Primer acto

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Todo comenzó una simple semana, un lunes, para ser más precisos.

Nagisa siempre vio a Rei como un buen amigo, alguien con quien platicar, reír y disfrutar.

Le encantaba pasar sus días con Rei. Pero desde el inicio Nagisa sintió un tipo de aprecio diferente.

Aun cuando solo fue por él por su nombre de mujer, y porque era una persona atlética, insistió en que se uniera al club de natación porque en realidad le pareció una persona bastante interesante, y más que eso, le pareció atractivo.

Claro, no se lo diría a nadie, y mucho menos al mismísimo Rei. A pesar de ser un chico muy atrevido, energético y alegre, no quería arruinar su imagen diciendo que le parecía atractivo su recién nuevo amigo, que a duras penas aceptó unirse al club de natación Iwatobi.

Más vergüenza le daba cuando el chico que parecía perfecto no podía nadar, porque creía que Rei pasaba penas por su culpa. Después de un arduo trabajo, logró nadar al estilo de mariposa, que quedaba completamente con su imagen, y a Nagisa le encantaba.

Jamás lo había aceptado de forma directa, pero siempre se emocionaba cuando llegaba al club, no solo porque le traía recuerdos y porque amara nadar, sino porque podría ver a Rei con poca ropa, y es poco decir solo eso porque...

Nunca lo aceptó de forma directa. Pero Nagisa se había enamorado de aquel chico de lentes.

Solo mirarlo, seguirlo todas las mañanas al correr, insistir en unirse al club, cada rechazo y cada que lo evitaba. Veía los comportamientos del chico. Después de unirse, su ego estaba en peligro al no saber nadar, aun sabiendo de memoria la teoría... y tanto intentar y no poder, podía apreciar todas las expresiones faciales y corporales de Rei por culpa de eso, cuando se decepcionaba, cuando estaba feliz, sorprendido o avergonzado... le encantó, se encantó con su inferior, con su forma de ser y sus lentes, sobre todo sus lentes. Pero... pero nunca lo demostró, le trató como a un buen amigo, como a cualquiera de sus amigos.

Eso se mantuvo así hasta hace poco.

Nunca se imaginó a Rei con una chica, jamás le pasó por la cabeza. Es obvio, todos en algún momento tendrán ese tipo de experiencia, todos en algún momento tendrán que encontrar alguien con quien salir, con quien enamorarse y hacer su vida. A eso le debe la vida a sus padres, que pasaron por lo que era obvio. Entonces, era de esperarse, que en algún momento por más inimaginable que fuera, habría una chica que declarase su secreto amor por Rei. Un secreto amor como el que él le tenía ya hace tiempo...

Nagisa es un chico muy lindo, o él se veía a sí mismo de esa manera. ¿Pero lindo cómo? El sabe que es lindo físicamente, pero también sabe que es un chico muy insistente —por no recalcar— también es amable y considerado, lo que lo hace muy lindo. Irresistible ¿no? Pero Nagisa jamás lo pensó con claridad, sabía que él era así, pero no lo usó a su favor.

Aunque sea lindo eso no evitaría que otros se fijaran en Rei. Y mucho menos que Rei se fijara en ellas.

Todo pasó muy simple, como siempre Nagisa estaba acompañándolo. Comenzaban las clases del lunes, por motivos de la vida no pudieron verse el fin de semana, pero ahora estaban reunidos de nuevo, a punto de ser separados por la campana e irse cada quien a su clase.

Rei abrió su casillero para cambiarse los zapatos y de ella cayó una carta, un sobre rosa con un corazón dibujado. Nagisa no pudo evitar sentir una combinación de curiosidad y celos. Porque, oye, él estaba enamorado. No se hizo pasar por alto la expresión de sorpresa en el rostro de Rei acompañado por un ligero rubor en sus mejillas. ¿Qué estaba pasando?

—¡¿Ah?! Rei, ¿qué es eso? —intentó sonar curioso, y lo logró, aunque por dentro estaba interesado solo por motivos egoístas.

—Ah... Nada, no lo sé —Rei rápidamente guardó la carta en su pantalón sin afán de saber más sobre ella. Evitó mirar a Nagisa por si reciente sonrojo.

Amor SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora