21 de Agosto, 2016.Los bares en Sitges comienzan a decaer en ciertas horas de la mañana, la gente desaparece por la puerta en forma de nuevas parejas casuales e incluso tríos, salvo para David, que tenía el culo pegado a la silla desde la noche anterior. Eran las 4 y media cuando él se dispuso a coleccionar chupitos e incluso en un momento de lucidez apilarlos en forma de castillo.
La música volvió a sonar, se había ido bastante gente pero el lugar seguía lo suficientemente lleno. Afuera, el cielo seguía oscuro. Sin percatarse del ambiente en el cual se había metido, sin preocuparse por quiénes lo rodeaban y quienes otros estarían preguntando por él, el rubio siguió a su bola. Hasta que un hombre que podría ser su abuelo le guiñó el ojo, fue entonces cuando prefirió salir de ese trance para buscar a su compañero.
Rastreando con la corta vista que le generaba el efecto del alcohol, no consiguió nada.-Tiiiiiio- Resopló, quejándose ¿Con quién? No se sabe. Su ex, su amigo que se fue (al igual que su ex), sus compañeros de piso que lo incitaron a salir de Madrid, Madrid por quedar lejos, Alberto por no ir con él...
En una situación así lo mejor que puedes hacer es pararte, coger tus cosas o lo que queda de ellas y salir victorioso de haber podido caminar. Tomar rumbo hacia la calle e ir directo a un hotel.
Pero David comenzó a llorar.
-Ey... si que tal tío, dame una copa de vino... Mejor dos-
-Quue tanto mei mirash- soltó el menor con una voz ahogada en amargura.
-Deja de llorar- Le dice aquel hombre mientras empuja levemente la copa de vino rebajado hacia su cara, la cual está completamente aplastada contra la barra.
-NU PUEDOOO *snif* Y NNO QUEURO *snif*- Bebe de un solo trago la copa entera entre un mar de lágrimas que ya ni sal poseían.
-OSTIA, CALMA- Le saca la copa. -Jooder ¿Nunca estuviste en un lugar así no? No puedes beber-
-Ttu quei saaabes *snif*-
-Ven, vamos al baño así te limpias la cara- Le ofrece uno de sus brazos mientras con el otro agarra un manojo de servilletas.
David acepta su cortejo y se dirijen al labavo donde habia mejor luz y agua que era lo que realmente necesitaba.
-Dame tu chaqueta- Se la extiende. -Ahora refréscate anda- El rubio abre la canilla sumergiéndose un rato allí a ver si se podía suicidar ahogándose. Algo completamente posible para una mente borracha, pero inútil para el cuerpo humano.
Ya que no pudo, solamente se secó con las servilletas como un intento de transformarse en alguien semi-normal. Suspiró levantando su vista contra el espejo a partir de sus débiles y temblorosos brazos.-Bien, ahora salga...- El otro joven se quedó estático detrás suyo al mirar por primera vez la cara de aquel chico, bajo la bombilla y por el reflejo.
Lo conocía.David notó su sorpresa e ignorante preguntó -¿Qué pasa?-
El de ojos verdes reaccionó y llevándose consigo su secreto le contestó -Nada, te ves diferente con la cara lavada y sin balbucear. Se podría decir que me llamas la atención, guapo- Lo último dicho casi en una voz ronca. Que al rubio en ese estado le resultó lo más seductor que escuchó en siglos. También veía por primera vez las facciones de aquel chico con barba.Era tan exótico.
(...)
-¿Y qué haces aquí? Solamente tienes 21 años...- Reprochó una vez más el pelinegro que por cierto se llamaba Sergi. Gracioso para el rubio ya que delataba su sangre catalana al igual que él.
-No recuerdo haberte dicho que tenía 21- Le sacó las palabras de la boca, en incógnita.
-NO, O SEA que me lo he imaginado. Tienes toda la pinta- Defendió riéndose.
Su pequeña cita en una de las mesas "vip" de aquel pub se basaba en eso. Preguntas y respuestas sobre sus vidas y algunas que el tal Sergi parecía ya conocer.
-No sé por qué me comporto así-Costestó olvidando lo anterior -No sé qué hago aquí en Sitges y tampoco sé que haré después. Poco me importa- Bufó apoyando el codo sobre la mesa sosteniendo su deprimida cabecita, que miraba hacia el suelo.
-¿Y estás sólo?- Esto lo dijo en casi un susurro.
Asintió -Ahora si, mi amigo desapareció... ya sabes. Lo que me gustaría haber hecho hace tiempo. Follar con alguien-
Palabras así impactaban a Sergi, su imagen sobre este chico de ojos color miel era muy opuesta.
-¿Y no tienes novio? ¿O tenías?- Con la delicadeza más tenue, lo soltó. El sabía perfectamente que estaba con alguien.
-Tenía- Rebatió el menor rápidamente.
-Ya... ahora entiendo el por qué de este lío en tu corazoncito- Le acarició suavemente el pecho, sacándole una sonrisa a David. -Pero deja ya de destruirte, eres un chico muy dulce. Bueno, eso me transmites- Otra vez, se salvó con sus propias palabras.
-Tranquilo, esta locura mía no duraría mucho, lo tenía previsto. La culpa me carcome y tengo que volver con mis compañeros los cuales por cierto están felizmente comprometidos, a una casa la cual al pisarla va a cachetearme. Imagínate: "bienvenido a la realidad, crack"- Exageró moviendo sus manos para agigantar la situación. -Podría evitarlo un poco más pero también tengo que moverme obligatoriamente, para grabar al menos un poco... bueno eso no lo entenderías. Larga historia sobre mi trabajo- Tragó un poco más de su agua. Esto de quejarse a las 5 de la mañana con alcohol aún en vena cansaba lo suficiente.
-Quédate conmigo- Escupió el mayor sin pensarlo.