ERROR |Jeon Jungkook|

dos

Entré al edificio.

Me detuve en seco. Aquel sitio era más grande de lo que esperaba.

La primera planta era bastante amplia. El suelo era blanco, se notaba que estaba recién fregado. Las paredes, de un color crema, tirando para marrón, se veían más desgastadas por el paso de los años. Había una especie de columna rectangular, de mármol. Una papelera se apoyaba en ella. Grandes escaleras se encontraban frente a mí, y varios pasillos a los lados. También había dos mostradores.

Todos los alumnos se encontraban en sus respectivas clases. Gruñí. Que vergüenza ser la única tardona.

El primer día, nuestro tutor nos guía hasta nuestra aula. Allí nos ubica un asiento, y empieza un pequeño discurso de bienvenida. Lo típico.

Como me había perdido eso, y estaba demasiado cansada por la carrera anterior, me acerqué a uno de los mostradores.

A cada paso que daba, se oía cómo aplastaba el agua que quedaba en mis converse. Estaba poniendo el suelo perdido de aquel líquido de la naturaleza. Me sentí un poco mal, pues lo acababan de fregar. Pero al fin y al cabo no era mi culpa.

Una señora, bastante mayor me atendió. Llevaba el pelo gris recogido en un moño. Unas gafas enormes y ropa de anciana. Sus arrugas y ojeras indicaban el cansancio generado a lo largo de los años.

⎯⎯Hola, soy una chica nueva. He tenido bastantes contratiempos esta mañana y no he podido evitar atrasarme un poco. Me he perdido la bienvenida. Soy de 4B. Pero no sé dónde se encuentra mi aula.

La señora me miró ligeramente, sobre sus gafas. Tuve la sensación de que no le hacía mucha gracia tener que levantarse, más bien moverse. Abrió y cerró la boca, echando sus comisuras hacia atrás. Tardó muchísimo en contestarme, y yo tenía prisa.

⎯⎯¿4B? Espere un momento, voy a consultarlo en mi ordenador.

Rodé los ojos. Si en reaccionar había tardado tanto, no me imagino el rato que invertiría en su ordenador.

Tardaba muchísimo, como me imaginaba. Estuve a punto de decirle que da igual, ya me recorrería todo el Instituto en busca de mi clase. Pero interrumpió mis pensamientos.

⎯⎯Su aula es la número 117. Se encuentra en el segundo piso, a la derecha ⎯hizo un gesto con sus arrugadas manos, indicando el lado derecho⎯.

⎯⎯Gracias, muy amable ⎯le  sonreí⎯.

Pero se limitó a ignorarme y a volver a lo suyo. Decidí olvidar el tema.

Subí las escaleras con cierta torpeza. El edificio no era nada del otro mundo. Un instituto normal en Corea del Sur.

Segunda planta. Torcí a la derecha.

115, 116,...

117. Clase de 4B. Ahí estaba mi clase.

Miré el reloj otra vez. Las 8:18. Que vergüenza iba a pasar. Se oía mucho jaleo. Mis nuevos compañeros parecían bastante gritones. Golpeé suavemente la madera de la puerta. Entonces todos se callaron. Alguien gritó: "¡Profe, están llamando a la puerta!"

No me jodas, nos hemos dado cuenta todos.

Agarré el pomo y abrí la puerta.