against all odds ➼ wayhaught

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Waverly's POV

-¡WYNONNA! ¡WAVERLY! –Escuchamos gritos a nuestras espaldas, en mitad de campo. Las voces nos sobre cogieron, y comenzamos a correr en la nieve para encontrarnos con Doc y Rosita. Si Doc y Rosita estaban allí...

-¿¡DÓNDE ESTÁ NICOLE!? –Grité acercándome a ellos. Doc negaba, venían corriendo desde donde fuese que fuesen. Mi corazón estaba encogido, apunto de ser aplastado por una gran presión que me sobrecogía.

-¡SE LA HAN LLEVADO! –Gritó Rosita, mientras Doc intentaba recuperar el aliento. Tantos cigarrillos al día era el resultado.

-¿¡DÓNDE!? –Grité desesperada, levantando a Doc cogiéndolo por el cuello de la camisa. -¡DOC, CONTESTA!

-Eran ocho. –Negaba mirándome casi con arrepentimiento por no haber podido salvarla. –Ocho contra tres. La cogieron a ella porque pensaron que les diría fácilmente dónde estaba Wynonna. –Me giré rápidamente hacia mi hermana, que con esa intuición me leyó el pensamiento.

-Tenemos que ir. Ahora. –Apuntó Wynonna girándose hacia Dolls, que asintió, pero todos nuestros móviles comenzaron a vibrar. Nos miramos entre nosotros, y al abrirlos, la imagen de Nicole siendo golpeada con fuerza por uno de ellos. "¡¡DÓNDE ESTÁ LA MALDITA WYNONNA EARP!!" y con un palo que llevaba en la mano le golpeó las costillas.

-¡WYNONNA! –Mi sonido fue desgarrador, y todos echamos a correr. Wynonna iba de mi mano, subiéndome al coche con ella.

-La vamos a salvar, te lo prometo, ¿me oyes? –Arrancó, mientras yo seguía viendo en la pantalla cómo esta vez, aquél tipo sacó un bate de béisbol.

*

Nicole's POV

-¿Por qué te importa a ti tanto esa Wynonna Earp, huh? –El tipo se limpiaba las manos de sangre con un trapo, mientras mi cabeza estaba caída porque no podía levantarla por mí misma. –Por lo que he escuchado, no le gustas. Te odia porque sales con su hermana, ¿no te apuntó una vez con una pistola en la cabeza? –Sonreí levemente porque sí, me odiaba, y sí, lo hizo. Yo no le gustaba nada a Wynonna, pero yo la apreciaba. Había sufrido mucho con su familia, intentando mantener a sus hermanas a salvo y atormentada por la muerte de su padre, no se merecía nada de lo que le había pasado. -¿No dices nada?

-Ella sólo... Quiere lo mejor para todos. –Con un bate me golpeó la espinilla, y el dolor me recorrió toda la pierna de arriba abajo. Grité apretando las manos, estirando el cuello, pero otro golpe fue a mi estómago, esta vez de su pierna.

-¿¡LO MEJOR PARA TODOS!? –Se levantó de forma brusca, golpeándome de nuevo la cara con aquella bota de punta metálica, y el estómago. Una, otra y otra vez, dejándome sin aliento. –Esa maldita hija de puta quiere matarnos, ¿y dices que quiere lo mejor para todos? –Tenía los ojos cerrados y no lo vi, pero sentí el cuchillo clavarse entre mi cuello y mi clavícula, haciendo una herida lentamente.

-¡PARA! –Grité con las pocas fuerzas que me quedaban, pero sentí mi carne abrirse, el dolor y el resquemor inundarme, quemándome, abrasándome la herida.

-¡DÓNDE ESTÁ WYNONNA EARP! –Y entonces me desató de las cuerdas, tomó mi brazo derecho y tiró de él hasta que el codo se desencajó, seguido de una patada en la boca del estómago que me dejó sin aliento.

-Jefe. –Uno de ellos abrió la puerta. –Están aquí. Wynonna Earp está aquí. –El tipo soltó una risa y me cogió del pelo, haciendo que lo mirase a los ojos. Aquellos ojos de un fuego incandescente.

-Parece que todo esto no te ha servido de mucho. –Me levantó del suelo y me hizo caminar a duras penas con una pistola en la espalda. No podía ver, mis ojos estaban hinchados, y sólo distinguía una pequeña línea de luz y formas que formaban bultos, pero entonces paramos, y pude distinguir los zapatos de Waverly. Botines con tacón rojos.