Capítulo 5: "Jesús y la santidad"

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         Jesús fue al liceo y le relató a Judas lo sucedido. Le contó todo, con lujo de detalles y Judas, entre incrédulo y triste, le dijo que nunca le podría pasar algo así a él porque era malo y pecaba mucho. Jesús pensó mucho lo que le iba a decir y por fin abrió su boca.

         >>Pero Judas, tu tienes que entender algo, aunque no te guste. En el Reino de Dios existen tres clases de cristianos; estas tres clases no son sociales, ni culturales o algo por el estilo, estas clases se miden por niveles de santidad.

Estos tres niveles son:

1. Caliente.

2. Tibio.

3. Frío.

         >>"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca" Apocalipsis 3:15-16.

         >>El primer nivel de Santidad, es una vida rendida y consagrada a Dios. No hay que ser un santurrón, sino un santo. La santidad es un mandato divino ya que Dios nos dice: "Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo»" (NVI) 1 Pedro 1:15-16.

         >>La santidad es apartarse para Dios y alejarse de lo mundano y carnal: "porque nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre, sino del mundo mismo. Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos deseos de la naturaleza humana, el deseo de poseer lo que agrada a los ojos y el orgullo de las riquezas. Pero el mundo se va acabando, con todos sus malos deseos; en cambio, el que hace la voluntad de Dios vive para siempre" (DHH) 1 Juan 2:16-17.

         >>Es la santidad que trae frutos y vida en el Espíritu (Gálatas 5:22-23), pero no tenemos que vivir en una burbuja pensando que si hablo con alguien o si me toca me voy a contaminar; la santidad no es no hacer nada malo, sino determinar todos los días el vivir en santidad, arrepentirnos de corazón y no solamente por remordimiento de conciencia, donde uno cree arrepentirse, pero este no produce un cambio de actitud.

         >>La santidad hace feliz a Dios y nos trae más beneficios de los que nos imaginamos. La santidad embellece a una persona, tanto por dentro como por fuera, la santidad le da dignidad a una vida y la llena de alegría, a diferencia de lo que muchos piensan sobre que la santidad es amargura y estrictez.

         >>El segundo nivel de santidad, es una vida rendida a medias a Dios; cumplo unos pocos mandamientos, otros pocos no; oro con mi corazón un poco y otro poco no; a veces Dios viene con su presencia y a veces no, a veces me interesa y a veces no. Es una vida en la que si se está bien, bueno; si no se está bien, bueno. Es una vida laxa y relajada en donde se hace un esfuerzo mínimo por vivir en santidad.

         >>Es mejor estar en el primer nivel o en el tercero, pero si se está en el segundo, en medio de lo bueno y lo malo, Dios nos desechará como a estiércol y nos vomitará de adentro de su boca puesto que somos tibios (Apocalipsis 3:16).

         >>El tercer nivel de santidad, es una vida totalmente impura, carnal, mundana y sin ninguna preocupación por vivir en santidad para Dios. Es lo más bajo que se puede alcanzar. No hay distinción de conocer o no conocer a Dios. Un cristiano frío es igual a una persona sin Cristo ante el resto y muchas veces estos "cristianos" en realidad no han conocido nunca ha Cristo y su amor, sólo "saben" de Cristo y su perdón, pero no lo han experimentado o se han apartado de Él; a estos Dios llama a que regresen a casa, Jesucristo a estos salió a buscar y dejó a los otros noventa y nueve solos por no perderlos. "¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento" Lucas 15:4-7.

         >>Cristo espera que los que lo conocían y se apartaron vuelvan, y no sólo eso, Él personalmente los sale a buscar, sólo escucha la voz del Señor y vuelve, vive santamente.

         >>Si piensas que el vivir en santidad puede ser muy difícil, déjame decirte que estas en la más completa verdad, pero es Él quien nos ayuda, sostiene y alienta cada día, ya que lo amamos y Él a nosotros.

         Judas un poco más entendido en el tema, le dice como decisión a Jesús:

         -Voy a determinar ser santo como Dios es santo y sé que no es imposible, porque entiendo que Dios no me prohíbe las cosas, sino que me cuida de lo que me pueda pasar al vivir descontrolado.

         (Estudiantes, jóvenes de Cristo ¡despierten!).

El estudiante Jesús f5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora