Capitulo 4: El Rey de los Ladrones

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Y en ese momento lo conocí, lo que más parecido a un hermano he tenido, alguien que me cuida, siempre esta a mi lado en mis batallas. Hades me entregó de mi montura para que me desplazase mas rápido y tuviese ventaja. Me otorgó a Ortro, el hermano de Cerbero. Ortro era un perro del tamaño de un caballo, tenía dos cabezas y unos afilados dientes. Se lo agradecí y me fui a la cama para hibernar hasta que se volviese a requerir de mis servicios, me cruce con Perséfone y me detuvo, me dijo que tenía otra misión justo ahora y me dio los detalles. Al parecer tenía que asesinar a otro Alderik, esta vez era el Alderik del dios de los ladrones, Hermes. Hades quería que lo asesinase ya que se dedicaba a robarle a los ricos y uno de ellos le rezó a Hades en busca de venganza y ahí es donde entro yo. Además me contó acerca de la vida del Alderik, este vivía en el bosque de Sherwood, cerca de la ciudad de Nottingham, las cualidades que le otorgó Hermes eran una gran habilidad con el arco y una increíble agilidad, y lo más importe, me dijo su nombre, se llamaba Robin Longstride. Me volví a armar enfunde mi hacha en su funda enganchada a mi cinturón y la espada de Vlad la enganche al otro lado de mi cinturón, me puse el casco y me subí por primera vez a lomos de Ortro, a continución Hades me mando para las afueras del bosque de Sherwood, una vez ahí me adentré en él en busca  de mi objetivo. El bosque era enorme por lo tanto encontrar su campamento iba a estar complicado. Mientras avanzaba me empece a notar observado. Al cabo de un rato ante mi apreció un monje preguntándome que quien era y que hacia allí. Le conteste que mi nombre no le seria revelado ya que mi nombre pertenece a mi pasado y hasta que no recuperase mi familia no lo volvería a utilizar, este me miro raro, tras esto le dije que estaba buscando a Robin, que si sabia donde podía encontrarlo. Este monje fue mas listo de lo que pensaba y me pregunto que quería de Robin, mi respuesta no le convenció a lo que empezó a gritar que los soldados del príncipe Juan los habían encontrado, no tenía ni idea de quien era ese tal Juan pero no podía dejar que ese monje desvelase mi posición para que Robin no huya, así que Ortro le arranco la cabeza con un mordisco con una de sus cabezas y seguí avanzando. Aparte de algún que otro animal salvaje no vi nada hasta que, después de estar un rato buscando, un chico joven vestido de rojo se lanzo desde un árbol sobre mi tirándome de los lomos de Ortro. Este chico desafiándome se presentó como Will Scarlet el mejor espadachín de Inglaterra, quise probar si era cierto, le ordené a Ortro que retrocediera y me dejase a mi, desenfunde la espada de Vlad y nos dispusimos a luchar.  El chico se movía muy bien y sabia como luchar, pero no era rival para un Alderik, en un descuido le atravesé el corazón con mi espada. Había luchado bien así que recogí su espada y la guarde en una especie de bolsa que tenia la montura de Ortro como trofeo, me subí a este y seguí en busca de mi objetivo. Al cabo de varias horas cabalgando encontré una cabaña junto a un barranco bastante alto. Allí me recibió una mujer con un hombre, el hombre era alto, grande y muy corpulento con una lanza en su mano. La mujer parecía asustada y me dijo que Robin se había ido, que por favor los dejase tranquilos, innocente de mi la creí y comencé a irme hacia Nottingham con esperanza que se encontrase allí robando algo. Nada más girarme note el filo de una lanza rozándome el cuello, lo que me ocasiono un pequeño corte. Me baje de Ortro y mire el hombre este respondió a mi mirada diciendo que protegería a Robin con su vida. Sacó otra lanza de la cabaña y se preparo para la batalla, yo desenfunde mi Hacha. El tenia ventaja ya que al tener una lanza podía atacar desde más lejos, yo en cambio tenia que acercarme mucho para poder asestarle un golpe. Tras un rato esquivando golpes lo único que se me ocurrió para poder acercarme era que me asestase un golpe con la lanza para desarmarlo. Esperé a que me atacase y dirigí la punta de la lanza hacia mi hombro, clavándome ahí la lanza, partí su lanza por la mitad con mi hacha a lo que se quedo desarmado, en ese momento le aseste el golpe de gracia y lo maté. Me arranque el trozo de lanza que tenia clavado en el hombro y me acerque a la mujer para sacarle respuestas de donde se encontraba Robin, esta, sucumbida al miedo, se arrojó por el barranco, suicidándose, para que no la torturará. Al cabo de unos pocos minutos una flecha me atraviesa la rodilla tirándome al suelo. A lo lejos veo acercándose un hombre con una capucha vestido de verde hasta que se detiene a mi lado y se agacha para hablarme y me preguntó medio llorando el porque había matado a todos sus amigos solo para encontrarle, yo le conté todo, lo que yo era, que sabia lo que era él y que yo hacía todo esto para poder recuperar a mi mujer e hija, además de que la mayoria de las muertes de sus amigos fue en defensa propia. Para mi sorpresa Robin lo entendió, me ayudo a ponerme en pie y lo más importante, me dijo que me perdonaba, tras esto se acercó al filo del barranco me miró y me deseó suerte en recuperar a mi familia, una vez dicho esto se dejó caer donde yacía la que al parecer era su pareja, matándose en el acto. Ese hombre, al que yo había matado a todo sus amigos pudo perdonarme y quitarse la vida para que yo pudiese recuperar mi familia. Eso me dejó mucho que pensar, por primera vez me replanteé si estaba haciendo lo correcto o si estaba siendo egoísta. Vi que Robin había dejado su arco antes de suicidarse, lo recogí y me prometí utilizarlo en su nombre para hacer el bien. Me subí a Ortro y Hades me trajo devuelta al Inframundo,  me agradeció mis servicios y me dijo que fuera a hibernar y eso hice, fui a mi habitación, y me acosté a la espera de mi próxima misión.

El Llanto de la GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora