Tercer acto

950 118 16
                                    

La gente pasaba de un lado a otro, y las luces de la plaza mantenían iluminado el interior, aun cuando por fuera ya era noche. Después de llorar en silencio unas horas, se rindió por completo, tenía que encontrar a Nagisa, tenía que asegurarse de que estaba bien, aun cuando éste ya no quiera hablar nunca más con él, aun cuando pierda totalmente su amistad, solo quería eso, saber si se encontraba sano y salvo.

Lo hizo, llamó a su madre para preguntar. Sintió su corazón estrujarse con lo que escuchó como respuesta.

"Aún no ha venido a casa"

Todo había sido en vano. Todo ese tiempo...

"Pero ya me llamó, dijo que estaba bien en casa de un amigo, estaba pensando llamarte y decirte"

Y entonces, ahora su corazón no solo estaba estrujado, también quemado y pisoteado... al menos estaba a salvo ¿no? Era lo único que importaba.

Llamó a Nagisa y no respondió. Le mandó mensajes y tampoco.

Rei regresó a su casa ahora un poco más tranquilo, pero aun así deseaba ver a Nagisa y arreglar todo.

Esperó y esperaría lo que fuera necesario...

Solo un mensaje, que alegró a Rei, y lo tranquilizó todo aún antes de leer su contenido.

Rápido desbloqueó la pantalla y abrió el mensaje.

"Por favor ayúdame, ven por mí"

"¡Mierda, mierda, mierda!" Rápido llamó al chico preocupado.

Claro, casa de un amigo. ¿Qué habrá sucedido? Sin fin de historias y posibilidades pasaban por la mente de Rei, cualquier cosa pudo haber pasado. Tal vez podría estar lastimado o herido, tal vez le robaron o estaba perdido, o peor... cualquier cosa era peor que perderse en la calle.

Después del segundo timbre Nagisa contestó.

—¡¡¿Nagisa?!! ¿Dónde estás? ¿Estás bien? ¡¡Qué pasó!!

—¡Rei-chan! ¡Estoy bien! No te preocupes —Rei se sorprendió por el tono sereno que utilizó Nagisa. Era como tranquilo y divertido.

—¿He? ¿Qué pasó? Nagisa... Perdóname por favor, yo...

—¡No, no! Rei... perdóname a mí jajaja, quería ver si me ayudabas... sé que fui un idiota y pues... sé que te evité y corrí lejos, te oyes preocupado así que tal vez fue mala idea... digo, ahora mismo no puedo regresar a casa.

—¿De qué hablas Nagisa? —Rei ahora estaba más confundido.

—Es que... estaba en casa de un viejo amigo y hace rato que me fui, pero me quedé a jugar en el arcade un rato y sin darme cuenta me gasté todo el dinero... bueno, no tengo para el autobús.

—Es una broma... ¿verdad? ¿Qué pasó? ¿Por qué no contestabas o respondías? Sabes que tu madre estaba preocupada ¿no?

—Ash Rei-chan...—se quejó—, ¿podemos hablar de eso luego? Le dije a mi madre que se me olvidó avisarles y mi teléfono estaba en silencio por estar con mi amigo, no te preocupes, solo ayúdame viniendo por mí, estoy en la plaza donde vamos al arcade. Además, ya es tarde y está oscureciendo más rápido que antes por ser casi invierno.

—Maldición. Espérame ahí, voy rápido.

Colgó y en cuanto su cuerpo reaccionó salió corriendo de donde estaba hasta la primera parada del autobús que encontró. Fue suerte, no tardó en pasar éste y solo tuvo que esperar sentado hasta que llegó a la plaza donde estaba Nagisa. De hecho, lo vio por la ventana.

Amor SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora