COMPROMETIDA

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Por las noches nos llevaban a las habitaciones, cada día el número descendía, al igual la amistades crecían entre nosotras nos hacíamos confidentes y cuidamos de los niños, como si fuera el de nuestra tutela, ya que si uno de esto estaba descuidado también se los llevaban a ambos, en las comidas se escuchaban rumores sobre lo que le asían a los niños, me negaba a creerlos en nuestro cuarto no había pasado hasta que se fue la primera chica.
- tú ya no puedes estar aquí, te marchas- la chica comenzó a llorar, el niño la miraba desconcertado inclinado la cabeza camina desde su cama, nos quedamos en un extremos cuando llegaron, teníamos la idea de lo podía pasar, así que mejor les dejamos hacer, su trabajo.
- no - el niño corrió asia donde todas las demás estábamos aferrándose a mi cintura, tenía miedo quizá nos lleven a todo por esto pero no podíamos dejar que se llevaran al niño al final él no tenía la culpa de nada, solo era una pieza en este juego y se tenía que jugar bien
- shshsh, no llores todo va a estar bien-
- no, no quiero, por favor no dejen que me lleven- intercambiar un par miradas, mire así enfrente el custodio me miraba.
- ¡vamos niño es hora de irnos!- lo galo con fuerza, haciendo que se soltara quería sostenerlo, pero que hacer si podía arriesgar todo los demás, forcejeando dando patadas pero en muchas ocasiones sus esfuerzos fueron inútiles, lo tomaron de mano, nos miró en ese momento abrió su boca, mordió la mano del señor y corrió a esconderse de tras de nosotras nos quedamos muy quietas, estaba bien oculto a tras
- ¿qué pasa aquí porque la demora?
- el niño no quiere salir, mi señor-
- sácalo de inmediato tenemos que llevarlo ante mi señor -
-¡Custodio!.........- el conde nos miraba a toda, intente mirarlo con desprecio, pero su miraba no tenía enojo, mas sin embargo una gran compasión, sus ojos llenos de vida
- lo siento mi señor es que el muchacho no se quiere ir - entro colocándose delante de nosotras, con la mirada baja, el niño avía salió a enfrentar al conde poniendo todo el valor que le podía quedar.
- ¿el muchacho puede quedarse, pero una de usted tiene que cuidarlo? ven dime quien quieres que te cuide. No mejor a un, te cuidara ella, - tomo la mano con la suya, deslizándola en la mano de sol
- ya es hora de descansar - salieron de la habitación, dejándonos con una gran sorpresa, no creía que el Conde fuese una persona de sentimientos o no intenta a hacerlo. En fin es algo que no me toca descubrir quizá a la persona que le toque sepa como estar con él.
Por la mañana, el trabajo de sol, se ponía más divertido ahora, ninguno de los dos le ponía atención a lo que decía. Salimos y nos llevaron al salón pero, no podía creerlo al parecer para los custodios había sido una noche difícil, solo éramos muy pocos eso quería decir que no tardarían en terminar la siega, intente contar a los niños ahora que no se movían diez y seis entonces somos quince las que quedamos
- ¿Isabel quieres sentarte con nosotras?- los custodios se habían marchado, solté a Nico para que jugara con los demás.
- claro- caminamos a un extremo, en el cual podíamos observar a los niños y tener un poco de espacio.
- saben que paso con todas las demás, esta noche se redujo a la mitad- hablar quince juntas tenia sus inconvenientes ya que la mayoría contestaba a la vez.
- no se nos entiende nada..- me levante y corte una pequeña flor,-....la que tenga la flor hablara y las demás guardaremos silencio así podemos escuchar todas está bien, y para hablar solo hay que levantar la mano- pase la flor así que se estaba conforme de eso.
- de acuerdo- todas reímos, los temas salían y es más fácil conversar a la que no se daba bien era a sol pero lo intentaba, asentía y negaba según fuese la pregunta. Una de las chicas explicaba por qué estaba muy feliz de estar en la siega y la fortuna que fue para ella.
Cuando me enteré de la siega fue la mejor noticia, dado que mi padre quería casarme con el herrero es mucho más grande que yo, así al traerme aquí espero que los planes de mi padre se vallan. Pero dígame, quien más estaba en los planes de sus padre de contraer nupcias. Me gustaría que si me casara fuese por amor, que me cortejara. No has hablado mucho Isabel esta fue tu idea dinos tienes algún enamorado por ahí?-
- no claro qué no-
- si lo tienes, ya di la verdad...- Carla me miraba pero que estará diciendo -...acuérdate del príncipe -
- no es mi amor y no creo que este interesado en mi-
- y por eso te pone tanta atención, tu papa lo noto y ha pedido tu mano, por eso te mandaron, un tiempo con mi mama para que preparan todo - no sabía que contestar, me quede sin decir nada con la mirada perdida después de un momento Carla supo que por mi expresión, eso era un secreto, que aún no me revelaban
- no lo sabía-
- en verdad lo siento, Isabela no tenía que decirte.-

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EL PRÍNCIPE 

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