11- ¿Te asusté?

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Mi trabajo en el restaurante podría haber sido demasiado aburrido si no fuese por Seungkwan, Mingyu y su mejor amiga que todo el tiempo debe estarme recordándome su nombre.

Sólo que hay un pequeño problema y ni siquiera se trata de mi trabajo sino cuando algo de este.
No sé si sea por casualidad pero todos los días me miro a un sujeto parado en la esquina, claro que no le he visto la cara por la falta de luz en aquellas horas de la noche pero sé que está mirándome, puedo sentir su mirada, algunas veces hasta puedo seguir como me sigue y admito que la situación hace que se me erice la piel.

Hoy salí del trabajo un poco tarde, ya que sin querer se me cayó uno de los platos que iba a servir y sólo por eso hicieron que me quedara lavando todos los platos, quizás tengo muy mala suerte pero no taaaaan mala como para que me despidieran, o quizás influyó el hecho de que Seungkwan le imploró al jefe que no lo hiciera. Sí, son demasiado estrictos en este restaurante, además, al parece el jefe la trae contra mí por el hecho de ser amigo de Seungkwan, el jefe tiene cierto interés por él, ve visto como se lo come con la mirada cada que Seungkwan se voltea y camina, pero supongo que es normal porque hasta las mujeres envidian el gran trasero que posee.

Cerré la puerta del restaurante, miré a un lado y ahí estaba ese sujeto de nuevo, fruncí el ceño, claramente esta ya no era una casualidad.
Comencé a caminar, mis ganas por voltear hacia atrás eran demasiado grandes pero no quería mirarme débil frente a ese tipo, no me gustaba eso, además que no sabía que intenciones tenía conmigo. Me metí entre una de las calles más transitadas, ya que si trataba de hacerme algo quería que hubiera testigos... Quizás estoy exagerando pero en serio no se miraba muy confiable.
Seguí caminando, mi pasó se tomó un poco más rápido cuando pude jurar sentir unos pasos justo detrás de mí, de pronto sentí como me tomaban de la muñeca y paré en seco ahogando un pequeño grito.

—Oh, ¿Te asusté?

Sentí un gran alivio al escuchar esa voz tan conocida.

—S-se-seungkwan

—¿Ahora eres tartamudo o te comiste un disco rayado?

—¡Me asustaste! —Lo tomé de ambos hombros y lo sacudí levemente—.

—¿Tan mal tienes tu consciencia?

—No no, sólo que no esperaba que alguien me tomara del brazo mientras camino.

—Lo siento, ¡Pero es que no respondías! Llevo dos minutos hablándote pero parecías no escuchar y además comenzabas a caminar muy rápido, obvio que yo no iba a correr, así que te tomé del brazo.

—Ah, ¿Lo hiciste?

—¿Por qué eres tan distraído? Siempre pareces estar en tu propio mundo, como si tuvieras unos audífonos fijos en tus oídos.

—Yo... Bueno... No lo sé, son cosas que simplemente me pasan sin darme cuenta, espera... ¿No habías salido hace una hora?

—Ajá, pero decidí esperarte, siempre nos vamos juntos y esta vez no sería la excepción, además... —Seungkwan volteó hacia todos lados y después me miró—. Yo también lo miré. —dijo en voz baja—.

—Muy sospechoso, ¿No crees?

—Y raro, pero no importa, sí un día de estos ando de malas y lo miro, ¡me va a escuchar!

Reí, Seungkwan era demasiado ocurrente y por lo tanto siempre me hacía reír, además parecía ser más diva que una mujer, a veces hasta más diva que Jun cuando se pone en su papel de digno y deseado.

Quise agradecerle a Seungkwan el hecho de que se haya quedado a esperarme toda una hora, por lo que le invité un helado.

—Aquí está, es de fresa y chispitas de chocolate como lo pediste. —Le comenté mientras ponía el helado en la mesa—.

—¡Gracias! Pero sigo insistiendo, no tenías que hacerlo, sólo quise espérate, además no fue mucho tiempo.

—Fue una hora, ¿Qué no harías en una hora?

—Uy, muchas cosas. —Respondió en un tono algo... ¿Pervertido?

—Sucio.

—Mira quién habla, ya todos te escuchamos haciéndolo.

—Oh, eso... —Pude sentir como mis mejillas se ponían calientes al recordar el audio que le fue enviado a todos—.

—¿Quién es el sucio ahora, eh?

—Shh... Creo que las cosas se han calmado en casa, no he escuchado nada sucio desde hace días, ni siquiera a Wonwoo y a Mingyu.

—¿No lo sabes?

—¿Qué cosa?

—No es por ser chismoso pero sí, Wonwoo y Mingyu han estado peleando mucho, creo que se van a separar o a dejar ese tipo de relación que de suponga que tengan.

—¿Pero por qué? Se miraban muy felices juntos.

—Al parecer, Wonwoo a veces niega que estén en algo, el otro día Hoshi les dijo que se miraban muy bien juntos y Wonwoo dijo que no era verdad, sólo puedo recordar el rostro lleno de desilusión de Mingyu, desde entonces pelean.

—Es una lástima, en serio que parecían ser el uno para el otro.

—Si tú te enamoras de un chico... ¿Se lo dirías y lo aceptarías?

—Claro que sí, ¿Por qué no?

—Para algunos es difícil aceptarlo, supongo... ¿Entonces crees que si te gustara un chico, tratarías de conquistarlo?

—Lo haría, ¿Por qué lo dejaría libre para que alguien más lo conquiste? Sí lo quieres, conquistalo.

—Eso es muy bueno saberlo.

Seungkwan sonrió como si tramara algo, yo no entendí.

Llegamos a casa, parecía que todos estaban en sus habitaciones o que aún no llegaban a casa hasta que escuchamos ruidos en el comedor.

—¿En serio vamos a seguir peleando por eso, Mingyu?

—No lo sé, eso dímelo tú, Jeon Wonwoo, ¿Por qué eres así?

—No entiendo qué quieres decirme.

—Ugh, ya en serio, estoy harto de esto, Wonwoo.

—¿Crees que a mí no me cansa pelear contigo? Incistes demasiado que agh.

—Sí, tienes razón, incisto demasiado, pero ya no más... Wonwoo, ésto se acabó.

Seungkwan y yo sólo nos miramos con los ojos bien abiertos por lo que acabábamos de escuchar.

Wonwoo y Mingyu terminaron.

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No me odien por no subir y por terminar el meanie, ah

Secret. [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora