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chapter fifteen
"A FROSTY BITE"
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El aire había llegado con una bocanada helada para el próximo fin de semana de Hogsmeade. Emilia había hecho todo lo posible por mantenerse caliente, es cierto que escondía su camiseta de pijama bajo un jersey, un abrigo y una bufanda de lana. Era mediados de noviembre y se podía sentir en el aire; y, por no mencionar, había llegado a esa parte del mes en la que algunos ya se estaban trepando con las grandes fiestas que se celebraban el mes siguiente.
Un par de estudiantes pasaron junto a ella, hablando del padre de Dinah en voz baja. Em rodó los ojos. Estaba tan cerca de romperse, pero pensó que eso podría empeorar las cosas de alguna manera.
Se apresuró delante de un grupo grande de quinto año para entrar en Las Tres Escobas. Ya estaba deseando que terminara con esto, y preferiría no tener que esperar a que una masa de adolescentes encontrara una mesa lo suficientemente grande para su fiesta entera, mientras bloqueaban la puerta. Llamadla malvada, pero no podía esperar. Lo que sea, a quién le importa.
Su padrino estaba sentado en una mesa en la esquina, lejos de la mayoría de los estudiantes de Hogwarts riéndose y charlando con sus amigos, y mirando hacia la dirección opuesta. Mientras pasaba Em, escuchó que algunas de las conversaciones se deslizaban en las discusiones sobre Rupert Salvatore y Augustus Monarda. Se apresuró a sentarse a la mesa, donde su padrino estaba cuidando una copa de cerveza de mantequilla.
—Ha pasado mucho desde la última vez que hablamos —dijo Capulet.
Em dijo:
—Podría decirse que sí.
—Quería preguntarte en persona sobre lo que planeas hacer una vez que hayas terminado la escuela —le dijo Capulet. Inmediatamente, Em tuvo la respuesta de alguien que hizo esta pregunta, y sintió un completo temor, incluso si tenía un ligero indicio de lo que le gustaría hacer. Esa pregunta trajo terror, incluso a los valientes—. Voy a ser capaz de ayudar, lo que sea que hagas... ¿has considerado la propuesta del negocio de mi amigo?
—En realidad— dijo Em, y vio a su padrino alegrarse por la razón equivocada. Debe haber pensado que estaba a punto de decir, en realidad, lo he hecho en lo que respecta a los asuntos de tu amigo. Realmente no era así—, estaba pensando en reabrir la vieja casa de moda de la abuela.
—Siempre has sido buena en la confección, supongo... —Capulet frunció el ceño. Em levantó una ceja. Parecía infeliz. Se sentía incómoda—. Pensé que te hubiera gustado trabajar para mi amigo... Verás, él quiere ayudarnos, él quiere hacer de nuestro mundo un lugar mejor —Em casi explicó que, una vez que tuviera suficientes ganancias, empezaría a donar una gran suma para ayudar a los afectados por Voldemort, pero antes de que pudiera, su padrino estaba hablando de nuevo—. Sabes, siempre pensé que eras la mejor de tus hermanos —dijo. Hizo todo lo posible para no levantar una ceja, ni mostrar ningún signo de lo que estaba pensando. ¿No se supone que no debes pensar eso? ¿No se supone que no debes tener un favorito?—. Por lo menos déjame ayudarte, puedo prestarte dinero más que suficiente, puedo encontrar a los empleados adecuados...
