Impredecible

Capítulo 10: (Sábado)

Es mi última noche en Sevilla y la quiero aprovechar, Carlos nos ha invitado a su campo, haremos una barbacoa para cenar y luego fiesta. Vamos todo nuestro grupo y también Gonzalo y Jose.

En media hora he quedado con María para que nos lleven sus padres al campo. Me visto con un vestido negro de tiranta gorda que me llega hasta la mitad del muslo y se ajusta perfectamente a mi cuerpo, lo combino con un rebecón blanco roto y unos botines negros de tacón gordo. Me pinto y corro a preparar una mochila con algunas cosas para pasar la noche. Me despido de mis padres y bajo al portal donde ya me están esperando.

Llegamos y ya están todos allí, son las diez de la noche y los chicos ya han encendido la barbacoa, suena la música en un gran altavoz y hay una mesa grande preparada para cenar. Nos servimos unos rebujitos y nos sentamos a esperar a que preparen la comida.

Terminamos de cenar a las doce y poco, recogemos la mesa y nos metemos dentro en el salón. Nos servimos un cubata y bailamos al ritmo de "Mi gente" de J Balvin. Nacho me escribe WhatsApp diciéndome que qué tal y que va a salir de fiesta ahora, le digo que estoy de fiesta en un campo y que no cogeré mucho el móvil.

Pasada más de una hora, Manu saca la guitarra y nos sentamos en los sillones y en el puff que hay en el suelo. Carlos comienza a cantar y los demás tocamos las palmas, canta una sevillana y salimos a bailar, luego una bulería......Jose también se arranca a cantar, canta una sevillana preciosa, la cual solíamos bailar mucho Gonzalo y yo, nos miramos y se acerca a mi para que la bailemos, no sé muy bien por qué pero acepto y bailo con él.

Durante la noche vamos cantando y bailando todos, incluida yo que me animo varias veces a cantar. Echaba de menos momentos así, ya que en Madrid no los tengo. A las siete de la mañana decidimos irnos a dormir.

-Joder- murmuro.

-¿Qué te pasa?- me pregunta Gonzalo que está al lado mia.

-Que con las prisas no he cogido pijama.

-Coge mi camiseta de pijama.

-No, da igual, gracias pero prefiero dormir con el vestido.

-Venga no seas tonta, es más cómoda mi camiseta.

Y tiene razón, no me apetece nada dormir con el vestido- valee, ¿dónde está?

-En el baño, iba a entrar a cambiarme, ven- me coge la mano y me guía al baño, cierra la puerta.

-No cierres que ya me voy.

-No, cámbiate ya o tendrás que esperar a que se cambien los demás.

-Esperaré.

-Venga que no miro.

Me cambio rápidamente- ya, gracias- salgo del baño y me dirijo al cuarto en el que dormiremos las chicas.

-¿Y esa camiseta?- pregunta Sara.

-De Gonzalo, es que me he olvidado el pijama.

-¿Ya no estáis enfadados?

-Yo sigo molesta la verdad, pero él está bastante amable.

-Vaya dos- ríe María.

Me acuesto en una de las camas y al poco tiempo me quedo dormida.

Me levanto en busca de una manta, no sé que hora es pero ha refrescado bastante, voy al salón y enciendo la luz.

-¿Dónde vas?-susurra alguien detrás de mi.

Me giro, es Gonzalo- a buscar una manta, tengo frío, ¿y tú?

-A dormir en el sillón, Manu y Jose roncan y no puedo dormir.

Río y cojo la manta que está en el sillón.

-Bueno me vuelvo a la cama.

-Oye-se acerca- pensándolo bien, me debes una.

-¿Cómo?

-Por la camiseta, y no me apetece dormir en un sillón pudiendo dormir en una cama....

-¿Qué pretendes?

-Que me hagas un hueco.

-No- me dirijo al cuarto y me sigue.

-Venga, que ya hemos dormido más veces juntos.

-No-me meto en la cama y se mete conmigo.

-Sí, tranquila que no me acerco a ti.

-Vale, pero eso, no te acerques.

-Que no, buenas noches- me da un beso en la frente que me coge totalmente desprevenida.

-¡Gonzalo!

Sonríe y nos quedamos dormidos.