A prueba del pasado ~ Drarry

9. ATAQUE

*Narra Harry*

Cuando llegamos ya había muchos estudiantes esperando a McGonagall. Cuando llegó la directora todos subimos por las escaleras de la gárgola y entramos en su despacho. No amontonamos enfrente su escritorio y de reojo vi como Draco, que aún seguía a mi lado, miraba el retrato de su padrino, Snape. << Lo siento mucho, de verdad lo siento >> le susurré al oído. Él sólo cerró los ojos por unos segundos y se agarró la muñeca izquierda con fuerza.

- Él solía hacer eso cuando quería que le escuchase, ya sabes por qué. Odiaba que me tocara ese brazo hasta que me di cuenta de que nunca volvería a hacerlo – me dijo apenado.
Le pasé el brazo por los hombros porque no sabía que responder a eso. La voz de McGonagall nos interrumpió y nos volvió a la realidad.

- Estudiantes, estamos en alerta. El castillo ha sido atacado esta noche en la torre de Ravenclaw y el equipo de profesores necesita ayuda. Todos los que queráis venir tenéis que saber que no sabemos a lo que nos enfrentamos. Por favor, que los voluntarios salgan y me esperen fuera en el pasillo.

Iba a salir cuando Draco me agarró la mano, impidiéndome salir de la sala.

- Tú no vas a ir – me dijo en un tono que no admitía réplica.
- ¿Por qué? – pregunté sin entender nada – ¿Qué pasa? Quiero ayudar.
- No – volvió a decirme – No estás recuperado del todo y no quiero que te arriesgues. Hoy no, Harry.

Le miré a los ojos con resignación. Sabía que tenía razón pero no quería que por mi culpa faltase gente en la investigación.

- ¿Y tú? ¿Qué harás? - le pregunté.
- ¿Qué quieres que haga?
- Si yo no puedo ayudar tú sí que irás - le dije - Será tu castigo por no dejarme ir.

Me miró sorprendido y enfadado a la vez pero al instante esa mirada se transformó en una de cariño. Sonrió y no pude evitar pensar lo hermoso que se veía cuando hacía eso.

- Está bien, iré.

Le di un corto beso en los labios. Si yo no podía ir, al menos sabía que a McGonagall no le faltaría una persona.

Salí del despacho y volví a la torre de Gryffindor. Estuve toda la tarde en la sala común, estudiando y leyendo mientras esperaba noticias hasta la hora de cenar. Cuando volví a mi habitación con el estómago lleno vi a Hedwig en la ventana sujetando una carta. Abrí para que pudiese entrar y le acaricié la cabeza como agradecimiento. Cuando Hedwig volvió a salir para cazar abrí la carta.

Querido Harry,
¿Cómo va todo? Desde el día que nos vimos en Hogsmeade no he vuelto a saber de ti.
Las cosas han sido muy aburridas en la Madriguera. Hermione pasó unos días en casa a principios del otoño y fuimos al Callejón Diagón. Casi todas las tiendas están cerradas y hay un montón de gente del Ministerio de Magia reconstruiendo y reparando.
¿Cómo son las clases? Ginny me dijo que en séptimo sólo estáis Zabini, Malfoy, Seamus y tú. ¿Compartes clases con mi hermana? ¿McGonagall o Slughorn han cambiado mucho?
Escríbeme, por favor.
Te hecho de menos,
                                                Ron W.

No pude evitar sonreír mientras leía la carta. Yo también lo echaba mucho de menos así que volví a bajar las escaleras en dirección a la sala común. Me senté cerca del fuego que a principios de noviembre los elfos se habían encargado de encender y saqué un trozo de pergamino y mi pluma para escribir una carta de respuesta a Ron.              

*Narra Draco*

Regresé a mi habitación a altas horas de la noche. No habíamos encontrado nada interesante en la torre de Ravenclaw, donde se había producido el ataque, si es que se podía llamarle así. Una ventana abierta, hojas y tierra en el suelo y un jarrón roto eran todos los indicios de los que disponíamos. Ni los hechizos reveladores ni la búsqueda de otros elementos sobre los que investigar habían dado resultado.
Estaba cansado y tenía sueño por lo que me tumbé en la cama en el exacto momento en el que pisé el suelo de la habitación. Entonces me di realmente cuenta de lo que había pasado esa tarde. Harry Potter, el salvador del mundo mágico, me había besado. Pasé mi mano por mis labios delicadamente, recordando cada instante de ese dulce beso.
<< Maldito Harry, tardaste mucho en darte cuenta >>