Tu sonrisa como el Sol ✧ j e a r m i n

∆ CAPÍTULO 23 ∆

Armin
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Lo último que recuerdo es la bala traspasando mi hombro y la cara horrorizada de Jean al ver lo que hizo.

Espero que todo haya salido bien después de eso... ¿Pero ahora dónde estoy?

Me fijo en mi alrededor, veo que todo está nevado y me encuentro con un pequeño chico rubio que estaba leyendo.

Recuerdo este día, mis padres habían muerto hace poco y estaba muy triste. Pero en este día me di cuenta de la felicidad que trae Jean a mi vida.

Con melancolía miro como me toma de la mano y comenzamos a correr, nuestras sonrisas... Nuestra inocencia.

A veces añoro esos días.

Suspiro, me doy cuenta de que dejé el libro sobre la roca. Recuerdo que cuando mi di cuenta de que lo había olvidado entré en una crisis.

El viento pasó las páginas y queda a la vista el poema "Annabel Lee" . Mi poema favorito de Edgar Allan Poe.

Un amor incondicional, un amor que según el autor era envidiado por los Ángeles y demonios. Por esta razón se llevaron a Annabel Lee, pero aunque ella ya no estuviera físicamente él la seguía amando igualmente...

Un amor incondicional... un amor que prevalece ante la muerte.

No sé que querrá decir esto, pero yo no estoy muerto. Aún tengo muchas cosas por hacer, no puedo rendirme todavía.

Doy una última mirada a los pequeños niños que jugaban, felices, sin ninguna malicia y como si no hubiera más nada en el mundo, y cierro mis ojos lentamente para encontrarme en otra escena.

Adolorido, observo a la chica que está a mi lado, una enfermera, que al ver que desperté esboza una sonrisa.

— Has despertado, ¿Cómo te sientes?

— La verdad adolorido, pero feliz por estar vivo.

— Esa es la actitud, le avisaré a tus amigos que has despertado.

Me dirige una última sonrisa y sale de la habitación con una bandeja llena de utensilios médicos en mano.

Suspiro.

¿Cuánto habrá pasado desde ese momento? ¿Qué habrá pasado después de que perdí la consciencia?

Estaba lleno de dudas, pero a la vez impaciente por ver a todos mis amigos después de tanto tiempo.

Mientras estoy sumergido en mis pensamientos la puerta se abre, dejando pasar a todos, quiénes se mantuvieron silenciosos para no molestar tanto.

Una sonrisa sin disimulo se asoma en mi cara, la cual todos corresponden inmediatamente. Los extrañaba un montón para ser sinceros, y no puedo estar más feliz de saber que todo ha acabado y podemos estar tranquilos.

— Estoy muy feliz de verlos.

— Ten por seguro que nosotros estamos más felices Armin — Me contesta Eren sonriendo — Así que por fin has despertado ¿Eh?

— Pues si... ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

— Unos 5 días más o menos — Un pensativo Connie responde, se percata de mi expresión de asombro y vuelve a hablar — El doctor dijo que no nos preocuparámos, ya que debido a todo el estrés debías estar muy cansado y por eso seguías inconsciente.