Capitulo I: El primer trato.

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Nueva Casablanca, Italia.

Astor no se creía gran cosa, pero dentro de "la familia" no necesitaba ostentar dotes de clase social o signos de estudio alguno. Bastaba con hacer él trabajo y no temer por nada. Se diría que era cómodo para él.

Dante - Astor... Recuerdas que te
               hablé de ese imbécil que
               quemó el dinero que yo tenía
               guardado en él sótano de la
               iglesia.
Astor  - Por supuesto jefe... Por fin!...
               Quiere que lo mate?
Dante - No, claro que no. Quiero que
               me lo traigas con vida, voy a
               hacerlo sufrir por lo que me
               hizo.
Astor  - Ah, entiendo. Se lo traeré, no
               se preocupe.
Dante - Eso espero. Me ha costado
               conseguir su ubicación (Le da
               un sobre).
Astor  - (Asiente con la cabeza y se
               levanta para retirarse).
Dante - Ah y... Astor, ten cuidado,
               dicen que es muy bueno. Si la
               cosa se complica mátalo.
Astor  - No se preocupe, no podrá
               conmigo (Se va).

En la vida de un Pro-Gangster las intenciones externas plantean, también, sus acciones para mover las fichas de la suerte que nos toca a cada uno en él gran juego que llamamos destino.

Aquella tarde de la partida, se le encomendó a Astor él liderazgo de la tarea. Se le exigió un poco más que lo de costumbre.

Unas horas antes intentó comunicarse con Astrid, la mujer de su jefe, con quien profesaba algún tipo de sentimiento. Cosa que ella provocó intencionalmente desde la primera vez.

Donde estaría? Se preguntaba en silencio. Nunca le habría fallado... Por que ahora si?

Para que detallar los hechos del fracaso de aquella noche. Todos sus compañeros heridos, no hubo captura, y él profundamente lastimado en su orgullo cómodo de hombre callado.

En la alteración jamas se esta preparado para lo inesperado. Increíblemente aquel hombre (Su jefe) tenía una simpatía poco usual por él, que terminó responsabilizando a sus acompañantes por la derrota.

Dante - Maldita sea! Ese maldito
               sinvergüenza... Como se les
               escapó?
Astor  - Nos tomo por sorpresa, jefe.
               Ya nos estaba esperando.
Dante - Maldito!
Astor  - Es mi culpa señor. Deje que
               me encargue de ir a buscarlo.
Dante - No, no, déjalo. Fue culpa de los
               incompetentes que envié
               contigo. Sabia que ese imbécil
               era bueno y necesitaba varios
               hombres. Pero no imaginé
               esto!
Astor  - Deje que por lo menos obtenga
               información de su paradero.
Dante - (Mas calmado) Tranquilo, ya
               tendremos otra oportunidad.
               Te enviaré con un buen
               equipo. Él grupo de Monse
               esta transportando dinero a
               las afueras. Ve a supervisarlos
               y yo te llamaré cuando te
               necesite.
Astor. - Esta bien jefe. (Se va).

El jefe había maniobrado con cierta inteligencia los trabajos para beneficio de Astor, motivado por una frustración paternal, abandonada en él tiempo de la gran perdida.

El perfil de Astor se hacia cada vez mas visible en este marco. Su comodidad estaba siendo invadida y simplemente, y sin salida lo arrastraba a despojarse de su automatismo.

Cada vez se le requería mas participación en las decisiones. Justo en este momento, (Momento de incertidumbre) de vaya a saber como encararía sin ganas esto tan nuevo... Tan sin ella.

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