Parte 2.

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Habíamos empezado a estudiar, ese tal Frank tenía varias dudas, al menos yo me sabía dominar en física y química, no como en latín, que era un verdadero desastre.

Ver su cara cuando se concentraba quizás era lo mejor que había visto en meses. ¿Quién era ese chico? ¿Por qué no le había visto antes? Supongo que daba igual. Aunque, ¿por qué me estaba fijando en él? no tenía sentido. Bueno, solo había ido a estudiar. Gerard, concéntrate.

Habían pasado ya 2 horas desde que empezamos a estudiar, mamá nos dijo que podía enseñarle mi habitación o que podríamos ver la tele si así quisiéramos. Subimos a mi habitación y, al entrar, él se quedó mirando todos mis dibujos embobado mientras yo recogía un poco la cama.

-¿Los has hecho tú?- preguntó curioso con una sonrisa en la cara.

-Eh, sí, todos- me sonrojé un poco, que vieran mis dibujos me ponía algo nervioso.

-Son preciosos.- dijo Frank con tono halagador, a lo que yo le contesté con una sonrisa sincera.

Estuvimos hablando durante mucho tiempo, compartiendo gustos, algún dato interesante sobre nosotros. Dijo que tocaba la guitarra en una banda, algo que me llamó mucho la atención. ¿Tocaría bien? Me encantaría escucharlo. Me encantaría escuchar cualquier cosa que me diga. Pusimos música y estuvimos leyendo cómics. Ese chico era de lo más interesante además de atractivo.

Se había hecho de noche y mi madre nos llevó unas pizzas a mi habitación, de barbacoa, sin duda las mejores.

-Y, ¿qué más me cuentas sobre ti?

-No hay mucho más,- mordió un pedazo de su porción de pizza- tengo un amigo que quizá te caería bien. Se llama Ray, Ray Toro.

-Creo que sé quién hablas, va a mi clase de dibujo, es algo malo dibujando, pero me parece buen chico...

-El lunes os presentaré bien, es como mi mejor amigo.- hizo una pausa y siguió hablando- Ah, y tengo una novia, Jamia.

Mi corazón se paralizó, sentí algo dentro de mí, como un nudo en mi garganta. Algo que solo sentía cuando moría mi personaje favorito en un cómic. ¿Celos? Nah, conocía a ese chico de un día, no sentía nada por él. Entonces, ¿qué? Solo me parecía atractivo, nada más. Quizás solo me había atragantado con un trozo de pizza, nada más.

-¿Novia? ¿Eres hetero?- le pregunté, con algo de vergüenza.

-No del todo. Estuve hace un tiempo con un chico, nada serio.

Solté un suspiro con algo de alivio. En serio, ¿qué me pasaba? Aunque, realmente, ese chico era precioso. Era perfecto para dibujarle, todas sus facciones. Y su sonrisa... Gerard, para de mirarle así, vas a parecer un acosador.

El padre de Frank había llamado a mi madre, tenía que volver a casa, sinceramente no quería que se fueran, lo había pasado tan bien con él aquella tarde... Bueno, al menos le vería de nuevo el Lunes.

Eran las 9. Él se había ido a su casa ya y yo... yo me pasé hasta las 2 de la madrugada dibujándole. Era, simplemente, perfecto.

No words.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora