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Anna se despertó con los ligeros rayos del sol que daban directo a su cara, sentía mucho frío y empezó a temblar, estaba acostada y se puso de pie, su ropa estaba toda mojada y llena de tierra, pero lo más extrano era que no sabía donde estaba, era en alguna parte del campo, dentro de un granero, no había nadie a su alrededor y decidió investigar. Poco después se escuchó un ruido, parecía una puerta habriendose, miro y a sus espaldas la puerta se abría lentamente, ella corrió y se escondió lo mejor que pudo, entró un señor con una gorra y un oberol, con botas de plástico negras y guantes, parecía traer un arma, pero no se fuego, algo más bien afilado. El señor empezó a buscar algo, no sabia que era, y en eso llamó, dijo: ey, niña, donde estas?
Le hablaba a ella, qué debía hacer?
-No te haré daño, tienes que comer- prosiguió el señor, ella dudaba mucho de lo que decía pero tenía hambre y además no sabía en que parte del campo estaba, salió de donde se estaba escondiendo y en eso el señor la vio, - niña, ahí estás, ven vamos, mi mujer ha hecho algo de comer, debes tener hambre- Anna asintió - luego de que comas te prestaremos ropa.
Anna siguió al señor, aunque aún desconfiaba un poco, como es que llegó ahí, el la habrá traído?

Entraron a la casa, tenía un aspecto muy acogedor y estaba caliente, yo espera de forma educada en la puerta y el me invitó a sentarme a la mesa, su mujer salió poco después y me sirvió un plato de sopa y luego uno de carne, por lo que veo eran granjeros y tenían ganado, el cual vendían y también consumían, todo estaba delicioso, lo terminó muy rápido por que estaba hambrienta, la señora le ofreció más pero ya estaba llena y no quería verse mal, no había hablado en todo el día, pero quería pregutarles como era que había llegado ahí.
La señora me llamó arriba, yo desconfiaba aún pero tenía que ir, me habían dado alimento, así que tenía que estar agradecida. Subio las escaleras y ella estaba en una habitación muy adornada, con peluches y una cama rosa, ella sólo espero en la puerta y la señora le dijo que pasará, de un ropero sacó unos vestidos de colores muy hermosos y también un par de zapatos negros, Anna quedó sorprendida por lo bonitos que eran, eran muy parecidos a los de Meredit pero los de ella eran rojos.
-Acercate, Ponte el que quieras- dijo la señora y Anna se acercó más pero no sabía por que lo estaba haciendo
-No seas tímida, tu ropa está mojada y sucia, no vas a estar así todo el día, o si? -Anna aceptó y escogió uno color azul celeste, y se puso los zapatos negros, la señora desenfado su cabello con un cepillo muy suave y la peino. Después la señora bajo y dejó a Anna Solá en la habitación, después de un rato de mirarse al espejo, Anna bajo para preguntarles que hacía ahí, el señor al verla dijo: te ves muy hermosa, y se le escaparon un par de lágrimas que ocultó. Su mier también salió y afirmó lo que él había dicho.
Se sentaron en la mesa y Anna decidió hablar: Les agradezco todo lo que han hecho por mi pero quiero saber como es que he llegado en primr lugar aquí?
El señor respondió: cuando iba pasando por el camino te vi a las orillas del río, donde la gente lava su ropa, no sabía que hacías ahí pero no podía dejarte así que te cargue y te traje a mi casa. No le molesto que la hayan ayudado, pero quién me llevo hasta ahí? Y porqué?

El monstruo dentro de AnnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora