-III-

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Marinette Dupain-Cheng

Echaba de menos una buena ducha, relajarme. ¡Y más ahora que al fin tenía una bañera! Compré velas aromáticas, me puse los grandes temas de Yiruma para adornar mejor ese baño tan relajante. "Kiss the Rain" sonaba de fondo y mi sonrisa se ensanchaba cada vez más. "Esto va a ser genial" no paraba de repetir en mi cabeza. Ahora solo existía yo y nadie me iba a echar la bronca por pasarme una hora en la bañera. Bueno, quizás la factura sí. Pero de todas formas iba a merecer la pena.

Qué triste existencia la mía.

Mientras tarareaba alguna de las canciones de moda que había escuchado por la radio fui preparando todo. Cogí solamente la ropa interior, era bien sabido que la mejor manera de terminar era con un baile en ropa interior. Llevé todo al cuarto de baño, me froté las manos mientras hacía ruiditos de felicidad y procedí a abrir el agua.

Insisto, soy una desgraciada.

Frío, muy frío. Más frío aún. ¡Espera, que sale caliente! No, falsa alarma, sigue helada. A no ser que fuera Elsa, Frozono, Jack Frost o Cubito de hielo woman no iba a meterme ahí.

Y bueno, al fin me di cuenta de la situación en la que me encontraba. La mayoría de mi ropa estaba sucia. Casa de mis padres lejos, sin coche y lo único disponible una bici. Tendría que ir ensuciando ropa limpia y recorrerme todo París oliendo a roña. La otra opción era coger una camiseta ya usada, ponerme la toalla como falda y pedirle a mi adorable vecina si podía ducharme en su casa.

Nota mental: llamar a papa cagando leches para que me arregle la caldera.

Vivir sola cada vez supone más un reto que una ventaja. Me había dado cuenta que en el grifo no me salía agua caliente pero no le di importancia. No caí que quizás directamente mi apartamento desconocía en qué consistía el concepto "agua caliente".

Visto lo visto cogí mi neceser; en él puse mi ropa interior, la ropa que tenía encima de la cama para ponerme después (supuestamente) y mi cuchilla de afeitar. ¡Encima no estaba depilada! Con ese look tan lamentable salí de mi apartamento y a paso rápido llegué a la puerta de mi vecina. Solamente quedaba que esa señora tan amable tuviera un alma altruista y yo pudiera tener una ducha tranquila, ya no quería un baño, con solo oler bien tenía suficiente.

Salir al pasillo que daba a la calle con esas pintas no era lo que más me hubiera gustado hacer, pero no tenía opción. Llamé rápidamente al timbre. Pasaron los segundos y no había ninguna reacción por parte de los individuos de esa casa. Era extraño, al ser un apartamento tan "lleno de vida" era raro que no se escuchara un barullo de gente o que nadie viniera a atenderme. Silencio. Empecé a ponerme muy nerviosa.

Empecé a escuchar unos pasos y aquel tímido "¿Disculpe?" se transformó en golpes en la puerta y gritos de casi ayuda. Pero desgraciadamente tarde demasiado en darme cuenta que aquellos pasos que escuchaba no venían de detrás de la puerta. Es más, tarde tanto que cuando me caí de donde provenían ya era demasiado tarde.

En serio, voy a empezar a pensar que esto es broma de cámara oculta.

Ahí estaba, frente a mí, mi adorado vecino (más quisiera) totalmente sorprendido de encontrarme de esta manera. Notaba como mi tez pálida iba mutando a un carmesí potente. Ahora me arrepentía de no traer ropa interior. Agarré fuertemente mi toalla. Menos mal que la traía enredada por todo mi cuerpo y luego la camiseta encima. Al menos no se notaba nada que tuviera que notarse, quizás mi olor a putrefacción, exageradamente hablando, pero al menos ojo que no ve, corazón que no siente. Empezaba a sentirme la chica más estúpida a ojos de él, me daban ganas de gritarle "te lo juro, fui a la universidad, no soy idiota" pero dudo que hasta me creyera. Estas meteduras de pata continuas no hacían nada bien al curriculum de "primeras impresiones".

Little White Lies; Miraculous Ladybug AU {Lemon} [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora