Fase 4

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Yu-Gi-Oh! no es de pertenencia si lo fuera ninguna de las escenas altamente canons hubiera sido censurada y muy posiblemente se habría quedado con el concepto original.

Advertencia: Esto es tras la partida de Yami aunque no está del todo ceñido al canon. Si no te gusta el Angst o eres de corazón sensible por favor retirarse.

Sin más que decir espero lo disfruten.

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Depresión

Un día Yugi desapareció de pronto. No volvió a la escuela y tampoco respondía las llamadas de ninguno de sus amigos que empezaban a preocuparse de que algo realmente malo le hubiera pasado. Grande fue su sorpresa cuando su abuelo les llamó un día luego de semanas de incertidumbre, desesperado porque Yugi no había salido de su habitación hacia tanto que perdió la cuenta de los días.

-Siempre dejo una bandeja de desayuno en su puerta pero cuando regreso está intacta -dice al verlos llegar a tropel luego de su llamada-. Los primeros días comía muy poco pero simplemente dejó de hacerlo.

-Estuvo actuando muy raro desde lo de Yami -dice Tea mirando las escaleras que dan a la habitación de Yugi.

-Primero actuaba como si nunca se hubiera ido, luego se enojaba cuando le mencionábamos que era momento de superarlo -enumera Joey.

-Y luego parecía culparse de lo que pasó -termina Tristán.

El abuelo de Yugi suspira apretando sus manos.

-No ha salido de su habitación en semanas, no estoy muy seguro de que realmente duerma algo porque le he escuchado caminar dentro y ruido de cosas moviéndose. Los llamé porque no quiero alertar a su madre. ¿Podrían... podrían tratar de hacer algo?

Los jóvenes asienten y suben juntos a la habitación de Yugi. Tea se acerca y toca con suavidad.

-Yugi somos nosotros ¿podrías abrirnos por favor? -pregunta con un tono maternal pero no recibe ninguna respuesta.

Lo intenta un poco más antes de ser apartada por sus amigos que a la cuenta de tres se empujan contra la puerta para forzarla. Les toma un par de intentos antes de que el cerrojo ceda bajo el peso de ambos casi haciéndoles caer por la velocidad que llevaban en el golpe final. Sin embargo la imagen que les recibe dentro es tan desgarradora que casi se arrepienten de haber abierto a la fuerza.

La habitación está totalmente a oscuras y un fuerte olor acido cubre el lugar por completo impregnado en cada objeto y pared. Con cuidado se adentran parpadeando para habituar su vista y a la vez buscan a Yugi con los ojos. No es muy difícil encontrarlo pues este se encuentra recostado en la cama hecho un ovillo apretando con toda la fuerza que es capaz el rompecabezas del milenio contra su pecho.

-Yugi -llama en voz baja Tea acercándose.

-Él ya no está -susurra el menor con voz débil mirando con ojos pérdidos a un punto inespecífico en la pared-. Ya no está. Está tan frío, ya no me habla -continua apretando más el rompecabezas.

Tea siente su corazón partirse al ver a su amigo de tal forma y lo abraza con toda la fuerza que posee ignorando el mal olor que desprende o lo rígido que se siente su cuerpo por mantener la misma posición durante horas.

-Lo sé Yugi, lo sé. Pero él debía irse -dice bajo tratando de hacerle reaccionar.

-Ya no lo escucho -dice como si no la hubiera oido. Gruesas lágrimas se forman en sus ojos y pronto ruedan por sus mejillas uniéndose al camino de las que ya derramó antes-. Él... él se sentaba ahí y cuidaba de mi mientras dormía -susurra señalando débilmente el borde de la cama contrario a donde está Tea sentada.

-No puedo dormir -agrega en voz baja un par de minutos después en los que el silencio se ciñó a ellos-. No puedo él... las pesadillas se iban cuando estaba, me protegía de ellas y ya no está.

Pronto su cuerpo empieza a agitarse por mudos hipidos que pasan a ser desgarradores sollozos que retumban en toda la habitación. Los tres amigos se miran sin saber que hacer mientras la desesperación embargándolos por completo.

-¿Qué voy a hacer sin él? -Pregunta sollozando más fuerte dejando ir el rompecabezas y aferrándose a Tea-. Yo no... no soy nada sin él, ¿Qué haré Tea?

-Debes dejarlo ir -responde con ternura acariciando sus mejillas limpiando las lágrimas-. Él odiaría verte de esta forma Yugi, a Yami le gustaría que siguieras adelante con tu vida.

Los labios de Yugi tiemblan y baja la vista asintiendo. Tea suspira casi aliviada y se pone en pie ayudándolo.

-Ven, vamos a que tomes un refrescante baño y comas algo caliente. Luego te ayudaremos a dormir y mañana todo estará mejor ¿de acuerdo?

Yugi asiente en automático y se deja guiar al baño donde Tea luchando con su vergüenza en pos de ayudar a su amigo le ayuda a desnudarse y a tomar un baño. Yugi estaba demasiado débil para hacerlo por sí mismo y temía que se derrumbara nuevamente en la bañera. Lo seca con cuidado y lo viste con un pijama que su abuelo le había facilitado.

Una vez fuera Tristán y Joey lo llevan abajo para que coma algo mientras Tea se encarga de ventilar su habitación y ponerla más o menos decente para un sueño cómodo. Desgraciadamente una vez Yugi termina de comer les cuesta hacerle dormir por lo que con algo de reticencia su abuelo les facilita unas pastillas para dormir que hacen a Yugi tomar.

Mientras el sopor se lo lleva Yugi piensa en las palabras de Tea. Ella tiene razón, debe aceptar que Yami se había ido y no lo volvería a ver. Cierra lentamente sus ojos y antes de ser tragado por completo de la oscuridad una idea destella en su cabeza.

 Cierra lentamente sus ojos y antes de ser tragado por completo de la oscuridad una idea destella en su cabeza

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