♦Magic Phantom♦

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A muchos les gusta el circo, los clásicos trucos de magia que al público dejan encantado. Los magníficos colores que deslumbran el panorama y le da el toque de alegría para completar. No podemos dejar pasar los acróbatas que desafían a la muerte en la cuerda floja y los animales entrenados para hacer que las personas vivan una experiencia increíble, aros de fuego, payasos y globos destacan. Ya estando en el tema, casi todos han ido al circo, pero si nunca has visitado alguno, esta historia te hará querer ir y saltar de la emoción. Todo cambiara, la alegría se convierte en sufrimiento y las risas en llantos, este es el origen de "Magic Phantom".

Era otro día gris, nublado y desolado en un pueblo desconocido donde la risa no se escuchaba de alguna persona, cualquiera que salía de su hogar, solamente observaba como los arboles decaídos dejaban que sus hojas perecieran contra el viento frio. La descripción de aquel lugar era como "Oscuro", porque en realidad lo era, se encuentra en Estados Unidos, lo único bueno es la economía.

Algo había cambiado en el ambiente del sitio, algunos lo llamaban como "la luz", había llegado un circo de pocos recursos aunque siempre fueron los mejores en ese entonces, dos caballos pasaban por las calles donde traían las vagonetas del acto.

-"¡Vengan, acérquense al mejor circo de la región que les alegrara la vida por un bajo precio. Animales, payasos, acróbatas y magos hay acá, vengan a Big Laugh Circus!"- Grito con emoción un hombre que manejaba a los caballos para que se guíen y se instalen en el centro del pueblo.

Todo sería diferente desde ese día, las personas por curiosidad decidieron ir al lugar mencionado, terminaron saliendo con una gran sonrisa que nunca tuvieron, los beneficios se compartieron con el pueblo y los trabajadores, el show tuvo éxito, tanto que les alcanzo para un par de cervezas, que mejor que eso para recompensar el gran trabajo.

-"Vaya, ganamos mucho hoy, y en cambio este sitio ríe otra vez. ¡A celebrar muchachos!" – Dijo Richard, el dueño de Big Laugh Circus mientras contaba las ganancias que obtuvieron.

-"Oye querido Tom, te luciste como siempre" – Menciono un acróbata mirando al mago.

Magic Tom, su nombre real es Tomás Green, mejor conocido como el mago del circo, un joven de 23 años con cabellera negra y los ojos de color ámbar de tal modo que se le veían amarillos, era apuesto decían ciertas personas. Empezó con la magia a los 9 años con el resultado de que fuera un astro en la magia, no era un gran profesional pero sus trucos no se podían comparar, eso logro hacer que lo contrataran como mago.

-"Gracias, ustedes también estuvieron excelentes. Por eso nos merecemos un brindis, ¿no lo creen?" – Dijo a todos sus compañeros cuando se subió a un par de cajas para que lo escucharan mejor.

-"¡Sí!" – Exclamaron todos chocando una botella con la otra en seña de felicidad. Los únicos que no tomaban eran Tomas y su ayudante, Rubí, veían como los otros disfrutaban de su trago de ron.

-"¡Tom!, mira lo que traje" – Le dijo Rubí al mago, sosteniendo un emparedado de jamón, el favorito de él, sabía que no iba a tomar nada así que le hizo ese pequeño gesto.

-"Oh, no tenias que hacerlo pequeña gema" – Respondió Tom tomando el plato.

-"No es problema para mi, después de todo, aquí se van a emborrachar" – Dijo la mujer observando el ambiente.

-"Je, cierto. Ahora a recuperar fuerzas, mañana hay que seguir con la función." – Respondió el mago hasta que mordió su emparedado y se deleito con el sabor.

Fue así durante el día siguiente, celebrando, riendo y jugando. Los pueblerinos otra vez volvieron a "Big Laugh Circus" para entretenerse, le daban una ayuda al dueño y sus trabajadores, la mayoría le encantaba lo que hacía Tom con sus actos, desaparecer y reaparecer cosas delante de todos, incluso hacer ilusiones que dejaban a todos queriendo por mas. Su personalidad era simplemente amable y gracioso, nada que ver con algo malo; no obstante, perdería esos rasgos característicos en aquella noche de otoño. Tomás, estaba en su vagoneta, inspirado por las estrellas que parpadeaban con resplandor en el cielo, admiraba esa vista, por eso siempre se sentaba a esperar a que fuera su turno para el show.

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