría eso como un acercamiento?

-Ven- Susurró, sin preguntar, más bien en tono de orden. Sergi tiró a David del brazo sumergiéndolo de nuevo bajo ese cálido mundo el cual era su casa.

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