Capitulo #4

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Aún seguía culpándose a sí misma por ser tan vergonzosa para preguntar a alguien en la calle sobre el cajero del cual recordaba, pero no es que lo mejorará quejándose en voz alta.

Solo le quedaba seguir caminando y poner atención a su alrededor.

Tenía que resolver el asunto de la puerta lo más pronto posible, puesto que había sido un gran trabajo mover algo lo suficientemente pesado para bloquearla, ya que considerando sus músculos, sólo había hecho que su estómago doliera por el esfuerzo.

— Ya llegue hasta la parada del otro lado — murmuró para si misma y dar la vuelta para girar— ¡Perdón! — dijo en voz alta al chocar contra un cuerpo, el caso era terminar lo más pronto posible y no tener problemas. Así que tomó rápidamente el portafolio de dibujos que cargaba entre sus manos—

— Eres muy distraída — murmuró el chico de una voz un poco conocida, la misma voz que le pertenecía al cuerpo que recogía un pequeño bolso de pinceles—

— Gracias — contestó sin siquiera ponerle atención al comentario del chico—

— ¿Encontraste el cajero? — insistió una vez más el castaño. Haciendo que en automático la marcha de la chica se detuviera— ¿Mmh?

— ¿Cómo sabes que estoy buscando un cajero, Eythan?

Según sus recuerdos no le había mencionado a nadie sobre su problema más que obviamente al cerrajero, y aunque fuera el hijo del cerrajero no debería de saber que buscaba un cajero automático.

— Me lo dijiste esta mañana cuando te entregue tu pluma y te di un sándwich

— Ah — respiro con alivio— Ya estaba pensando que eras un loco — Soltó un suspiro de alivio y el chico solo sonrió—

— Yo también voy a sacar un poco de dinero, si quieres podemos ir Minyingtos — Propuso convenientemente al mismo tiempo que acomodaba su mochila en su espalda. Reacción que evidentemente capto de su contrario así que continúo hablando— La verdad me da miedo que alguien que esté detrás de mí me asalte — comentó de manera amistosa y un poco risueña al bromear con el asalto, haciendo que la chica soltara una pequeña risita—

— ¿Es por el trabajo que dejó la maestra? — Preguntó mientras comenzaba a caminar y también a preguntar con señas sobre la dirección del cajero— ¿Sabes dónde queda?

— Si, ya que creo que lo tendré que hacer solo. Todas las parejas están hechas y al final no quede con nadie

— Si, lo sé. Yo no voy al cajero por esa razón, pero creo que tendré que comentarle a mis papás que tendré que gastar de nuevo en las maquetas y las cosas de trabajo... — giro su vista— Aunque no creo que sea tú caso, ¿Por qué vas a gastar tanto que tienes que utilizar el cajero?

— Ah... No tengo internet en mi casa y tampoco computadora — apuntó— Esta en esa dirección

— Oh. Pensé que eras de los que les gusta hacer mucho alboroto para un proyecto escolar — respondió por un último antes de conseguir un lugar en la fila— Gracias a Dios... — murmuró al asomarse a ver el cajero—

— ¿Y tú con quién hiciste equipo? — preguntó curioso y muy seguro de la respuesta que iba a obtener. Ya que mejor dicho, lo hacía con otro tipo de intenciones... Algo había en sus pensamientos más allá de un compañerismo y relaciones amistosas—

— Bueno... — avanzó en la fila— Yo nunca hago equipo con casi nadie, si puedo hacerlo sola, lo hago

— ¿Por qué? ¿No es más cómodo compartir el trabajo?

— Si... Pero — Sonrió apenada— Casi no me llevo muy bien con los de mi salón

— ¿Y por qué no haces equipo conmigo? — Sugirió con una sonrisa— Yo no tengo pareja y tú tampoco, así que creo que si unimos nuestro trabajo nos ahorraría más tiempo... Y dinero — agregó—

— Ahh... Yo... Mmm — avanzó en la fila— Bueno, verás... No puedo hacer tareas en equipo así de repente. Tengo que comentárselo a mi madre

— Pero si solo es una tarea en equipo. ¿Es porque soy un chico o...

— No, solo que — peino su cola de caballo con nerviosismo— No hago este tipo de cosas, así que creo que tengo que preguntarle a mi madre primero

— Tenemos casi un mes entero para hacer la tarea, así que creo que puedo esperar — continuo el chico—

— B-Bueno — asintió repetidas veces mientras que sus uñas chocaban repetidas veces contra su portafolio— Que... Raro es esto — murmuró con emoción—

— Vi tus dibujos esta mañana — Señaló el portafolio— Dibujas muy bien, ¿Quién te enseñó a hacerlo?

— ¿Ah? — Negó con la cabeza— ¡Nadie! Aprendí sola cuando comencé a ver... Caricaturas. Al principio lo hacía muy mal, así que es cuestión de practica — sonrió— ya que después de un tiempo mejore un poco

— ¿Un poco? Yo diría que incluso podrías venderlos

— N-No digas ese tipo de cosas — volvió a tocar su cabello— Es vergonzoso... — infló sus mejillas— ¿Qué hay de ti?

— ¿De mí?, no hay nada interesante que pueda contarte. Solo que soy el chico nuevo de tu clase

— ¿Tus padres se mudan con frecuencia?

— Mis padres... — murmuró antes de levantar la cabeza y señalar con una sonrisa de oreja a oreja— Creo que es tu turno

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— ¡Yo te aviso! — Anunció la chica mientras se despedía con el brazo de su compañero de clases. —

Aún estaba emocionada con el hecho de que alguien había estado interesado en hacer equipo con ella. En unirse. No había pasado desde hace mucho tiempo y eso era un motivo para ponerla feliz.

Obviamente le diría al chico que sí. Solo que de la felicidad no pudo siquiera responder al instante sin que se le notará la emoción por una cosa tan pequeña como hacer un trabajo en equipo.

Incluso podría mal interpretarse con que estaba interesado en él como algunas chicas de su salón.

No quería que la situación se pusiera rara, así que era mejor que siguiera ese compañerismo amistoso que no había tenido por mucho tiempo.

— Esta listo — entregó la antigua perilla a la chica— Esta es la llave y está otra una copia por si se llega a perder una. Guárdela bien para que no vuelva a intentar forcejear la puerta de nuevo

— S-- ¿Perdón? — Dijo confundida— ¿La puerta estaba forcejeada?

— La cerradura estaba dañada, alguien intentó abrirla desde afuera. Si no fue usted o algún familiar, le aconsejo que tome medidas con algo así. Aunque creo que esta cerradura que acabo de instalar no de abrirá tan fácil, aparte de eso en la caja había un seguro de una barra de metal — decía el hombre con tanta tranquilidad, al mismo tiempo que la chica comenzaba a temer por su integridad física...— ¿Mis honorarios serán en efectivo o tarjeta?

Eres mía 1°er TEMPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora