Capitulo 13: "Nada Cambia"

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Las luces de la habitación están apagadas, mis ojos se acostumbran a la oscuridad. Una fuerte brisa helada recorre todo mi cuerpo. Una niebla espesa se empieza a propagar.

De la niebla veo un cuadro, como una caja gigante. Tal vez un portal, me dirijo hacia este.

Desde lo alto una luz azul me deja ver lo que tengo adelante, es un espejo. Me reflejo en él, puedo notar mi agotada cara, mis ojeras, mis ojos llorosos y mi nariz marcada por la almohada. Mi vista se dirige hacia mis manos manchadas de sangre, no es mía, no estoy herida; entonces noto que no soy yo, si no mi reflejo.

Me veo la cara, o mejor dicho mi reflejo. El cabello cubre el rostro, otra fuerte corriente de aire lo remueve entonces distingo que no soy yo, es otra persona que veo en el espejo. La reconozco por aquellas fotografías viejas. Es Alma.

Me llevo la mano hacia la mejilla, ella aun con sangre en la mano repite la acción. Me doy unos golpecitos en la mandíbula, ella lo repite.

Cierro los ojos, "Solo es un sueño" pienso. Ahora la dulce cara de Alma ha cambiado de estado, ahora escupe saliva por la boca y sus ojos se han tornado rojos.

Saca sus manos del espejo y me sujeta del cuello.

Logro zafarme de ellas, comienzo a retroceder hasta dejar de ver el espejo, mi espalda da contra algo blando. Me pongo de pie y doy media vuelta para ver. Es la niña del moño rojo, no es novedad volverla a ver.

"Sé quién eres" Comienza a decir "Se quién eres"

Me aparto de ella, no quisiera tener otra escena como la de la última vez.

"Sé quién eres" escucho a mis espaldas, retrocedo de ella. Otra voz escucho a mis costados, entonces me doy cuenta que estoy rodeada por varias niñas del moño rojo.

Se acercan hacia mí, me cierran el paso. No hay a donde ir. Están cada vez más cerca, ¿ahora qué hago?

Me hago un ovillo en el suelo, esperando mi destino fatal. Cierro los ojos, comienzo a tener unas raras visiones sobre Diana.

Abro los ojos, están a mi alrededor. Comienzo a empujar a la que tengo enfrente con todas mis fuerzas, pero ellas empiezan a arañarme.

Despierto entre sollozos imaginando mi terrible encuentro. La puerta aún sigue cerrada, Blake no ha llegado.

Nada ha cambiado, sigo teniendo esos espantosos sueños. Pequeños recuerdos sobre Diana se han presentado durante el sueño. Fue demasiado real para mí. Esta situación me preocupa.

Me levanto de la cama, la organizo. Ahora recuerdo que Blake menciono la visita de un doctor; un psiquiatra tal vez, tengo una diminuta esperanza de que pueda ayudarme a entender mejor estos sueños. Aprovechare la ayuda que me brinda este lugar.

Traigo puesta la misma ropa. Trato de asearme lo más que puedo. Una enfermera toca a mi puerta, la puedo ver por el cristal de la puerta.

Trae consigo un juego de ropa limpia blanca. Me pide que me cambie y deposite mi ropa en un cesto. Yo la acepto y después se retira.

No hay vestidor en la habitación, me coloco en una esquina dando la espalda a la puerta y me empiezo a desvestir.

Blake entra sin avisar, lo veo por el hombro. Se ruboriza al momento de verme. Se voltea fingiendo que no me ha visto. Suelto unas risitas.

- Entra por favor, he terminado-

Blake aun con el rubor en sus mejillas entra acompañado de una señora con cara demacrada y de pelo corto castaño. La doctora trae un vaso lleno de pastillas azules.

- Ella es la doctora Emilia Goldman- nos presenta Blake.

La doctora con sus ojos puestos en mí, empieza a revisarme.

- Veo que lo que ha dicho mi colega sobre ti es verdad, eres una jovencita muy impresionante. Dime, ¿Cuál es la razón de tu estancia en el instituto Sun's Home?

- Al parecer soy sospechosa de un trillado crimen. – le digo

- ¿Crees que estas mal? Quiero decir, psicológicamente.

- Espero que usted juzgue lo contrario.

- Chica ruda, ¿ehh? – arque la ceja – Bueno estaré visitándote todos los días por las mañanas. Nuestras platicas serán de tres veces por semana; miércoles, jueves y viernes de 4:30 a 6:30. Lo que quiere decir que te veré después de la hora de la comida.

-No estoy loca- bufo

- Eso ya lo veremos Srta. Byers. Por lo tanto, tómese esto- me entrega el vasito de pastillas y de mala gana lo tomo.

Me las trago todas a la vez, tengo una sensación de vomitar. La Dra. Goldman saca una pequeña linterna de su bolsillo. Me pide que abra la boca y después me apunta el interior con su cegadora luz.

- Blake te traerá otra porción antes de dormir. Esto es solo el comienzo del tratamiento hasta que seas liberada.

La doctora se despide y se marcha de la habitación. Hago una mueca ante el sabor amargo de las pastillas. Trato de revolverlas, pero no puedo. Blake aún sigue parado sobre el marco de la puerta, soltando unas cuantas risitas.

- Muy gracioso, ¿no crees? – le dedico una mirada asesina.

- Demasiado- y se vuelve a reír. – Enserio eres la chica más impresionante que estos ojos hermosos hayan visto – después se lleva sus dedos hacia los ojos de este.

Le doy un golpecito en el hombro y nos empezamos a reír juntos.

...

El área de comida no es muy grande, hay varios jóvenes en la institución. Espero no ver a Robert por el lugar, de tan solo recordar su nombre me da escalofríos.

Blake está sentado frente a mí, manipula su sopa de espagueti como un infante. He decidido tomar un pedazo de ternera. Resulta que la comida de aquí no es tan mala como imaginaba.

No dejo de mirar el reloj, en unos cuantos minutos tendré el encuentro con la Dra. Goldman. No sé de qué hablar, tal vez le pueda contar sobre mis pesadillas y así juntas hallar una solución.

Blake empieza a realizar gestos que no logro entender.

- Date la vuelta – dice con la boca llena. Hago caso, mis ojos se sorprenden al ver nuevamente a la rubia alta con sus rizos tan perfectos.

- Tienes visitas- dice después de tragar.

Corro hacia ella, me recibe con los brazos abiertos. Está feliz de verme.

- ¿Por qué no me habías visitado desde el primer día? – le pregunto

- No pude, los detectives no me dejaron. Nadie sabe que estoy aquí ahora mismo. Escucha no tengo mucho tiempo, así que, te diré lo más que pueda. La prueba de sangre en el suelo resulto ser de la Srta. Miller, los detectives hicieron la prueba con algunos cabellos de la mujer que andaban en su recamara.

- ¿Y el collar? – me sorprendo ante el comentario de ella.

- Los resultados serán entregados en un par de días, por mientras tienes que ser fuerte. Todo saldrá bien.

- Lo hare- le prometo

- ¿Quién es el chico? – me indica con la mirada al joven que está sentado en mi mesa.

- Es un amigo – le digo

- ¿Es un demente? – me vuelve a preguntar.

- No, claro que no. Es mi psiquiatra o eso creo.

- Tiene una cara familiar que ya he visto antes. Bueno me tengo que ir, la directora me necesita urgentemente. Te quiero Celeste. – y a continuación, Lorraine se marcha.

Estoy a punto de volver a tomar asiento cuando la voz de la Dra. Goldman me llama. Blake me dedica unas cuantas miradas. Me despido de él y me dirijo hacia la oficina de la doctora.

CELESTEWhere stories live. Discover now