día 8

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(habla Clara)

-Chicos, despertad -dice el padre de Aleix para que nos levantemos ya.

Cuando conseguimos abrir los ojos, viene el médico y nos trae el desayuno. Ponemos las bandejas encima de la mesa que hay en la habitación. Cuando acabamos de desayunar, descansamos un poco y después salimos. Pasamos por secretaría para que le den el alta, y después salimos a la entrada.

-Hijo, voy a buscar el coche y vengo, vale? -le dice el padre de Aleix a él.

-Vale. Te espero aquí.

Su padre va hacia donde tenía el coche.

-Qué harás ahora? -me pregunta Aleix, mientras me coge de las manos.

-Creo que volveré a Andalucía -le respondo.

-Te echaré de menos.

-Creo que no tanto como yo a ti.

-Te prometo que cuando vuelvas tendremos una cita. Pero no como las otras, sino la cita más especial de todas.

-De acuerdo. Estoy deseando que llegue ese día -le digo.

Entonces, nos miramos durante unos segundos y después nos besamos durante un buen rato. En ese momento llega el padre de Aleix con el coche. Pica el claxon para que Aleix suba al coche.

-Nos vemos en un mes -me dice.

-A lo mejor vengo antes, no lo sé aún.

-Espero que sí.

Cuando está llegando al coche, se pone la mano en el bolsillo del pantalón y coge un sobre. Lo mira bien y vuelve hacia mi.

-Esto es para ti. No lo abras hasta que hayas llegado a casa de tus abuelos -me dice.

-Y qué es? -le pregunto.

-Ya lo verás cuando lo abras.

Me quito una fotografía que nos hicimos los dos y se la doy.

-Esto es para que no te olvides de mi y para que sepas que siempre estarás en mi corazón.

-Gracias. Ya me dirás cuando hayas llegado -me dice.

-De acuerdo. Adiós.

-Adiós.

Aleix entra en el coche de su padre. Nos decimos adiós. Noté cómo se me caía una lágrima. Tenía muchas ganas de llegar a la casa de mis abuelos para abrir el sobre que me había dado. En ese momento llega el coche que me dejó aquí y sale el mismo señor que estaba en casa de mis abuelos.

-Señorita Clara, ya puede subir al coche -me dice el señor del traje.

Me subo y me llevan a Andalucía. Cuando llegamos, me bajo y les digo las gracias al señor del traje y al conductor por todo. Abro la puerta y la cierro detrás mío.

-Abuela, abuelo, ya he llegado -les digo esperando a que contestasen.

Voy hacia el salón y veo a mi abuelo que está viendo la televisión.

-Hola abuelo.

-Ei, mira quién está aquí. Cómo está el chico? -me pregunta.

-Bien, ya está en casa.

-Me alegro. María, mira quién ha llegado! -grita un poco.

-Ya voy! -se escucha desde la cocina a mi abuela-. Por fin has llegado -me da un fuerte abrazo cuando me ve-. Cómo está él?

-Ya está en casa -le respondo.

-Qué bien!

-Si. Os importa si subo a mi habitación? Esque me ha dado un sobre y quiero saber qué es lo que hay dentro.

-Si, claro. Sube sube -me dice mi abuelo.

-Gracias.

Subo toda contenta a mi habitación. Cierro la puerta y me siento en la cama. Al abrir el sobre me encuentro un foro de los dos juntos dándonos un beso. Había otro papel con una nota que ponía:

Hola Clara:
Si estás leyendo esto es porque ya has llegado a casa de tus abuelos. He querido escribirte esta carta porque quiero que sepas que eres un gran persona y que no te quiero perder nunca. Todos los mejores recuerdos que tengo son los que he pasado contigo. Ojalá estuvieras conmigo estos momentos, pero estás en Andalucía, así que.
     Es tan extraño que ahora somos una pareja ideal, ya que en mi mente no tenía pensado tener un amor después de  tantas decepciones, pero en el destino estaba que tú y yo llegáramos a juntar nuestros caminos. En este momento te puedo decir que soy muy feliz y que le doy gracias a Dios por darme vida y dejarme estar a tu lado, por haber encontrado a una persona tan maravillosa como tú. Eres lo que más quiero en este mundo, eso eres para mí, una persona maravillosa, una persona con la que quiero estar cada minuto de mi vida a su lado. Sé que como toda pareja también tenemos problemas, pero como toda pareja sabemos resolverlos y apoyarnos. Sé que soy un poco frío en expresar mis sentimientos, pero tú, más que nadie sabes que te amo con toda mi alma, y que estoy dispuesto a dar mi vida por ti

Atentamente,
Aleix

A medida que lo iba leyendo, se me iban cayendo las lágrimas. Cómo puede ser que escribiera cosas tan bonitas? Cuando he acabado de leer la carta, he cogido el ordenador y he llamado a Aleix. Después de un rato llamándolo por fin me lo coge.

-Hola. Estás llorando? -me dice.

-Si -le respondo con ese tono de voz que tiene una persona que acaba de llorar.

-Y por qué?

-Por tu carta. Me ha conmovido. Cómo puede ser que escribas cosas así? -le pregunto.

-Me salió del corazón. Pero te ha gustado o no?

-Me ha encantado. Pienso enmarcar la foto.

-Te acuerdas de ese día? -me dice.

-Si. Nadie sabía lo nuestro. Quedamos por el pueblo, y cuando conseguimos estar en una parte donde nadie nos veía, me diste un beso -le contesto.

-Ese fué el mejor momento de mi vida.

-Fué muy especial.

-Clara, baja por favor -se escucha a mi abuela desde abajo.

-Bueno, te dejo. Ya hablaremos mañana. Adiós -le digo a Aleix.

-Adiós.

Los dos cerramos el ordenador a la vez. Cojo la carta y la foto y lo vuelvo a guardar en el sobre. Cojo el sobre y lo guardo en una caja que tengo donde guardo todas las cosas especiales para mí. Mi abuela me había llamado para cenar. Cuando acabamos de cenar, ayudo a recoger y me subo a la habitación. Enseguida me quedo dormida.

El reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora