My Thoughts On You (JAEYONG)

IV

Anoche decidimos ver una película, llamé a los demás miembros para reunirnos en la sala, pero lo único que recibí fueron quejas debido al cansancio, así que tuve que conformarme con Sicheng y Doyoung, ambos trajeron algunas mantas y almohadas y nos quedamos sentados sobre la alfombra cerca del sofá. Tomé el control remoto y me dirigí hacia nuestra cuenta de Netflix, pensé en escoger una comedia o quizás algún drama, pero la lluvia de afuera generó un buen ambiente para ver una de terror.

Dejé que Doyoung escogiera una y me dirigí hacia el baño, cuando termine de lavarme los dientes y ponerme en una ropa más cómoda, me encontré con Taeyong en el pasillo, sus ojos cansados viajaron hacia los míos y soltó algunos bostezos, su cabello estaba revuelto y su camiseta colgaba desde un costado, dejando expuestas sus clavículas. Sicheng le había preguntado si quería ver la película con nosotros, pero le había dicho que no se encontraba de buen humor para aquello, rápidamente pensé en que podía convencerlo así que me puse en mi papel tierno para lograrlo.

"Hyung, realmente quiero que veas la película con nosotros."

"¡Por favor, Taeyongie hyungie!"

"¡Vamos, así de esta manera podrás animarte un poco!"

Después de mis intentos ridículos de aegyo, Taeyong no dejaba de sonreír y reírse, "¡Logro desbloqueado!", pensé. Taeyong tenía una cierta debilidad con ese tipo de actitudes y extrañamente más cuando se trataba de mí, así que no fue tan difícil. Pero lo que él no sabía es que íbamos a ver una película de terror, su género menos favorito, pero dejé que lo descubriera por si solo. Fuimos hasta la sala y nos unimos a Sicheng y Doyoung, quienes se acurrucaron en el lado izquierdo, mientras que nosotros quedamos del lado derecho. La película comenzó y con las luces apagadas todo se sentía más silencioso y perturbador, solté algunas miradas hacia su dirección y sus ojos detonaban miedo, pero daba su mejor esfuerzo en parecer valiente.

En el momento que aparecieron escenas sangrientas y sustos sorpresivos, Taeyong soltó algunos gritos y se sujetó a mí, estaría mintiendo si dijera que no lo disfrute. La película parecía durar por una hora más y muchos ya se estaban quedando dormidos, el primero fue Doyoung y decidió irse a dormir a su habitación, luego fue Sicheng que fue arrastrado por Yuta ya que quería hablarle de "algo", jamás volvió. Así que me quedé solo junto a Taeyong, no sabía porque me sentía tan nervioso, quizás era debido a su cercanía o la forma en que apretaba mi mano mientras miraba la pantalla. Pero de algo estaba seguro, momentos como ese eran los que más apreciaba y me gustaba guardar en mi memoria. 

La película había terminado y la lluvia de afuera seguía golpeando intensamente el ventanal, limpié un poco la mesa y me levanté para dirigirme a mi habitación. Sentí como algo me detuvo y fue su mano sobre mi hombro, volteé a verlo y sus ojos brillaban, sus manos estaban juntas y movía su pie de forma impaciente, no sabía que estaba ocurriendo con él. Le pregunté, pero no me respondió, esperé por unos minutos y finalmente algunas palabras salieron de sus labios.

"Jaehyunnie, ¿puedo pedirte un favor?"

"Por supuesto que puedes, ¿qué sucede?"

"...."

"¿Hyung?"

"Es que...la noche y la oscuridad me asustan, ¿podrías dormir conmigo esta noche? ¡Si no quieres está bien, no me enojaré!"

Demasiado lindo y adorable, sentía que estaba a punto de explotar.

Asentí con la cabeza y sonrió de forma tímida, ciertamente no era la primera vez que dormíamos juntos, a veces cuando Taeyong se encontraba asustado venía a mi habitación y se hacía un espacio al lado de mi cama, los demás miembros nos descubrían, pero ninguno decía nada, sabían sobre mis sentimientos hacia él, tenía su lado bueno y malo, ya que siempre terminaba golpeando a más de uno debido a sus constantes burlas o bromas. 

El silencio se había prestado a la noche, lo único que se podían escuchar eran respiraciones lentas y los ronquidos de Taeil desde el otro lado del pasillo, me acosté dándole la espalda a la pared y Taeyong se acostó en dirección a mi rostro. Lo miré por unos segundos sin decir nada, hasta que se acercó más a mí y mi respiración se cortó, lo tenía demasiado cerca y eso iba a matarme. Cerró los ojos y soltó un suspiro, lentamente dejándose arropar por la noche y el cansancio, puse mi brazo sobre su cintura, cuidándolo como lo más preciado que tenía en todo el mundo. Momentos como ese sí que valían la pena.