Él sólo quiere tu casa

127K 9.5K 2.3K
                                    


Al día siguiente me despertó el sonido del celular. No era el habitual, pero aun así estiré mi brazo y lo tomé casi en sueños. Sin despegar los ojos lo llevé al costado de mi rostro y contesté.

—Hola —contuve un gran bostezo.

—¿Ethan? —preguntó una voz masculina.

—¡Oh, por Dios! —solté el aparato y abrí los ojos en un sobresalto.

Ethan dormía plácidamente, por lo que moví su pecho con desesperación.

Se incorporó en un segundo, sobresaltado, y coloqué el celular en sus manos como si se tratara de una bomba a punto de estallar.

—¡Dios mío, Jackie! ¿Qué pasa?

¡Demonios!, lo dijo demasiado cerca del micrófono del celular.

—¡Shhh! Es tu padre —susurré asustada—, o tal vez Norman.

No reconocí con certeza la voz de cuál de los dos era, porque sonaban casi igual. Pero rogué y rogué en mis adentros que se tratara de David. Me cubrí la boca con ambas manos, esperando atenta.

Él me miró algo confundido y contestó.

—¿Hola?

Pero apenas lo dijo, la voz comenzó a regañarlo tan fuerte que pude escucharla desde ahí. Acerqué un poco más mi oreja al aparato.

—¿En dónde demonios estás, Ethan? ¡¿Acaso te olvidas de que tenemos reunión?!

Él llevó la mano desde sus ojos hasta su cabello, apretando con fuerza.

—Deja de gritarme tan temprano —suplicó.

—Es que no es temprano —escuché quejarse a su tío, ahora no me quedaba dudas de que se tratara de él—, son las ocho de la mañana. ¡La reunión es a las nueve! Vine a la oficina porque habíamos quedado en encontrarnos una hora antes para prepararnos, pero ya veo que tienes cosas más importantes que hacer con Jacqueline.

—Voy enseguida —le aseguró Ethan y cortó la llamada.

Me cubrí la cara con la almohada, ahogando un grito. Esto no podía estar pasando.

Él me miró con incertidumbre.

—¡Habrá pensado lo peor! —me quejé, quería morirme en ese instante y él solamente comenzó a reír.

Justo cuando creí que el día no podía haber empezado peor, se abrió con fuerza la puerta de mi habitación y Trisha ingresó.

—No fuiste a abrir la tienda... —comenzó diciendo, hasta que se percató de la presencia de Ethan en mi cama, sin remera, por cierto, y se llevó la sorpresa de su vida—. Oh, Dios mío. Oh, Dios mío. ¡Oh! ¡Dios! ¡Mío! —exclamó con júbilo al momento en que se cubría los ojos y volvía a salir de mi habitación.

Yo me quedé estupefacta. Pero Ethan reía cada vez más, casi se había vuelto a acostar del todo de la risa que le provocó esa escena.

—¡No es lo que crees! —le grité a Trisha, quien ya no se encontraba allí. —Esto no puede ser verdad —lamenté, enterrando mi cara en la almohada de nuevo.

—Jackie, no seas dramática —se burló él. Se puso de pie e ingresó a mi baño.

Escuché que abrió el grifo de la ducha. Me incorporé de inmediato y me metí al baño yo también.

—¿Qué haces bañándote en mi baño? —le reproché, desde el otro lado de la cortina.

—¿No oíste a Norman? —Contestó él —No me da tiempo de ir a casa antes de la reunión. Iré directamente a la oficina en taxi.

Casa NO en venta (completa✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora