Capitulo 6: ¿El Final?

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Ya casi anochecía, Nictimo estaba a punto de aparecer y nosotros seguíamos sin saber como asesinarle, así que para ganar tiempo empezamos a cubrir la entrada a la cueva donde nos refugiábamos. Una vez hecho esto empezamos a oír los aullidos acercándose, yo me enganche del techo para tenderle una emboscada cuando entrase a la cueva. Finalmente empezamos a oír golpes en la entrada, la muralla de piedras que hicimos no aguantó apenas nada y acabó derrumbándose. Al entrar se abalanzó rápido sobre Cahil, pero antes de que lo alcanzase salté sobre él y empece a golpearle aferrado a su cuello. No dure mucho galopando al Lobo, me agarro y me lanzo de un golpe fuera de la cueva, quedándose solo con Cahil. Cuando me incorpore vi unos pies delante mio pertenecientes a la diosa hechicera Circe. Intente acabar con ella pero esquivaba todos mis ataques, las pocas flechas que me quedaban las desperdicie en intentar matarla. Cuando me quede desarmado, Circe me asentó un fuerte golpe que me volvió a tumbar. Casi inconsciente en el suelo, pensando que nunca más llegaría a ver a mi familia. El cielo se cubrió completamente, un manto de nubes negras taparon el cielo estrellado y la Luna llena. Un trueno proveniente de las nubes cae a mi lado asustando y desorientando a Circe. El trueno dejó tras él una flecha con una punta con forma de rayo. Me levante y la recogí del suelo junto a mi arco, y corrí dentro de la cueva con la esperanza de que Cahil siguiese vivo y poder asesinar a Nictimo. Al entrar para mi sorpresa no había rastro ni del Hipocampo ni de Cahil, supuse que habían escapado con la abertura que conectaba la cueva con el mar pero algo raro le pasaba a Nictimo, estaba desorientado al igual que Circe, a lo que eso me hizo llegar a la conclusión de que estaban conectados los dos de alguna forma. Así que pensé que si mataba a uno, el otro moriría, eso explicaba el porque no podíamos matar a Nictimo, ya que a una Diosa no se le puede matar con cualquier arma y al estar conectado con ella el también tenia esta inmunidad. Tense el arco con la flecha que me habían dado y antes de que disparase Nictimo se recuperó, me vio y se lanzó sobre mi para acabar conmigo, no llegué a disparar y al abalanzarse sobre mi me caí al suelo, cayéndose el arco y la flecha conmigo. Estaba en una situación peliaguda, tenia el Lobo intentando comerse mi cara mientras me protegía con el brazalete de mi armadura, pero para mi sorpresa, mi fiel compañero, Ortro, se sacrificó por mi, y se arrojó contra Nictimo mordiéndole, este lo levanto con facilidad con sus manos y lo partió a la mitad con sus propias manos. Mientras este se distraía matando a mi viejo amigo, fui a recoger el arco y la flecha pero no encontraba la flecha por ningún lado. Hasta que vi a Circe en la entrada de la cueva con la flecha en su mano. Corrí hacia ella sin pensar en las consecuencias, debía recuperar esa flecha. Circe volvió a esquivar mi golpe y a tumbarme en el suelo. Esta cogió la flecha con intención de matarme con ella. Pero antes de matarme se escuchó un estruendo y acto seguido Circe cayó al suelo inconsciente, tras ella se encontraba Cahil con lo que más adelante me explico que se llamaba arcabuz. Recogí la flecha del suelo, me gire y vi a Nictimo confuso, intentando no quedarse inconsciente, hasta que no pudo más y cayó de rodillas. Desde donde estaba, tense mi arco, le apunte y dispare, en el aire la flecha se transformo en un rayo de verdad que atravesó a Nictimo dejandole un enorme agujero en el pecho. Al poco rato nos dimos cuenta de que Circe había fallecido. Tras esta aventura apareció Poseidon para agradecernos el trabajo y para decirle a Cahil que ya había cumplido su labor de Alderik, que le devolvería a su tribu y le daría un sitio en la sociedad actual para que pudiesen vivir tranquilamente. Antes de que Cahil se despidiese de mi me otorgó de su arcabuz, me explico que era y como funcionaba, después de esto me abrazo y me dio las gracias y se marcho junto a Poseidon. Yo volví al inframundo esperando a que Hades me dijese lo mismo que Poseidon a Cahil pero solo recibí gritos e insultos por parte de Hades por aceptar una ayuda de un dios que no era él. Enfadado volví a mi habitación y aquí me hallo escribiendo mi vida, porque ahora me voy a enfrentar a Hades y exigirle que me devuelva a mi familia, no se si sobreviviré por eso espero que alguien lea esto y sepa lo que he hecho. Deseadme suerte.

(A partir de ahora la historia ya no es contada como un diario)

El Alderik se levantó del escritorio donde escribía dispuesto a recuperar a su familia.

-No lo hagas, dijo Perséfone

La ignoró y siguió hasta que se encontró frente a frente con el rey del inframundo

-Hades, ¿a cuántos inocentes más he de asesinar, solo para tu disfrute personal?. Estoy harto, devuélveme a mi familia y olvídate de mi, solo quiero vivir una vida, ver crecer a mi hija y envejecer junto a mi mujer, dijo el Alderik.

Hades se rió de él y le dijo:

-¿Quién te crees tu, muchach, para exigir al dios del inframundo, al mismísimo Hades, que te de lo que que quieres?. Eres mi Alderik, esto no  funciona así, tu haces lo que te pido y ya. Vete a hibernar ahora mismo antes de que me obligues a hacer algo que no quiero.

-Te tendré que obligar a hacerlo porque no pienso hibernar más, esto se ha acabado, mi familia o enfréntate al asesino de Alderiks, dijo el Alderik.

Y así comenzó una lucha de titanes, el Dios del inframundo contra el Alderik del inframundo. El Alderik no tenia ninguna posibilidad y se notaba, estaba recibiendo la paliza de su vida, pero si se caía se volvía levantar, tenia una fuerza sobrenatural y no por los poderes de ser Alderik, sino por la motivación de estar luchando por su familia. Pero todo hombre, dios, titan tiene su limite y el Alderik cayó al suelo. Hades se acercó para asesinarlo y acabar con él pero Perséfone se puso en medio y sin pensarlo Hades la asesinó. Tras el Alderik una mano le tocaba la espalda, se giro y era Zeus, el dios de los dioses, este le sonrió y se fue. Los ojos del Alderik se electrocutaron y un campo de electricidad recorría su cuerpo, Este se levantó, recogió el arcabuz de Cahil y dijo apuntando a Hades:

-Hades quiero que recuerdes a donde quieran que vayan los dioses al morir el nombre del mortal que te asesinó. Recuerda mi nombre, recuerda que Athan te asesinó.

Tras esto el arcabuz se rodeo de electricidad y cuando disparo salio un rayo que atravesó la cabeza de Hades, matándolo en el acto. Tras esto, Athan cayó al suelo inconsciente.

Concluirá en el Epilogo

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El Llanto de la GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora