Capítulo IV - Adrenalina extrema.

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Capítulo 4 - Adrenalina extrema.

El reloj despertador sonó con cierta insistencia, indicando que era momento de despertarse. Ella estiró un poco el brazo para apagarlo, estiró sus brazos y piernas tratando de desperezarse. Frotó sus párpados cerrados para después abrirlos e intentar enfocar su vista.

Miró hacia su ropero, del cual sobresalía su vestimenta necesaria para la cita que tendría por la tarde. Sonrió un poco sintiéndose extraña. Ireza había sido quien le recomendó el atuendo. Consistía en unos pantalones cortos de mezclilla y una camiseta deportiva rosa sin mangas, además que usaría unas zapatillas de color negro. No era su estilo, pero tampoco podía decir que le desagradaba.

Había transcurrido otra semana desde la última vez que hicieron un desafío y un desastre en la casa de Sharpner. Recordó con gracia mezclada con fastidio el hecho de que, tanto ella como Gohan, habían tenido que trabajar mucho para compensar al de ojos castaños, puesto a que él se puso demasiado terco y a pesar de que se disculparon, limpiaron e incluso contrataron a una señora experta en limpieza, el novio de su mejor amiga no se mostró nada contento.

Por si fuera poco también costó mucho trabajo su aseo personal. Fue extremadamente difícil quitarse el chocolate de su cabello, también el olor a masa de vainilla y chocolate, pero pese a eso no estaba nada molesta. Al final ella aprendió a trabajar en equipo —al menos en ese instante— y ninguno de los dos tuvo otra pelea ni siquiera verbal.

Bajó a desayunar con prisa. Una vez estando satisfecha, se despidió de su padre y corrió a bañarse y vestirse. No quería llegar tarde.

Un par de horas más tarde salió corriendo de su casa. Ireza le había prohibido ir en su helicóptero, pues ella afirmaba que era muy escandaloso y nada femenino, además que era una cita y no iba a cazar delincuentes.

Le enojaba mucho admitir que había olvidado semejante detalle, así que corrió lo más rápido que sus piernas podían, cuidando siempre pasar en las líneas peatonales y de no chocar con la gente. Sus largas coletas le impidieron ver en cierto punto, sin embargo eso no la detuvo. Finalmente llegó al dichoso parque de diversiones de Ciudad Satán, allí sus tres amigos la esperaban con cierta impaciencia.

Hizo una ligera reverencia, a modo de disculpa, siendo observada por Gohan en todo momento y él, al darse cuenta de lo que hacía, desvió la mirada, sintiéndose ligeramente incómodo.

—"Lo siento por el retraso..."

—"No te preocupes, Vi, nosotros también acabamos de llegar" —respondió Ireza mostrando una afable sonrisa —."De acuerdo, es momento de comenzar con el siguiente desafío. Sharpner lo eligió esta vez."

Gohan y Videl miraron al rubio, quien soltó la mano de Ireza para sacar un curioso papelito de su billetera, el cual tenía la siguiente frase: 3._ Valentía hasta en las alturas.

—"Creo que ya perdiste Gohan" — soltó la pelinegra, cruzándose de brazos mientras mostraba una sonrisa confiada —."Como no eres el Gran Saiyaman y no tienes un jet o helicóptero no has estado en las alturas."

—"Eso no tiene nada que ver..."

Sharpner carraspeó, interviniendo en la pequeña discusión, mientras miraba a los dos pelinegros con una mirada seria de advertencia, la cual hizo enmudecer a ambos.

—"Bueno, hace unas semanas este parque estuvo cerrado puesto a que estaban iniciando con un proyecto, una atracción nueva la Hanging Roller Coaster."

Videl tragó saliva mientras Gohan se rascó la sien con su dedo índice.

—"¿Estás...?"

—"¿...diciendo que es una montaña rusa?"

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