La vida de los aprendices

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Después de cada entrenamiento. Los chicos de dirigían a hacer sus tareas diarias. Matt,Ana y Robert se turnaban para hacer la cena mientras que uno de los otros dos visitaba el mercado para comprar las cosas. Aveces Matt salía con Adi como era de costumbre. Por otro lado, Barrie Barrio se disponía a entrenar con su tío o había ocasiones en las que el entrenaba sólo en su patio. Vanessa ayudaba a sus padres en el vivero.
Después de entrenar Kevin pasaba su día trabajando con su padre en el restaurante.
-Ya estoy listo para ayudarte padre-. Dijo Kevin mientras se ponía un mandil y tomaba los platos para llevarlos a su respectiva mesa.
-Después de llevar eso quiero que limpies las mesas seis, quince y veinte-. Le dijo sonrientemente.
-Si padre-. Respondió alegremente Kevin.
Mientras que en un lugar cerca de ahí la familia Fozzie entrenaban a su hijo para que tuviera una figura envidiable.
-Vamos hijo las pesas en tobillos y muñecas son parte de tu entrenamiento diario-. Dijo el señor Fozzie con un tono severo.
-Si, lo son, Pero tu exageraste con el peso. Esto es más del doble de lo que estoy acostumbrado-. Replicaba Jack bañado en sudor.
-Tonterías. Tu serás el mejor hijo-. Dijo Vilma con tono orgulloso.
-vamos todos juntos familia-. Dijo Ben mientras también se ponía unas pesas en los tobillos.
En el restaurante había mucha gente y Kevin no paraba de repartir las órdenes de los comensales y limpiaba las mesas vacías. Mientras que en el parque la familia Fozzie seguía entrenando. En ese momento Matt,Ana y Robert pasaron cerca de la familia de Javi y se dirigieron al Restaurante de los Could a comer algo porque ninguno quiso cocinar ese día.
-¿No creen que sus padres exageran con ese entrenamiento?-. Les pregunto Ana a sus amigos mientras miraba a los Fozzie.
-No creo. Esta en sus genes-. Dijo Matt mientras abría la puerta del restaurante.
-es cierto además,en los entrenamientos el siempre quiere sobre explotar sus habilidades aún sabiendo que podría lastimarse y no poder entrenar nunca mas-. Dijo Robert mientras le hacía una señal a Ana para que fuera la primera en pasar al Restaurante.
Al entrar ahí buscaron una mesa para ordenar su comida.
-Que les sirvo chicos-. Se les acercó Kevin con una libreta en mano y una pluma.
-Yo pediré un estofado de ternera y un te de Jazmín-. Dijo Ana mientras miraba el menú.
-yo pediré filete de pollo a la plancha con una soda de toronja-. Dijo Robert
-Y yo quiero filete de ternera con verduras y puré de papa con una soda sabor cereza-. Dijo Matt mientras Kevin anotaba sus órdenes.
-enseguida se lo traere-. Dijo Kevin mientras se dirigía a la cocina.
Mientras ellos esperaban la comida hablaban de todo un poco mientras intercambiaban risas.
Después de cinco minutos Kevin llevaba en una bandeja la comida que habian ordenado.
-Aquí tienen amigos. Espero que disfruten su comida-. Dijo Kevin con una sonrisa en el rostro.
-Gracias-. Dijeron los chicos al mismo tiempo.
Kevin se alejó para limpiar las mesas vacías mientras sus amigos comían y seguían charlando entre ellos.
Después de que terminaron de comer pagaron la cuenta y le dejaron propina a su amigo. Se despidieron de el y se dirigieron a su hogar.
Mientras tanto en la biblioteca de Petalia,la hija de los bibliotecarios Smith se disponía a aprender más ya que su sed de conocimiento y curiosidad eran enormes. Ella era la más inteligente y astuta de su grupo y sabía cosas útiles como los puntos frágiles del cuerpo humano y la historia de Mufoshi entre otras cosas. Su vida era sólo entrenar y complacer su sed de curiosidad.
-Hija. ¿Podrías ayudarme a subir estos libros hasta arriba?-. Dijo su padre quien observaba como su hija leía con entusiasmo "Leyendas de la mitología espiritual".
-claro-. Respondió Kayla mientras caminaba y leía al mismo tiempo.
-me sorprende que puedas hacer ambas cosas hija- dijo una mujer de anteojos pequeños con cabello negro.
-Es gracias a mi entrenamiento en el templo Mufoshi madre-. Respondió kayla quien no apartaba su mirada del libro.
-cuidado podrías caer-. Dijo Freddie mientras observaba a su hija subir entre los estantes con una sola mano mientras sostenía tres libros con el brazo derecho.
Kayla acomodo los libros en su respectivo lugar y dijo.
-Ya está papi. Los acomode-.
Kayla dio un salto hacia atrás y callo de pie sin quejarse mientras seguia leyendo.
-si es todo lo que necesitan entonces me iré a seguir leyendo-. Dijo mientras se alejaba de sus padres con la vista en el libro.
Después del entrenamiento Finn se dirigía a su casa que se encontraba cerca del bosque. Al llegar su padre se encontraba mirando el cielo y su madre se encontraba preparando la cena.
-Ya llegue padre-. Dijo Finn mientras abría la puerta de su casa.
-Me alegra hijo. Ve a saludar a tu madre y después vienes porqué quiero mostrarte algo-. Le dijo steve mientras miraba las nubes.
-si está bien pa-. Dijo mientras se dirigía a la cocina.
-Que tal el entrenamiento cariño-. Dijo Isabel la madre de Finn.
-bien. Hoy aprendimos algo de supervivencia-. Respondió Finn mientras bebía un poco de agua.
-Tu padre quería mostrarte algo-. Dijo Isabel mientras rebanaba unas zanahorias.
-Enseguida iré con el-. Dijo Finn dejando el vaso sobre la mesa.
Salió de la casa y siguió a su padre por el bosque hasta que llegaron a una casa que se encontraba sobre un árbol.
-mira esto-. Le dijo mientras le mostraba la casa. -Yo solía venir aquí a tu edad con mis amigos.
-Es increíble papá. Aquí podría entrenar-. Dijo Finn impresionado.
-Esa es la idea hijo. Eres el primer miembro de la familia que fue elegido para entrenar en ese templo majestuoso y tu madre y yo no podríamos estar más orgullosos de ti-. Dijo Steve.
-Te prometo que no me daré por vencido y haré que su orgullo sea mayor-. Dijo Finn mientras chocaba su puño con su mano.
-Regresemos a casa o si no tu madre nos regañara-. Dijo Steve con tono burlón.
Ambos se dirigieron a su hogar y se dispusieron a cenar como familia. Cada chico y chica en Petalia era feliz a su modo. Cada día ocurrían cosas interesantes en sus vidas.

Locura de amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora