4. ¿Virginidad?

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-Que tengo que saber, Jesus?- Conteste un poco chocante, lo admito.

-Nessa, te quiero, eres de las mejores personas que conozco, y a quien más aprecio, lo sabes ¿no?- Se puso un poco sentimental o soy yo?

No, no eres tú.

-Si, yo también te quiero pero...-No me dejo concluir la idea.

-Pero cuando te digo que debes confiar en mi, hazlo, por favor.

¿Como confió en ti? si no sé ni de que carajos hablas.

-Jesus, no entiendo nada, puedes hablar castellano por favor?

-Preciosa, poco a poco te irás enterando, solo debes saber, que nada de lo que ves es real, nada es lo que parece.- Bien, ahora sí se volvió loco.

-A que te refi...- Y literalmente me cogio la cara y me besó, me beso tan intenso que sentí todo mi cuerpo explotar, estaba viajando a las estrellas.

Dios, creo que me gusta Jesus,  o... me gustan sus besos en realidad?

Se separó, y concluyó, sin despegarse mucho de mi, aún sosteniéndome en sus manos.

-Y algo más que debes saber, es que si me gusta besarte, me gusta mucho.- Me soltó y rápidamente agarro el volante y volvió a la calle para ir hacia mi casa.

Y me vas a dejar así sin más Jesus?

Al cabo de unos minutos, llegue a mi casa, era grande, pero sin exagerar, tenía dos plantas, era blanca como la nieve, y tenía muchas ventanas, muy grandes, pero sin embargo no dejaba que se viera nada hacia dentro.

Me giré para observar a Jesus, quien se había estacionado, seguía con su mirada fija en la calle.

Qué mosca le pico.

-Bien, gracias por traerme, adiós.- Dije esperando una respuesta.

Me observó unos segundos, y volvió a girar su cara. ¿En serio?

Me baje del auto, y entre a mi casa, mi papá estaba en el sofá, se había quedado dormido viendo un juego de fútbol. Fui hacia La Cocina y me encontré con mi hermana.

-¿Que hay hermanita?- Dijo mientras le daba un mordisco a una manzana.

-¿Comiendo a esta hora? Pensé que estabas a dieta, Sandra.- Le dije mientras abría la nevera y me servía un vaso de agua.

-¿Sabes que? No, no estoy a dieta, la comida es felicidad, y la felicidad nunca es mala, así que no entiendo esa gente que cree que comer está mal- La mire y le sonreí de lado.

-Lo que digas - Dije mientras me volteaba y salía de La Cocina.

Mi hermana, era sumamente atractiva, era alta, tenía un cuerpo envidiable, su cabello era castaño rojizo, era broma con lo que que hacía comiendo, ella podría comerse un plato de pasta y seguir así de impecable, mientras que yo, me tomo este vaso de agua y ya engorde como 4 kilos.

Malditos metabolismos.

Subí hacia mi habitación, y me metí directamente a la ducha, necesitaba quitarme esos olores. Al terminar de darme mis merecidos 30minutos de baño, me puse mi pijama, y revise la hora, eran las 4am.

A dormir se ha dicho señores.

Y gracias a Dios, mañana es sábado, porque pretendo dormir como hasta la hora de almuerzo. Se preguntarán por que inicie clases un viernes, pues los de mi instituto están algo locos, es como para hacer distintas fiestas de bienvenida y esas cosas.

Tus ojos te engañanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora