- que descansen asiento y salen de la habitación
- ¿que trato crees que quiera ?- la veo dudosa, solo me enojó de poco de hombros, no quiero ponerla nerviosa o que se preocupe por las cosas ya sabré que es lo que quiere
- no lo se lo averiguaremos mañana a medio día, duerme te -
Todo el castillo su forma actuar, todo esto debe de ser hasta poder resolver esto los escolta nos acompaña, me aliste para la hora, con ella me sentía más seguro, la miro y aún se que está nerviosa pero espero y se le pase un poco durante el desayuno, no decimos nada comemos sin prisa-Conde su primo y Sir. Alex han llegado - asiento y detrás de él custodio se asoma los veo y me pongo en pie, nos reunimos con ellos y le doy los pormenores de las cosas y nos alistamos a se formó un pequeño camino hasta dar con ellos, dejando a mi dama un poco más atrás en donde esté a salvo pero lo suficientemente cerca para ayudarme una poco
- Conde creí que no vendría -
-¿ dime que quieres ?- pregunto brusco mirándolo
- ya lo sabes, quiero aquello que tienes, te propongo un trato -
- ¿que trato?-
- me das tus tierras estará hablando en serio - a tu dama y te perdona la vida
- no, creo que aun no lo entiende, no tiene el poder para darme órdenes -mi voz salió molesta ¿que le sucede ?
- muy bien entonces te reto, este será el trato si yo gano me quedo tus tierras y a tu dama, y si tu ganas te quedas a tu dama y tus tierras -
- yo creo que no - que cree que soy - la dama y las tierras son mías, es algo injusto su trato que ganaré yo es es mío y nadie me lo puede quitar su sonrisa se borra
- ganas un rey si vences a mi hijo -
- me parece un trato justo - el rey Felipe detrás de hijo pero yo no estaba solo Alex y Ricardo estaba con migo
- muy bien será así, si el Conde gana será el Rey de sus tierras y ustedes se marcharan y no volverán, y si el conde pierde las tierras y la dama son suyas que dice
- es un trato justo
- nos veremos en tres horas -
- nos veremos - nos marchamos los demás nos cuidamos la espalda, tome su mano y rumbo a dentro tenía que alistarme, la lleve con migo y ayudó a colocarme, el traje que usaré.
- no debes de hacer esto
-¡ tengo que hacerlo!- no sentido por que me diga eso -ya he dado mi palabra tengo que hacerlo -
Se alejo de mi cerrando la puerta tras de ella, se que me funcionaria tener que esconderme, no nos dejaría tranquilos esto sería un todo o nada, para ella es mi dama y tengo que ver por ella por que se enojaba, salí a buscarla el custodio me miró.
- ¿a dónde fue mi dama?-
- mi señora, fue a la biblioteca -
Sentía esta preocupación, en la puerta los dos escolta se quedaron en la puerta sin moverse, los mire y uno de ellos titubeó
- mi señor
- deje me pasar
- mi señor dijo que no dejáramos pasar a nadie dice bajando la mira apenado, es su deber pero no puede cuestionar me
- no es una pregunta, es una orden - se movieron abrí la puerta, camine así ella cerca no me animo a tocarla
- no debes preocuparte - la mire, despacio la giro y veo en sus ojos se comenzaban a hacer cristalinos, la abrace con fuerza - confía en mí- es lo único que puedo decir
- confió en ti - juntando su frente junto con mía, su nariz se encontraba con la mía, su cuerpo junto al mío, se acercó a mi haciendo que nuestros labio se hicieran uno solo, sentir el rose de sus labio, la caricias de sus manos en mis mejillas, cerré mis brazos entorno a su cintura, apretando la contra mi, este momento no podía terminar seria, se detuvo un poco y no comprendía la razón por el cual se detenía, sus ojos llenos de una llama, con un brillo especial en ellos, cerró los ojos dejando llevar por el beso, cada roce entre nuestros labios, sus dedos enredados en mi cabello, sin cambio no podía hacer mucho el traje me impedía hacer más, aunque lo deseara con todas mis fuerzas, recorría su cuello, dando pequeños besos, hasta detenerme en sus hombros y regresar a sus labio.
- te quiero, y luchare si tu quieres que luche, si es tu deseo-
- yo también te quiero -
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EL CONDE
De TodoIsabel, una chica como cualquier otra decide ir a ver a su tía lo único que no sabe es que su visita cambiara el rubo de su vida y la de las persona cercanas a ella. al llegar el día menos indicado o el mas preciso