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Nicole's POV

El camino hasta Purgatory se iba a hacer largo y pesado. Denver, la gran ciudad, quedaba ya a lo lejos mientras Nedley yo nos alejábamos en el coche patrulla. El frío congelaba las ventanas, y la nieve se acumulaba a los lados de la carretera.

Un caso extraño en la gran ciudad que requería ayuda de los pueblos cercanos. Algo raro he de decir, pero Nedley y yo fuimos para aportar lo que sabíamos después de nuestra experiencia en Purgatory.

Cuando llegamos al pueblo, aparcamos en comisaría y yo estaba cansada. Había estado fuera cuatro días, echaba de menos a Waverly y mi cama. O las dos cosas juntas.

-Tómate dos días de descanso, agente Haught. –Nedley me dio un golpe en el hombro antes de entrar en su despacho.

-Gracias. –Dije gratamente sorprendida.

Me dirigí a shorty's, suponía que todos estarían en casa con la nevada que estaba cayendo, el frío que hacía y lo poco que había que hacer en Purgatory. Abrí la puerta y justo antes de bajar las escaleras vi a Waverly de espaldas frente al billar. Rosita me sonrió desde la barra mientras limpiaba un vaso, y con la barbilla señaló a Waverly. Me paré tras ella y le di un golpecito en el hombro. Se dio la vuelta y volví a ver su rostro, su sonrisa se agrandaba por momentos al darse cuenta que era yo.

-¡Nicole! ¿¡Cuándo has llegado!? –Se agarró a mi cuello casi saltando encima de mí, dándome besos por toda la cara. –Te echaba de menos. –Me acarició las mejillas con dos dedos, y justo cuando iba a besarme sonó un carraspeo a nuestro lado. Rosita sonreía limpiando los vasos.

-Oh. –Dejé a Waverly en el suelo, con el brazo rodeando su cintura. -¿Me pones un café, por favor?

-Claro. –Rosita se giró para encender la cafetera, y Waverly y yo nos sentamos en los taburetes de la barra.

-Tengo que contarte algo. –Dijo en voz baja con la cabeza gacha. Rosita nos miró de reojo, apretando los labios con una sonrisa.

-Oye, ¿por qué no os vais un fin de semana al spa de la sierra? –Rosita puso los vasos encima de la mesa con un sobrecito de azúcar.

-¿Spa? No sabía que Purgatory tenía uno. –Waverly me acarició la rodilla, mirándome con los ojos bien abiertos. Quería ir y yo también. -¿Cuánto cuesta eso?

-Nada. –Puso dos tickets encima de la mesa, apoyando la barbilla en su mano. –Está pagado. Iba a ir con Doc, pero... -Suspiró girándose, saliendo de detrás de la barra. –Tiene otros planes.

*

Waverly y yo fuimos a aquél hotel. Estaba entre los árboles de la montaña y desde nuestra habitación se podía ver el valle de Purgatory nevado. Yo ya estaba cambiada y con el albornoz puesto, pero Waverly estaba delante de mí ajustándose el sujetador del bikini. Yo no dije nada, me quedé observando sus pechos en silencio hasta que me di cuenta de que ella estaba delante de mí con el albornoz ya puesto.

-¿Vamos? –Me agarró de la mano, entrelazando sus dedos con los míos. Salimos de la habitación y bajamos en el ascensor hasta el spa, donde había que coger una pulsera para entrar, y de fondo podía escuchar las piscinas, los circuitos de agua y jacuzzis.

No había mucha gente, de hecho llegamos un poco tarde, eran las siete, y aunque el spa en aquellas fechas seguía abierto hasta las diez, la gente ya no iba a esa hora. Waverly se quitó el albornoz delante de mí y lo dejó en el banco de madera, yo hice lo mismo y la seguí hasta el jacuzzi del fondo, observando sus piernas, su trasero, las curvas de su cintura y los mechones de pelo suelto que estaban en su nuca y la gomilla no había podido sujetar.

against all odds   ➼ wayhaughtWhere stories live. Discover now