13. NOCHEBUENA (Parte 2)

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*Narra Harry*

- ¡Neville! - el grito salió de mis labios sin que pudiera contenerlo.

Los pasos en la escalera se aproximaron a toda velocidad. Saqué la varita la mi túnica por si era el asaltante pero en vez de eso Blaise y Draco aparecieron en el pasillo.

- No, no, ¡Nev! - Blaise se agachó junto a él - Tenemos que llevarlo a la enfermería, desprisa.

Me sorprendió que pudiera mantener la cabeza clara en esa situación. Yo, en su lugar, estaba seguro de que no hubiera podido contener mis emociones. Asentí con la cabeza, aun un poco paralizado por la escena; Neville en el suelo, cubierto de la sangre que brotaba de sus heridas.

Me puse al lado de Blaise para ayudarlo pero Draco me lo impedió.

- No podemos, está grave y el traslado sólo emporaría su estado. Tenemos que hacer algo ahora.
- ¿Qué podemos hacer? Ninguno de nosotros ha acabado Hogwarts y mucho menos sabe de medicina mágica.
- Olvidas con quién estás hablando, Harry - intervino el moreno - Vamos Draco, por favor.

Y entonces me acordé. Draco quería ser un sanador en San Mungo y desde pequeño había estudiado para serlo. Observé como se quitaba la túnica y sacaba la varita.

- Tenemos que cerrar esas heridas, impedir que salga más sangre - se arrodilló junto a Neville, que seguía inconsciente, y empezó a limpiar la sangre que cubría su piel para verle las heridas.

- Iré a buscar a McGonagall - me levanté y di un paso en dirección a la salida.
- No, iré yo. Ayuda a Draco - Blaise me retuvo cogiéndome por el hombro y salió corriendo.

Me di la vuelta y volví a mirar a Draco. La mayor parte de la sangre había desaparecido y las heridas empezaban a hacerse visibles. Neville tenía profundos cortes en el cuello y una línea roja atravesaba su mejilla hasta el labio.

- Són heridas hechas con magia, no són tan fáciles de sanar - habló Draco sin dejar de mover la varita - Tráeme una toalla o algo parecido, tenemos que parar la sangre.

Fui a mi habitación y abrí mi baúl. Había un par de toallas dentro así que las cojí y me apresuré a volver donde estaba Draco.

McGonagall llegó en pocos minutos. Se quedó paralizada algunos instantes al verlo pero después volvió a ser la mujer enérgica que todo Hogwarts conocía.

- Malfoy, no se le ocurra parar - le dijo y él asintió en silencio - Debemos llevar a Longbottom a la enfermería pero no podemos dejarlo ni un segundo.

Con un ligero movimiento de varita el cuerpo de Neville quedó flotando a un metro del suelo. Draco se levantó con él y siguió murmurando el hechizo que lo mantenía con vida.

- Zabini, Potter, adelántense y avisen a Madame Pomfrey, por favor - los dos asentimos y salimos corriendo de la torre de Gryffindor.

Un par de horas más tarde Neville ya se encontraba en la enfermería, durmiendo.

<< Menuda manera de celebrar la Nochebuena >> pensé pero sabía que debía estar ahí para apoyar a mis amigos.

Blaise estaba en un rincón, sentando en una silla al lado de Neville y no había dicho nada desde que Madame Pomfrey le había asegurado que se pondría bien en un par de días. Draco estaba a mi lado, apoyado en una columna, pensando en silencio. No había podido parar de mirarlo. Tenía el pelo alborotado y los mechones rubios le caían de manera hermosa. El brillo de la adrenalina aun era presente en sus ojos grises y su piel, normalmente pálida y fría, brillaba bajo la luz del sol que entraba por los ventanales. 

Cuando Neville abrió los ojos era casi hora de cenar. Enseguida buscó a Blaise, quien en un instante ya se encontraba a su lado. A pesar de todo, el león esbozó  una pequeña sonrisa y Blaise le cogió la mano. 

- Neville, ¿te encuentras bien? - le preguntó su pareja y él asintió lentamente. Blaise dejó escapar un suspiro de alivio. 

- Lo último que recuerdo es llegar a la torre de Gryffindor - Draco  yo nos acercamos a la cama donde él estaba  - La Señora Gorda se asustó tanto al verme que me dejó pasar sin pedirme la contraseña.

Sonreí. Si Neville aun conservaba el sentido del humor que completaba su auténtico carácter significaba que no había sido tan grave. 

- ¿Viste quién te atacó? ¿Dónde estabas? - preguntó Draco.

- En el primer invernadero - respondió Neville y Draco se paralizó al instante.

*Narra Draco*

- ¡No, no, no! - grité.

Ahora lo entendía todo. No había misteriosos atacantes en Hogwarts, a Neville lo habían herido por error. Y era mi culpa.

- Dragón, ¿estás bien? - me preguntó Harry y me puso una mano en el hombro - ¿Qué pasa?
- Neville, lo siento mucho - su expresión se transformó en una de confusión.
- ¿Por qué? ¿Qué pasa, Draco? - habló Blaise.

Suspiré.

- Porque era para mí, el ataque era para mí. Le conté a mi madre que seguramente iría al primer invernadero durante las vacaciones. La última vez que vi a mi padre, en Hogsmeade, supe que haría lo que fuera para que me arrepintiera de haberlo desafiado - me pasé una mano por el pelo. Confiaba en mis amigos, pero no me gustaba hablar de eso - No pensaba que llegaría tan lejos pero tuve que haberlo imaginado. Supongo que también tiene algo que ver el ataque en la torre de Ravenclaw.

Estaba desesperado. Uno de mis amigos había acabado en la enfermería, herido y sabía que mi padre no iba a parar hasta llegar hasta mí.

Noté que los brazos de Harry me rodeaban por la espalda y me giré sin desacer el abrazo. Miré sus ojos esmeralda y sonreí. Me sentía seguro con él.

- Chicos, me llevo a Draco - dijo Harry y me cogió la mano dulcemente para arrastrarme hasta la salida.

En el pasillo, Harry me besó delicadamente y, cuando nos separamos, me dijo << Vamos >>.

Fuimos a la Torre Norte y nos sentamos en un rincón. Me habló durante horas para distraerme de mis propios pensamientos y, cuando veía que mi mirada se oscurecía volvía a besarme.
Ya era de noche cuando nos dimos cuenta de que hacía horas que estábamos ahí. Volvimos a la torre de Gryffindor y nos acurrucamos junto al fuego. Cerré los ojos y me concentré en las sensaciones que acaparaban mis sentidos. Notaba como el calor del fuego acariciaba mi piel mientras Harry jugaba con mi pelo. Me sentía protegido y afortunado de estar con el chico que amaba.
Cuando llegó la medianoche Harry se incorporó y, en medio de un beso perfecto, susurró << Feliz Navidad, amor >>.

A prueba del pasado ~ DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora