5; -El secreto de Jun.

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A mi parecer Jun siempre fue el más raro de todos: el solitario, mirada triste, quien me atacaba cada que podía.
Siempre supe que escondía algo y ese día lo confirme por completo.

Era de noche y por más que intentaba no lograba dormir, ya le había dado varias vueltas a la cama y nada. Decidí que era mejor caminar un rato hasta sentirme agotado y así caer rendido. Caminé al rededor del pasillo ignorando los ruidos de Mingyu y Wonwoo, me pregunto si estaban consientes de que los demás podrían escucharlos porque estaban teniendo relaciones sin pudor alguno y eso me traumatizaba un poco, he pensado en cobrarles para ir al psicólogo.

Llegué al patio trasero, las luces se encontraban encendidas, caminé un poco más y justo en frente de la piscina se encontraba uno de los chicos. Al acercarme más me di cuenta que de trataba de Jun quien mantenía los ojos cerrados y justo cuando se abalanzaría hacia adelante lo tomé entre mis brazos y lo detuve.

—¿Ya estoy muerto? —El chino preguntó y me acerqué un poco más a él para apartarlo de la piscina, el aroma a alcohol era muy demandante, se encontraba borracho y dominado por su subconsciente—.

—Seguro, bienvenido al infierno, ¡claro que no! ¿qué diablos tratabas de hacer? —Dije alzando un poco la voz mientras que al mismo tiempo lo sentaba—

—Cállate Hansol, no alces la voz que siento que me va a estar la cabeza —Jun cerró los ojos apretando estos y llevó su mano derecha a su frente— Ya vete, déjame solo.

—Lo siento, y no, no voy a irme, estuviste a punto de suicidarte.

Quizás yo no era del agrado de Jun pero aunque él a veces me intimidara no significaba que el sentimiento de odio fuese mutuo, y tenía otras razones para impedirlo.

—Sólo iba a tomar un baño, no sabes nada.

—Te salvé la vida, agradeceme. —Lo tomé del cuello de la camisa y aferré el agarre, le había hablado entre dientes y él se asustó un poco, después de todo Jun no era quien aparentaba conmigo— No eres quien aparentas ser, ¿cierto? —Me acerqué un poco más a él y ladeé la cabeza, el me miró con sus achinados ojos y frunció el ceño—.

—Si te vas aprovechar de mí por estar ebrio pero algo consciente, hazlo, hoy finjo demencia pero por la mañana te partiré la cara, aunque podría hacer una excepción contigo. —Tomó el cuello de mi camisa y comenzó a jugar con el—.

—Eh, ¿Qué? —Rápidamente me alejé y tomé distancia, él rió con diversión—.

—Te engañé, soy demasiado apuesto para ti.

—Pero si yo no soy... —Dudé por unos segundos y luego sacudí la cabeza— No, yo soy heterosexual.

—No te miré muy convencido, señor heterosexualidad. —Tomó una de las botellas con la mano y la abrió para seguido de esto beber un sorbo—.

—Bueno, no para todos los hombres, tengo mis excepciones, ¿Vas a seguir tomando? ¿Y si tratas de suicidarte de nuevo?

—La segunda quizás funcione.

Alcancé la otra silla y me senté a su lado, el me miró con desinterés y bebió otro sorbo.

—Entonces me quedaré aquí a cuidarte.

—¿Estás consiente de que no te soporto?

—Lo estoy pero no por eso voy a dejar que mueras.

Jun me miró un poco conmovido y después cambió su gesto a uno molesto, segundos después sus facciones se tranquilizaron, quizás Jun era bipolar.

Había pasado un buen rato, Jun seguía tomando y en una ocasión me ofreció pero yo me negué, minutos después acepté y tomé algunas botellas hasta que se terminó la última y Jun cerró los ojos, yo me sentía un poco mareado y estaba sonriendo sin ni siquiera alguien me contara un chiste o algo parecido.

—¿Sabes lo que es sufrir la ausencia de alguien y no tener idea en donde está?

—¿uh?

—Olvidalo, te dije que no sabías nada.

—Lo sabré si me cuentas...

—Te contaré, no es nada que los demás no sepan, y no tendrías a quien más decirle pero si tratas de usarlo en mi contra te va peor, ¿entendiste?

—Si, sí.

—Vengo de la familia más importante de China, y allá yo era el principie Junhui, pero para que me dieran la corona real debía casarme, se la pasaban presentándome chicas que ellos mismos escogían para que fuera mi futura esposa, querían a alguien "digna de mí" —Dijo aparentando hacer comillas con el dedo indice y el del medio de cada mano— Pero yo no estaba dispuesto a casarme con alguien que acababa de conocer y todo para tener poder, eso no era algo que a mí me interesara, además... —Se quedó callado y yo enarqué una ceja—.

—¿Además?

—La homosexualidad no es bien vista, yo no quería decepcionarlos pero creo que al final terminé haciéndolo.

—¿Les dijiste?

—No directamente, les dejé una nota la noche que huí de China, quería estar seguro de que estaría a salvo así que vine a Corea con el objetivo de tener una nueva vida, ser otro, no sé si me explico.

Esas últimas palabras parecían haber sido sacadas de mi mente ya que fue lo mismo que yo dije antes de entrar a esta mansión, sabía que Jun y yo no éramos diferentes, en realidad somos muy parecidos.

—Creo entenderte perfectamente

—Pero es no es todo —Hizo una pequeña pausa, parpadeó dos veces y tragó saliva, parecía que quería llorar— Cuando llegué al aeropuerto de Yeosu conocí a un chico, ambos éramos nuevos en la ciudad y decidimos apoyarnos mutuamente para conseguir un hogar, nos enamoramos desde el primer día —Jun dejó escapar un suspiro y sonrió con melancolía— dormimos unas noches en hoteles económicos, sí teníamos dinero pero no sabíamos si lo necesitaríamos después, y entonces conocimos a Seungcheol, quien resultó ser el hijo del jefe de uno de los hoteles, tras hacerles unos favores como lo que era la limpieza, tener charlas con él y contarle un poco de nuestras vidas, Seungcheol nos invitó a esta mansión a vivir con la condición de que si queríamos tener nuestros lujos trabajáramos y eso hacemos.

—Yo también escapé del país por unos problemas que tuve y elegí Corea, un país donde pudiese ser quien yo quisiera, así que creo que no somos tan diferentes como pensé.

—Me doy cuenta.

—¿Y ese otro chico es uno de los que conozco?

—No, un día me dijeron que MingMing se había ido, que ya no me quería ni necesitaba más, pero yo sé que eso no es verdad, él me amaba y yo él, sé que alguien hizo que se fuera o trató de deshacerse de él, ni siquiera sé si está vivo.

—¿Y por qué sigues en esta mansión entonces?

—Porque necesito saber la verdad, saber quien fue el que me arrebató la felicidad y también necesito que esa persona sufra lo que yo sufro día con día desde que lo perdí.

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Pronto más misterio y humor, bye 👋🏻

Secret. [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora