Capítulo 0. La carta

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Para cuando estés leyendo esto, marido, hace mucho que habré desaparecido. Puede que las manchas de sangre te inunden la cara, pero no lo sabré. No volverás a verme, nunca. Tengo un par de cosas que decirte. Casi me gustaría hacerlo a la cara.

No es que me importe mucho tu vida, pedazo de mierda, pero tienes que saber que a partir de ahora todo será más difícil para ti. No sabes ni freír un huevo, pero ahora te va a tocar hacerlo todo. Limpiar, cocinar, lavar, coser y todas las cosas de las que llevo años ocupándome.

Pero sé lo que estarás pensando. De hecho, sé exactamente dónde estás sentado ahora mismo. Mientras sacudes la cabeza y dices que te echarás una novia que sea tu chacha y tu puta miras a la ventana esa minúscula junto al salón. ¿Sabes cómo lo sé? No, claro que no, ni te vas a enterar en la vida. Pero te vigilo y lo voy a hacer siempre. Como una mujer entre en esa casa, para lo que sea, como le hagas a otra lo que me has hecho a mí, te mato.

Y ahora te estás riendo, como si lo viera. No te deberías reír tanto. Te encantará saber que maté a tu madre. Me cargué a la puta de tu madre porque ella sabía lo que hacías conmigo. Nunca más.

Ojalá tardes muchos años en morirte, cerdo asqueroso.

Que te den por culo,

Ana.


Bala en blancoWhere stories live. Discover now