Fase 5

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Yu-Gi-Oh! no es de pertenencia si lo fuera ninguna de las escenas altamente canons hubiera sido censurada y muy posiblemente se habría quedado con el concepto original.

Advertencia: Esto es tras la partida de Yami aunque no está del todo ceñido al canon. Si no te gusta el Angst o eres de corazón sensible por favor retirarse.

Sin más que decir espero lo disfruten.

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Aceptación

Yugi lo pensó largamente durante los días que siguieron a su ''despertar'' como Tristán le llamaba a modo de broma. Había estado bajo constante vigilancia día y noche para evitar que recayera a su ostrasismo pero había fingido lo suficiente para que al menos de noche le dejarán estar en la tranquilidad de su soledad.

Ya lo había aceptado. Yami nunca volvería y es por ello que él debería ir con su Otro Yo. Mira las pastillas en sus manos y respira hondo echándolas en su boca tragándolas a secas pues sabe que si se levanta a tomar un vaso de agua se arrepentiría en el acto. Una vez las pastillas bajan por su garganta raspándola deja escapar un suspiro. Se levanta para tomar un poco del agua para aliviar el ardor y regresa a su cama.

Mira la carta que les escribió a su familia y amigos pidiéndoles disculpas y explicándoles porque lo hizo. Sabe que tarde o temprano lo entenderán y perdonarán porque lo aman lo suficiente para saber que nunca iba a superar el dolor de su alma. Un dolor profundo y sangrante como si una parte de sí mismo hubiera sido arrancada y es que así fue. Con un nuevo suspiro deja la carta en su escritorio en un lugar perfectamente visible y se recuesta en su cama.

Mira el techo pensando en cuál será la reacción de Yami. Espera que no se enoje con él y entienda sus razones. Bosteza sintiendo el sopor empezando a apoderarse de él. Si Yami estuviera en su misma situación ¿haría lo mismo o seguiría adelante? ¿Se olvidaría de él?

Sus párpados empiezan a caer y su mente se embota. Le parece que su respiración y todos los ruidos de la noche se vuelven tan lentos que casi siente pánico al no sentir su propio pecho respirar. Lucha con la pesadez en su mente y se fuerza a mantener la calma evocando la imagen de Yami. Un poco más susurra, ¿o piensa?, mientras la pesadez aumenta hasta que todo se vuelve negro.

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Yugi abre los ojos e inmediatamente los cierra cuando una potente luz lo ciega. Vuelve a intentarlo pero esta vez parpadea hasta adecuarse. Frunce el ceño al ver el techo de su habitación y sentir la brisa que se cuela por la ventana abierta erizar su piel. ¿Acaso no había funcionado?

Esa idea encoje su corazón y cierra sus ojos tratando de no echarse a llorar. Había fracasado. No volvería ver a Yami.

—¿Por qué lo hiciste Aibou? —susurra una conocida voz cerca de él.

Abre los ojos y se sienta. Abre la boca sorprendido al ver a Yami sentado en el lugar de siempre mirándolo con los brazos cruzados. Un nudo se forma en su garganta y es incapaz de responder a su pregunta. Alarga una mano para acariciar su mejilla y al sentir que es real, que está ahí, deja escapar un sollozo y se lanza sobre él siendo recibido por los fuertes brazos de su Otro Yo.

Solloza con fuerza aferrándose a él como si su vida dependiera de ello y entre el llanto le cuenta todo lo que había pasado desde que se fue. Como había sufrido y como simplemente no podía dejarlo ir, lo necesitaba tanto como necesitaba el aire.

—Ya estoy aquí Aibou —susurra Yami palmeando su espalda—. Estaremos juntos para siempre.

Sus palabras confortan su alma y liberan un peso en su pecho. Están juntos de nuevo y lo estarán. Por siempre.

 Por siempre

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